Durante sus cuatro temporadas, “The Man in The High Castle” nos presentó una fascinante y perturbadora mirada a un mundo dominado por nazis y japoneses tras ganar la Segunda Guerra Mundial. Valía la pena explorar esta distopia surreal, de modo que más que una historia de lucha o revolución, se trató de una de sobrevivencia con pinceladas de ciencia ficción. Veamos qué funcionó y que no funcionó de la serie en general.
FUNCIONO: Usar a las cintas como el McGuffin
El “McGuffin” es un elemento de suspenso que hace que los personajes avancen en la trama, pero que no tiene mayor relevancia en la trama. En “The Man in the High Castle”, el “McGuffin” fueron las cintas del “Hombre del Castillo”. Durante la primera temporada, los japones y los nazis buscaban estas dichosas cintas para censurar su contenido y así evitar su propagación entre los rebeldes. La verdad es que estas cintas fueron la excusa para conocer la composición de este nuevo mundo y el papel de los protagonistas en el mismo. En la segunda temporada, se profundiza sobre la mitología detrás de las cintas, las imágenes que mostraban y que impulsaban a la resistencia eran de otras realidades, pero la importancia de estas cintas jamás llega a superan los arcos principales y dilemas morales de los personajes.
NO FUNCIONO: La tercera temporada
Tanto “The Man in the High Castle” como “The Handmaid's Tale” son ucronías que muestran la perversidad de dos sociedades tecnocráticas basadas en ideológicas que deshumanizan a las minorías. En el caso de “The Man in the High Castle”, las cintas le aportaron un pequeño toque de ciencia ficción, pero en la tercera temporada se introdujo el multiverso y la serie pasó a considerarse por completo como una producción de ciencia ficción. ¿Cuál es el problema? En “The Handmaid's Tale” no se espera que sea una fuerza externa de otro mundo paralelo el que derroque la dictadura, se espera que la revolución venga de las criadas, pero en “The Man in the High Castle”, se colocó a Juliana Crain (Alexa Davalos) como la heroína destinada a salvar a otros mundos ante una inminente amenaza de una invasión nazi. Esta premisa se parecía demasiado al crossover del Arrowverse, “Crisis en Tierra X”, con lo que se alejaba demasiado de lo que originalmente presentaban.
FUNCIONO: Juliana, la heroína principal
La hermana de Juliana Crain, Trudy Walker (Conor Leslie), le entrega en el primer episodio una de las cintas del “Hombre del Castillo”. Trudy es asesinada por los japones por pertenecer a la resistencia. Entonces, Juliana se autoimpone la misión de que la cinta termine en las manos correctas sin imaginarse que ella terminaría siendo la heroína principal de la historia. Cuando recién conocemos a Juliana se trata de una mujer con una vida rutinaria en la zona neutral, pero conforme va a avanzando la historia, su fortaleza se va afianzando pese a las pérdidas que sufre y su determinación termina contagiando a los demás en la lucha contra el régimen. Todos los personajes de la serie y todas las historias están vinculadas a Juliana de una u otra forma. Es en la actriz Alexa Davalos en donde recayó la responsabilidad de ser la figura principal y la verdad es que la serie no habría funcionado si no fuera por ella.
NO FUNCIONO: El triángulo amoroso
En “The Man in the High Castle” siempre hay tres historias principales: la historia de los nazis representado en John Smith (Rufus Sewell) y su familia, la de la los japoneses en Nobusuke Tagomi (Cary-Hiroyuki Tagawa) y el inspector Kido (Joel de la Fuente) y la resistencia centrado en Juliana Crain (Alexa Davalos), Joe Blake (Luke Kleintank) y Frank Frink (Rupert Evans). Entre los tres últimos se intentó desarrollar un triángulo amoroso que solo aportaba un drama superficial en una serie plagada de dramas emocionales y conflictivos profundos. Sin mencionar que, si bien Joe Blake se ve bien, el personaje era bastante plano. Además, la historia de amor de Juliana y Frank se inició antes de la serie, cuando los conocimos vivían juntos y estaban comprometidos, pero la tragedia que realmente los separó fue el hecho que la familia de él fue aniquilada por los japoneses como represalia porque Juliana desapareció por la cinta. La serie siempre tuvo un punto débil por Joe y estaba empecinado con que su relación con Juliana fuera el atractivo principal de la serie.
FUNCIONO: Los paralelos con la historia real
Una de los aspectos más fascinantes de “The Man in the High Castle” fueron sus paralelismos con la historia real. La inclusión de estos paralelos nos sirve para recordarnos constantemente que existen ciertos eventos tan cruciales que se replican en cada realidad. En la segunda temporada, John Smith termina evitando un ataque nuclear que habría destruido Estados Unidos y habría iniciado la tercera guerra mundial. Los sucesos de la serie estaban ambientados en la década de los 60, en la vida real, por esos años, en la llamada “Crisis de los misiles” se evitó un enfrentamiento nuclear entre los estadounidenses y los soviéticos. Al final de la tercera temporada, Wyatt Price (Jason O’Mara) se coloca en el mismo edificio de la calle Elm de Dallas, donde Lee Harvey Oswald le disparó al presidente americano John F. Kennedy, para atentar en contra de Heinrich Himmler (Kenneth Tigar), el hombre más poderoso del mundo. El paralelo más importante de la serie es la muerte de John Smith quien termina suicidándose al igual que Adolfo Hitler.
