viernes, 27 de abril de 2018

Scandal: El legado idílico y crítico de Shonda Rhimes

A Shonda Rhimes no le gusta que se considere a "Scandal" como un placer culposo y es que es bastante obvio que, aunque la serie protagonizada por Kerry Washington fue una suerte de escape de la realidad, también era una reflexión de su propia creadora sobre el panorama político. 



La experta en el manejo de las crisis, Judy Smith, inspiró a Shonda Rhimes para crear a Olivia Pope, la mente brillante a la que todos acuden para solucionar sus problemas, y puso a Pope en un escenario que se presta para todo tipo de extravagantes historias; Washington. Si bien desde un inicio, Olivia Pope se estableció como un icono de la moda, la serie no logró encontrar un estilo propio hasta en su segunda temporada. Sin embargo, a partir de la tercera, y sin dejar de lado su drama pasional, "Scandal" dio un giro y la visión de Shonda Rhimes se hizo más clara; "Scandal" es cómo Shonda Rhimes se imagina su país y como quisiera que sea sin el romanticismo barato que ignora los problemas en el sistema. 



 En "It's Handled", el primer capítulo de la tercera temporada, Rowan/Eli Pope (Joe Morton) le recuerda a Olivia lo que siempre le ha dicho; ella tiene que ser el doble de buena para obtener la mitad de lo que ellos tienen. Esa simple frase resume la serie y también retrata lo que es ser una persona de color y una mujer en Estados Unidos. Pero el mensaje de Shonda Rhimes y de la serie no termina en un simple reniego; es una invitación a tomar acción. Olivia Pope se desenvuelve en el juego político como pez en el agua, es la mejor en lo que hace porque lo que hace es aprovecharse de los vacíos en el propio sistema imperfecto que rige el país. 


La razón por la que los monólogos de "Scandal" son tan impactantes es que sirven como una llamada de atención principalmente sobre la misoginia, el racismo y el sexismo en la política americana. 

 En "Icarus", el episodio 6 de la tercera temporada, Josephine Marcus (Lisa Kudrow) pone en su lugar a un periodista al criticar la forma en la que los medios cubren a las mujeres políticas reduciendo su rol a solo ser una mujer. 




En "Trump Card", el episodio 20 de la quinta temporada, Edison Davis (Norm Lewis) sabotea su propia candidatura presidencial al desmenuzar el argumento "all lives matter" que trata de minimizar los casos de brutalidad policial. 



 En el último capítulo, "Over a Cliff", Rowan asusta a los miembros del comité de Inteligencia cuando les revela que él, un hombre negro, ha sido el verdadero poder durante 30 años y que dar a conocer esa verdad ridiculizaría por completo al "poder" actual. 



 Pero la serie no se queda solo en palabras, en medio de la polémica por la actuación agresiva de policías americanos frente a personas de color, "Scandal" emitió un episodio que tuvo como trama principal las consecuencias de un incidente luego que un policial matara a un adolescente y al final del episodio, Olivia logra que Fitz Grant (Tony Goldwyn) firme una ley que hace que los policías que cometen este tipo de abusos puedan ser juzgados por sus acciones. Del mismo modo, por el mismo tiempo en que el Senado de Estados Unidos dio aprobó un proyecto de ley para retirar la financiación pública del Planned Parenthood, la senadora Mellie Grant (Bellamy Young) logró salvar el presupuesto de esta institución en el mundo ficticio de "Scandal" y lo hizo mientras Olivia Pope decidía abortar. 



Hablando de Mellie. "Scandal" enfatizó los paralelos entre Fitz y Mellie Grant y Bill y Hillary Clinton, y buscó una manera de reivindicar a su "Hillary" cada chance que tuvo. Mellie Grant volteó la imagen de la esposa sumisa para enorgullecerse de su ambición política, dejó de lado su enemistad con Olivia Pope para aliarse con ella y lograr llegar a la casa Blanca y hasta el propio Fitz ha admitido que ella estaba mejor preparada para el puesto que él. Cuando Estados Unidos eligió a Donald Trump como presidente, Olivia Pope hizo de Mellie Grant la primera mujer presidenta de Estados Unidos y protegió rigurosamente el legado de ambas. El legado principal de Mellie Grant y Olivia Pope era que la mujer puede hacer tanto o más que los hombres en el poder. Y cada episodio se aferró a esa idea; el primer acto de Mellie como presidenta fue impulsar una reforma universitaria y en el episodio final, firma un decreto sobre el control de armas.



En una entrevista para TvLine, el actor que interpretó a David Rosen, Joshua Malina, dijo lo siguiente sobre la serie: 
 "Cuando veo el programa, veo a un villano absoluto que es retratado con carisma por Kerry Washington. (Olivia Pope) ha hecho cosas horribles. En algún lugar de allí está el brillo de Scandal. Dice algo sobre nuestra sociedad y las personas que tenemos [en] alta estima." 

 Las declaraciones de Malina son más que interesantes cuando consideramos que la propia serie está consciente que no podemos calificar a Olivia Pope y compañía como los "buenos" ni tampoco como "los malos". En el penúltimo episodio, Olivia Pope le grita a Mellie y a compañía que ellos no son los héroes de la historia, sino los villanos y en el último capítulo, Abby corrige a Quinn cuando dice que los buenos ganaron porque el único personaje que podemos considerar "bueno" fue asesinado. En "Scandal" no hay "buenos", hay "gladiadores con trajes" que usan "sombreros blancos". El término "sombrero blanco" en internet se refiere a un hacker bueno, pero en la serie, el concepto del "sombrero blanco" simboliza el código que rige Olivia Pope. Los "gladiadores en traje" pueden romper las reglas, pero solo para ayudar a alguien que está en problemas o para hacer lo correcto. Desde la sexta temporada, Olivia cambia el "sombrero blanco" por el "sombrero negro" y se deja consumir por el poder. Olivia Pope no solo quiere caminar por el lado oscuro, quiere dominarlo. Toma el regreso de la muerte de Quinn, el ser aislada de su gente más cercana y un encuentro con Annalise Keating (Viola Davis) en el crossover "How to get away with murder", "Allow me to reintroduce myself", para que Olivia Pope regrese a sus raíces; las reglas se rompen solo si es para hacer lo correcto. Luego de 7 temporadas y a pesar de sus tintes de soap opera, "Scandal" se despidió con un sutil homenaje a Michelle Obama, y Shonda Rhimes se valió de la cultura del espectáculo para mandar insertar su agenda propia -lo mismo hace en Grey's Anatomy, pero esta vez está esperando que las elecciones de Olivia Pope sean escuchadas; el juego está amañado, pero el más ingenioso (a) puede encontrar un modo de salirse con la suya.



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lunes, 23 de abril de 2018

#DiadelLibro: Top 5 de libros que marcaron mi vida

5) "La amigdalitis de Tarzán" de Alfredo Bryce Echenique 
Leí esta novela por primera vez en la universidad y cada cierto tiempo la vuelvo a leer y me vuelvo a enamorar, desilusionar y volver a enamorarme de la historia. Se trata de dos almas gemelas, Juan Manuel y Fernanda, que nunca parecen estar en el tiempo correcto para corresponderse, así que solo les queda enviarse cartas y amarse en el momento en el que pueden y continuar con sus vidas resguardando ese amor único y especial pero con fecha de espiración. 



 4) La saga de CIA Perú de Alejandro Neyra 
Cualquiera pensaría que se trata de la historia secreta del país que no conocemos pero que se va revelando como quien descubre un diamante en bruto. La saga de CIA Perú está compuesta por tres novela y cada una de ellas cuenta una aventura fantástica de un super espía y su extraña relación con el Perú. Mi favorita en particular es la primera “CIA Perú; una novela de espías” donde el espía hace contacto y se enamora de la camarada Nora mientras va investigando sobre Sendero Luminoso. Para mí es la mejor novela peruana de ciencia ficción que he leído.




 3) "El amor en los tiempos del cólera" de Gabriel García Márquez 
El realismo mágico en su mejor expresión. Sinceramente creo que “El amor en los tiempos del cólera” inspiró “How I met your mother” pero en la novela resalta más el romanticismo en un estado puro. Varias frases de Gabriel García Marquez se te quedan en el alma y te invitan a mirar el pasado con nostalgia. 