NO FUNCIONO: La ciencia ficción
Durante las dos primeras temporadas, el único elemento de ciencia ficción en la serie fueron las cintas del “Hombre del Castillo”, que a su vez cumplían el propósito de sembrar la esperanza que el régimen nazi podía ser derrocado, pero jamás se dependió de estas cintas para cambiar la geopolítica de la serie. Las cintas no eran las respuestas sino un símbolo que permitía a la resistencia tener fe y seguir luchando en la adversidad. No obstante, la tercera temporada se llenó de elementos de ciencia ficción; se introdujo un portal que podía viajar entre mundos paralelos, se dio a conocer el concepto del multiverso y se relegó por completo el verdadero objetivo de las cintas. Este viraje implicó demasiadas explicaciones científicas restándole tiempo y espacio a la lucha de la resistencia, los dramas familiares de Smith y la historia emocional de Tagomi atrapado entre su lealtad a su país y su visión de un mundo de paz.
FUNCIONO: La representación de la minoría
La serie se tomó su tiempo en no solo explorar las diversas minorías que coexistían en este mundo, sino también le dieron una importancia vital. En la primera temporada, Frank Frink ocultaba su judaísmo para no meterse en problemas. En una de las escenas más memorables de la serie vemos el bar mitzvah de Frank junto a una comunidad judía que vive escondida pero aferrada a su religión. La secuencia también muestra una ceremonia nazi como una forma de contrastar una religión pacífica y una ideología maligna. En la tercera temporada, tuvimos dos historias que involucraban a una pareja gay y a otra lésbica; dos amores en dos lugares diferentes; uno en la zona neutral y otro en tierra nazi. Finalmente, en la última temporada, se profundizó en la resistencia americana, conformada por ciudadanos afroamericanos que luchaban por la libertad de la zona neutral. Precisamente ellos fueron los que obtuvieron la victoria final frente a los japoneses.
NO FUNCIONO: Robert Childan
Robert Childan (Brennan Brown) es un personaje importante en la novela “The Man in the High Castle”, pero en la serie su presencia era fastidiosa por su actitud de acomodado, por su obsesión con la cultura japonesa y por sus aires de superioridad ante Frank (Rupert Evans) y Ed (DJ Qualls). Jamás floreció en mi un cariño por este personaje, pero entendía la necesidad de tener un personaje que estuviera al margen del conflicto y que se viera arrastrado por las circunstancias. El problema es que Childan logró sobrevivir a personajes favoritos que fueron asesinados de manera brutal. En la última temporada le dedicaron demasiado tiempo y para colmo fue uno de los pocos que tuvo un final feliz.
FUNCIONO: Los Smith
En la Segunda Guerra Mundial, John Smith (Rufus Sewell) era un soldado americano que luchaba por Estados Unidos, pero una vez que los nazis ganaron la guerra, se unió al régimen por la seguridad de su familia. Smith fue el personaje más complejo y enigmático de la serie, podíamos verlo como un villano o como una víctima que para sobrevivir se volvió un victimario, lo único que teníamos seguro es que todo lo que hacía, incluso las cosas malas, las hacía por su esposa y sus hijos. Las cosas cambiaron por completo cuando Thomas (Quinn Lord), el hijo mayor de Smith, que creció bajo la ideología nazi, se entrega a las autoridades cuando descubre que estaba enfermo. Los nazis hicieron de la muerte de Thomas un ejemplo de patriotismo. La participación de John y Helen (Chelah Horsdal) en estas ceremonias que glorificaban los valores arios mermaron la depresión de Helen. La ausencia de Thomas y el incremento de poder en John produjo una crisis matrimonial. La familia se separa, pero después John las obliga a volver. La hija mayor Jennifer (Genea Charpentier) ahora ya se percata de las injusticias y crímenes de lesa humanidad que cometen el régimen, mientras que por su lado, la hija menor Amy (Gracyn Shinyei) es una fiel seguidora de los ideales del Reich. La serie nos mostró una familia que se acomodó al régimen más por comodidad que convicción y terminó dividida por ese sistema que les dio poder.
NO FUNCIONO: La muerte de Tagomi y la desaparición de personajes secundarios
Ya en la tercera temporada se fue reduciendo el rol de Nobusuke Tagomi (Cary-Hiroyuki Tagawa) para darle prioridad a la ciencia ficción, pero nadie esperaba que el actor no apareciera en la última temporada y su personaje tuviera un final tan abrupto al ser asesinado en un atentado elaborado por su propio gobierno. La serie se beneficiaba al contar con personaje tan especial y espiritual como Tagomi ya que antes de las explicaciones científicas era él quien explicaba la conexión entre los mundos. En la temporada final, también desaparecen por completo Ed McCarthy (DJ Qualls), Nicole Domer (Bella Heathcote) y Thlema Harris (Laura Mennell). Se puede concluir por lo menos para Domer y Harris las cosas no terminaron bien ya que fueron arrestadas por estar en club privado. Es probable que los nazis aniquilaran a Thelma mientras que Nicole fue enviada a “reeducarse”. Por su lado, vamos a imaginar que por lo menos Ed se quedó feliz con su vaquero.
FUNCIONO: La composición audiovisual
En la serie, Estados Unidos está dividido en tres: Los estados pacíficos japoneses, la zona neutral y el Great Reich Nazi. Cada una de estos lugares contó con una cinematografía diferente con colores y estilos marcados. Las imágenes de monumentos americanos con esvásticas pueden resultar chocantes, pero son necesarias en una historia que muestra la peor línea del tiempo que pudo tener el mundo. La composición audiovisual de “The Man in the High Castle” es extraordinaria y logra balancear mundo alternativo con una sensación realista.
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