 2) "Ascensión" (The Leftovers) de Tom Perrotta 
Así como la serie, la novela no tiene ninguna explicación para el extraño evento que hizo que 2% de la población desaparezca, pero está a la par de la serie en la exploración del dolor por la pérdida y el trauma por la incertidumbre que afecta a cada uno de forma diferente. Es un libro sobrecogedor, incomodo y crudos por momentos pero que esconde una esperanza tímida pero poderosa. 



1) "Recuerdos del futuro" (Flashforward) de Robert J. Sawyer 
Como buena fanática de la ciencia ficción, uno de mis temas favoritos son el viaje en el tiempo. En la novela “Recuerdos del futuro” se presenta un viaje al futuro de una forma original; un extraño suceso hace todos pierdan la consciencia durante tres minutos y durante ese tiempo pueden experimentar su propio futuro. El libro plantea el típico dilema de Edipo, ¿se puede cambiar el destino o todo ya está predeterminado? Pero esta vez es el mundo entero que se hace esa pregunta. De modo que allí está lo interesante, hay quienes quieren que su futuro sea como lo vieron y otros que luchan para cambiarlo.


jueves, 19 de abril de 2018

#LaCasadePapel: A seguir cantando “Bella Ciao”


“La Casa de Papel” se ha vuelto un fenómeno hasta el punto de ser la serie no original de Netflix y de habla no inglesa más vista en la plataforma de streaming. ¿A qué se debe su éxito exactamente? ¿Será la risa pegajosa de Denver, al actitud indiferente pero elegante de Berlín, la astucia romántica del Profesor, la habilidad de Tokio de joder cada uno de los planes? No lo sé. “La Casa de Papel” es un caso curioso porque no le debe su popularidad a la controversia como es el caso de “13 reasons why” o a la nostalgia como es el caso de “Stranger Things”, tiene que ver más con la publicidad de boca a boca (o de red social a red social) que ha llevado a la mayoría a preguntarse por qué tanto barullo con “La casa de Papel” para al final terminar contagiado por la fiebre de la serie española más cool del momento. 


Si no has visto películas como “Ocean's Eleven” y “Now You See Me”, entonces, se trata de una producción que sabe aprovechar del realismo histriónico de un plan maravilloso donde todo está fríamente calculado, excepto el amor, y siempre que están a punto de pillarlos, pues, resuelta que todo sigue siendo parte del plan del Profesor (Álvaro Morte)… excepto el amor. De hecho, si existiera “como debió de haber terminado” para series, el Profesor sacaría a Tokio (Úrsula Corberó) del grupo para evitar melodramas y el secuestro/asalto se realizaría casi sin problemas ya que todos la mayoría de inconvenientes en el atraco son consecuencia del apasionado amor de Tokio y Río (Miguel Herrán) y el poco autocontrol de los impulsos que tiene Tokio. Dejando esto a un lado, desde el primer episodio, “La Casa de Papel” impone su ritmo rápido que conjuga el pasado con el presente y la estrategia con la acción. Esta dinámica de los saltos en el tiempo me recordó a “Lost” pero también a “Prison Break” y a la desaparecida “Crisis”. No obstante, “La Casa de Papel” se hace única más que por sus personajes que por su propia historia. 

Bonnie y Clyde de España 

 Si has visto películas como la saga de “Ocean's Eleven” y “Now You See Me”, entonces, la serie no te parecerá gran cosa ya que hay bastante familiaridad en la historia y varios de los giros pierden efectividad exactamente porque ya conocemos cómo van estas películas; un grupo compuesto por personajes ortodoxos y carismaticos va a cometer un delito y al final se va a salir con las suyas. Siguiendo el ejemplo de estos filmes, “La Casa de Papel” construye la tensión del suspenso a través de la adrenalina del juego “Atrápame si puedes”, pero los adapta a su propia realidad. El robo/secuestro se desarrolla en España y a la actualidad; en los primeros capítulos, el grupo encabezado por el Profesor se valen de las redes públicas para hacer presión en las autoridades para que no ingresen a la Fabrica. La serie es buena pero a veces ver tantas producciones del mismo estilo va aniquilando el factor sorpresa. 


 Así como en la película “Reservoir Dogs, los miembros del grupo se llaman por colores, en “La Casa de Papel”, el grupo se ha colocado nombres de capitales de países. 



A pesar de que el final de la segunda temporada bien podría ser el final de la serie, y lo fue hasta que Netflix adquirió los derechos. No sé que tan buena idea sea tener una secuela intentando un nuevo atraco, pero le funcionó relativamente bien a “Ocean Eleven” y “Now You See Me”. Lo único que pido es que no sean como "Prision Break" que por serle muy fiel a su título siempre terminaban apuntándole a la misma historia que solo funcionó en su primera temporada. De todas formas, siempre está la emoción de volver a ver al grupo, aunque no ya no esté Berlín (el mejor personaje de la serie), en una nueva aventura (que sabemos que cualquier plan que tengan será arruinado por Tokio)... y sin embargo, recuerdo que Netflix también estuvo involucrado en la irregular tercera temporada de “El Ministerio del Tiempo” y se me pasa cualquier entusiasmo que podría tener. ¿“La Casa de Papel” debería tener una tercera parte? No lo sé, pero ya lo renovó Netflix porque es Netflix y puede y a nosotros solo nos queda seguir cantando “Bella Ciao”.



sábado, 14 de abril de 2018

#Mr&MrsSmith (La serie): Un piloto que no despegó

"Mr. & Mrs. Smith" por siempre será la película que inició la historia de amor entre Brad Pitt y Angelina Jolie. Era el año 2005 cuando se estrenó esta comedia de acción que siguió a un matrimonio que ignoraba que cada uno se desenvolvía como asesinos profesionales y en su último trabajo tienen la misión de aniquilarse entre sí. La producción recibió críticas positivas y fue un éxito en la taquilla. Por supuesto, a la curiosidad por ver la química entre los actores más sexy de Hollywood se le estaba sumando los rumores del drama tras bastidores, pues, ya se comentaba que Pitt habría iniciado una aventura extramatrimonial con Jolie cuando todavía estaba casado con Jennifer Aniston



 En el 2007, cuando todavía el boom de los revivals, remakes y reboots estaba contenido y los canales aun apostaban por producciones nuevas, ABC decidió tener una especie de spin off de la película. "Mr. & Mrs. Smith", la serie, ahora protagonizado por Martin Henderson y Jordana Brewster continúa la historia que vimos en el filme. Recientemente, el piloto fue difundido en Youtube y es interesante verlo para entender por qué ABC decidió pasar la propuesta que Simon Kinberg describió como una mezcla de "Married... with Children" pero con armas. 

Piloto de "Mr. & Mrs. Smith". Fuente: Youtube

El principal problema que evidencia el piloto está en sus protagonistas. Si bien es cierto Martin Henderson y Jordana Brewster conforman una pareja atractiva en la foto, la química que compartían era una chispita mariposa en comparación a los fuegos artificiales de Pitt y Jolie. La química de Henderson y Brewster está simplemente “okay”, pero era esencial que tuvieran una química irresistible porque uno; la pareja principal es la que vende la serie y dos; la misma historia se ha saltado el juego de la tensión sexual y de frente se ha ido a la parte "aburrida", la etapa del matrimonio en crisis. Los primeros minutos del piloto nos muestran a John y a Jane discutiendo mientras están secuestrados, de ese modo, se está estableciendo la dinámica; hay desconfianza entre los dos que los mete en problemas, pero la idea no termina de cuajar. 

 Martin Henderson y Jordana Brewster

 Sabemos que el piloto es un episodio que debe vender el atractivo de la serie como para que un canal se anime en ordenar el proyecto. El piloto de "Mr. & Mrs. Smith" parece que asume que los directivos de ABC vieron la película y simplemente siguieron de allí. Jane continuó trabajando para la agencia para la que antes trabajaba, John ahora está desempleado y se supone que están intentando estabilizar su matrimonio tras la crisis que vimos en la cinta. Quizás si hubieran recibido la luz verde del canal, la serie se habría dado cuenta que arrancar como una continuación de la película cuando esta se estrenó en el 2005 no tenía mucho sentido. 



En el 2003, USA estrenó el drama policial "Karen Sisco". Previamente, en el 1998, el personaje Jennifer López interpretó a Karen Sisco en la película "Out of Sight". El primer episodio de la serie tuvo su propia versión de "Out of Sight" y es que el se buscaba introducir de nuevo al personaje a un nuevo público, pero debía sentirse familiar para jalar a los que vieron la película. Esta es una de las notas que algún directivo habría hecho con "Mr. & Mrs. Smith", porque si no has visto la película, aunque puedes entender lo que sucede, no hay una explicación que exponga por qué esta pareja está en crisis y por qué ninguno se sorprende de las acciones violentas que realizan. Bastaba establecer con diálogos breves para establecer el contexto de esta pareja. 



 Obviamente, cualquier serie se toma un tiempo en establecer un estilo, sin embargo, iba a ser mucho más difícil para "Mr. & Mrs. Smith" hacerlo en el piloto. Al ver capítulo es evidente que por momento no se sabe exactamente qué es lo que quiere ser; no es una comedia, tampoco un drama pero sabe que necesita tener acción. Asimismo, es una continuación de la película, pero no tiene ningún hilo que lo una a la película como la terapia, cuya función es ahorrarnos todo el drama aburrido y simplemente exponer los problemas de la pareja, pero intenta recrear ciertos momentos de la película como el baile en una cena elegante. A todo esto, hay que sumarle que la premisa resiste una película de 120 minutos pero no una serie con 13 o más episodios. Basta recordar la desaparecida "Undercovers", serie que gira al rededor de dos exagentes de la CIA que tienen que volver a la vida de espías varios años después de haberse retirado. Los protagonistas están casados y si ni si quiera JJ Abrams y Josh Reims pudieron lograr que la serie tenga más de 15 episodios es que la premisa no daba para más. 


 En el 2010, Angelina Jolie comentó que la razón por la que no hubo una secuela de la película es porque no habían ideas originales. 

Las series que están basadas en películas que sobreviven en el tiempo han podido profundizar y explorar más allá de lo que vimos en la pantalla grande y en el caso de "Mr. & Mrs. Smith", ABC tomó una decisión correcta al pasar el proyecto porque la belleza sola de sus protagonistas de forma independiente no puede sostener la serie en el largo plazo. Además, las inevitables comparaciones con la película habrían destrozado la serie, y dejando de lado a los protagonistas, realmente la serie no tiene mucho que ofrecer.



lunes, 9 de abril de 2018

#TheXFiles (#LosExpedientesSecretosX): Quiero seguir creyendo

La última temporada de "Los Expedientes Secretos X" podría haber sido una de las mejores en su historia si no fuera por un enorme problema. En el pleno apogeo del movimiento “Me too”, que nació para denunciar los abusos de personas en el poder, es difícil no criticar el trato que se le ha dado a Dana Scully en esta onceava entrega. 



 El problema con el drama de Scully 

Antes de ahondar en el arco dramático que le tocó a Dana Scully esta temporada hay que tener en cuenta dos cosas; la actriz que le da vida a Scully, Gillian Anderson, ha confirmado su salida de los “Los expedientes Secretos X”. Asimismo, ha criticado que en esta temporada no hayan directoras ni guionistas mujeres en el equipo de la serie. De modo que tal vez haya hubo drama tras las cámaras que no conozcamos a profundidad, pero esta temporada el personaje de Scully ha sufrido por el drama en la historia y el drama fuera de la misma. Ahora sí, hablemos de Scully. “Los expedientes secretos X” funciona por el balance que hay entre el escepticismo y la fe (el creer); durante gran parte de la serie, Dana Scully es la escéptica y Fox Mulder, el creyente. Ha habido momentos en el rol se ha ido invirtiendo; como en la temporada 10, Mulder sufre una crisis porque ya no cree en lo sobrenatural, pero Scully ya ha experimentado suficientes cosas sin explicación para saber que hay cosas en el universo que la ciencia no puede explicar. Cuando Mulder dejó de creer, Scully creía y como equipo solucionaban el caso de turno. En esta onceava temporada ya no tuvimos a ese mítico dúo enfrentándose a misterios sin resolver. Se relegó por completo a Scully a ser solo una órbita explicativa en los casos más no una aliada en la resolución como lo hemos visto antes. 



 Sin embargo, lo más indignante es el giro que debía de sorprendernos; William no es hijo de Mulder sino del Cigarette Smoking Man (William B. Davis). Tratando de aclarar el mal tino de la historia, el creador de la serie, Chris Carter, aseguró que el Smoking Man no violó a Scully y que William es un experimento, pero eso no mejora las cosas tampoco. De hecho, las empeora. Ya era suficientemente malo que Scully sea minimizada a solo ser la incondicional de Mulder y no tuviera participación en ninguna de las secuencias de acción, a eso hay que sumarle que Scully jamás dio consentimiento para que experimenten en ella. Además, para colmo también nos privaron de una reacción apropiada por parte de Scully quien no supo la verdad hasta el último capítulo. En los últimos minutos del capítulo final, los productores están más centrados en cómo Mulder recibe la verdad de William y Scully solo se limita a consolarlo e incluso ante la propia “muerte” de William, Scully tampoco expresa lo que siente y más preocupada esta por darle una nueva esperanza a Mulder revelando su repentino embarazo a los 54 años. 


 Un momento muy a lo “Bones”. 

 Kimberly Roots de TvLine ha escrito un artículo completo donde expresa lo que muchos sentimos tras la décima temporada: “Es tiempo que Chris Carter se aleje de la serie”. En la nota se critica el trato que le ha dado el productor a los personajes femeninos, siendo la principal víctima Scully, pero también menciona como se ha destrozado al personaje de Mónica Reyes (Annabeth Gish) y el talento de Barbara Hershey en un personaje que tenía el potencial de convertirse el nuevo “Cigarette Smoking Man”. 


Mónica Reyes, nunca tuviste un chance

Si ignoramos el problema principal y juzgamos a la onceava temporada solo por su género, hemos tenido una oda deliciosa de la ciencia ficción. Se ha profundizado en la mitología de la propia serie, se ha jugado con la fanaticada, se ha mofado del panorama político de Estados Unidos e incluso hemos visto a Mulder y Scully -más o menos- formalizar su relación. ¿Pero podemos ignorar el problema en cuestión? Lo bueno de “Los expedientes secretos X” es que de los 10 episodios de la temporada 11, 7 son autoconclusivos. Y en una serie que se basa en las conspiraciones obviamente íbamos a tener un capítulo donde la tecnología conspira en contra de nuestros protagonistas. “Rm9sbG93ZXJz” es el espisodio “Black Mirror” de la temporada comprobando que “Los expedientes secretos X” puede desenvolverse en esta era tecnológica de manera orgánica. 



 Mientras TvLine le recomienda a Carter que de un paso al costado, el creador de la serie Carter ha revelado que quiere continuar con la serie e incluso ha insinuado que podría hacerlo sin Scully, pero hay que recordar que la serie sobrevivió tambaleando la ausencia de David Duchovny. En ese sentido, quizá lo primero que debería hacer Carter adaptarse el mismo al momento universal que vivimos en donde se empodera a la mujer. Sobre todo cuando la misma serie es protagonizada por una mujer que es considerada un icono, una referencia de los 90’s, una figura que cargó la serie sola cuando su co-protagonista decidió alejarse por un par de temporadas. 


Si bien es cierto “Los expedientes secretos X” sobrevivieron sin Fox Mulder, no podría continuar sin Dana Scully porque ella es el corazón de la serie... la no creyente que llegó a creer. Y si no, aun podría hacer algo con “mini Scully y mini Fox”.

Otro problema de Carter tiene que resolver es su manía por los cliffhangers. Si quería apostar por un final abierto bien pudo haber terminado con el mejor episodio de la temporada; “The lost art of forehaed sweat” cuya temática es una divertida carta de amor a los seguidores de la serie, un guiño a la audiencia que susurra “Hey sigue creyendo” y por supuesto, yo quiero seguir creyendo.


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-#TheXFiles: La verdad… la química aún sigue allí

martes, 3 de abril de 2018

#EverythingSucks! doesn't suck

En una época donde las producciones se aprovechan de la nostalgia como una estrategia de consumo llega una serie que se aprovecha de la nostalgia sin caer en la superficialidad. En pocas palabras; “Everything sucks!” es “Stranger thing” pero sin la ciencia ficción, es “Los años maravillosos” en los noventas pero sin un Kevin y una Winnie, y es quizás lo más cercano que hemos tenido a “Freak and Geeks” pero para su suerte ha sido liberada en una época donde realmente podemos apreciar lo “cool” de no ser cool. 



 Nostalgia noventera 

Según la revista Variety, el nuevo modelo de negocios de Netflix está basado en la fibra nostálgica. Los ejecutivos y guionistas orientan las producciones a lo que más consume los suscriptores apoyándose en el data de lo que sus usuarios. "Stranger Things" es un gran ejemplo de esta idea. Se trata de una serie que hace un homenaje a las películas de los 80's pero con un plus, uno termina conquistado por la ternura que producen Will y compañía. Y en esa misma línea encontramos a "Everything Sucks!". La serie se nutre de la cultura pop de la década, pero apuesta una dirección diferente. En su primer episodio, conocemos al "Kevin" de la serie y a su "Winnie"; el chico soñador, Luke O'Neil (Jahi Wiston), siente algo especial por la chica extraña de la escuela, Kate (Peyton Kennedy), y con ayuda de sus amigos, Tyler (Quinn Liebling) y McQuiad (Rio Magini), hace todo lo posible para conquistarla, sin embargo, comenzamos a alejar de la idea de "Kevin y Winie" cuando nos vamos dando cuenta que la chica más que extraña es lesbiana.

El mejor episodio de la temporada es "Maybe you're gonna be the one that saves me" seguido por "I just wanna be anybody".

Al mismo estilo de Dawson de "Dawson's Creek", Luke tiene el sueño de ser director de cine y a su temprana edad es todo un maestro de edición, pues, como primer gesto romántico recrea el video "Wonderwall" de Oasis para pedirle una cita a Kate. Para evitar besar a Luke, Kate aprieta el botón de emergencia con lo que termina inundado el teatro. Esta acción sirve como una excusa para juntar a los miembros del club de audiovisuales y el club del teatro, donde están los populares liderados por la pareja de oro, Oliver (Elijah Stevenson) y Emaline (Sydney Sweeney) y todos juntos grabarán una película. Si esta fuera otra serie, los actos románticos de Luke habrían tenido resultado; Kate se habría enamorado de él, pero no. "Everything sucks!" se distingue precisamente porque intenta alejarse de las tendencias que ya conocemos. Luke acepta que Kate solo va a ser su amiga y Kate solidifica un carácter fuerte que hace que la chica popular Emaline se enamore de ella.


 "Everything sucks!" no será a gusto de todos porque aunque está clasificada como una comedia se trata más de una comedia dramática que retrata la adolescencia como es; la etapa más difícil de la vida. El propio título de la serie refleja el momento en que se encuentran los protagonistas en donde creen que “todo apesta” porque nada sale como quieren que salga, porque recién están descubriendo a ilusión y la desilusión en la vida. La primera temporada se centra en las ilusiones y desilusiones de la adolescencia tanto en el aspecto romántico como en el académico y en el plano del descubrimiento personal. Kate solo es una de las primeras desilusiones que tiene Luke, puesto que también tiene que enfrentarse con el abandono de su padre y con la nueva relación de su madre. Pero antes de la desilusión, la ilusión le sirvió como motivación, Luke se ilusionó con Kate y eso lo animó a grabar su película. La ilusión de ser un actor reconocido es lo que hace que Oliver deje a Emaline en buscar su gran oportunidad en Nueva York con lo que desilusiona a Emaline. La cuota nostálgica de “Everything sucks!” se encuentra más en la época en la que se desarrolla, los 90's con los VHS y la música rockera, pero no tanto en la historia.