domingo, 30 de septiembre de 2018

#BojackHorseman T5: Más oscuro, más hilarante

Mientras que en la cuarta temporada de “Bojack Horseman” parecía que Bojack lograba romper el ciclo del abuso emocional y entraba a un periodo de reflexión donde la felicidad parecía cercana, la quinta temporada es una llamada de atención cruel; no puedes recibir ayuda o mejorar si es que no tocas fondo primero y Bojack toca fondo y realmente no debería de sorprendernos conociendo a Bojack o siendo fan de la serie en general. 



 “Bojack Horseman” debe ser una de las pocas series animadas en genera diferentes tipos de emociones porque tan divertida como puede ser, también es emocionalmente desoladora y tan oscura como puede ser también puede ser hilarantemente meta. El show utiliza un humor particular para construir un complejo retrato del mundo de Hollywood (Hollywoo en el mundo de Bojack) resaltando ante todo la hipocresía frente a temáticas actuales como los comportamientos machistas de actores y productores y otro, igual de directo, para que sus propios protagonistas hagan un autoanálisis sobre sus propias vidas. 


El arco más importante es el de Bojack. Considerando que la temporada pasada lo dejamos con una sonrisa en el hocico ilusionado por tener una hermana en su vida y en el primer capítulo de la nueva temporada, Bojack está trabajando como protagonista de "Philbert", lo que significa que está revitalizando su carrera, cualquiera pensaría que está en un mejor lugar que antes pero en realidad sus problemas continúan demasiado presente. Cuando escribo que Bojack toca fondo esta temporada, no me refiero al abuso de las drogas y el alcohol, sino al camino de autodestrucción que evidencia en todos los episodios. Bojack se está en un lugar muy oscuro y si antes podíamos justificar sus acciones, esta temporada, su comportamiento, sus dudas, su autosabotaje y su propio juicio nulo no causa ningún tipo de empatía porque al final del día, todo lo que le pasa a Bojack es responsabilidad de Bojack. Un accidente automovilístico, que sirve como excusa para tomar más pastillas contra el dolor, y un comportamiento bizarro y alejado de la realidad que termina con Bojack estrangulando a su co-protagonista (es detenido por el resto del elenco) son la llamada de atención que necesitaba y tras un discurso demoledor donde Diane le cuenta sus verdades y con la misma ayuda de Diane, Bojack decide buscar ayuda, empezando, con suerte, un verdadero camino de sanación interna y externa. 



En paralelo a Bojack, cada uno de los demás personajes tienen arcos ricos en el plano emocional; Diane trata de encontrar su lugar en el mundo y conectarse con su cultura luego de divorciarse de Mr. PeanutButter, Princess Carolyn sigue luchando con su deseos de ser madre mientras lidia con su exitosa carrera profesional, Todd está adecuándose a su asexualidad y Mr. PeanutButter aún conserva la esperanza de encontrar el amor pero se le hace difícil conservarlo. Todas estas historias tienen un final diferente al que creemos que va a pasar y lejos del final feliz seguimos más o menos en el mismo lugar. Y es que no todos tienen que tocar fondo para cambiar y no todos tienen que cambiar, a veces, simplemente basta con aceptar quienes somos y ser sinceros con nosotros mismos con lo que queremos. Una de las razones por la que “Bojack Horseman” se siente tan cercana es que, a través de sus historias, evoca una sensación de reconciliación con uno mismo. Nos vemos a nosotros en ciertos aspectos de los personajes y abrazamos la esperanza de que siempre se puede cambiar para bien incluso aunque esto no se concrete en la serie o en la vida real. 



El mejor capítulo de la quinta temporada son 25 minutos de la crisis existencial de Bojack en medio del funeral de su madre con quien nunca tuvo una buena relación y que siempre mantuvo su distancia. “Free Churro” tiene un poco de la profundidad de “Stupid Peace of Shit” y también de la absurdidad de “BoJack Hates the Troops” que son mis episodios favoritos, es increíble como la serie logra insertar líneas tan disparatadas en medio de un monologo a modo de elegía en el funeral de Beatrice que describe la complicada relación de una madre fría como un tempano y un hijo que no sabe cómo lidiar con sus emociones ante una muerte que esperaba pero que aun así lo agarró por sorpresa.

Emmy para Will Arnett

 Parece que todas las temporadas escribo lo mismo, pero esta ha sido la mejor temporada y es que “BoJack Horseman” es actualmente una de las series más profundas en la actualidad aunque suene un poco fuera de foco porque son dibujos, sin embargo, no hay ninguna otra serie que se atreva a empujar constantemente los límites en sus historias hasta el punto de ser casi una crítica directa del mundo del espectáculo y al mismo tiempo, lo más impresionante, es que lo hace con la sensibilidad para aproximarse a una caracterización realista de lo complicado que es la mente de cualquier ser.

También puedes leer:

jueves, 27 de septiembre de 2018

#LasChicasdelCable T3: De un placer culposo a un precedente peligroso

Desde su primera temporada he considerado a “Las chicas del cable” como un placer culposo. Más que una serie es una telenovela española con capítulos de 30 a 40 minutos. A pesar de que se vendían (y lo siguen haciendo) como una serie feminista y progresiva – solo por el simple hecho de tener a cuatro mujeres como protagonistas-, los hombres y los amores son el principal enganche y todo ese discurso del empoderamiento de la mujer es una idea que se queda en nebulosa de la vida romántica de las figuras principales. Si bien hay un intento que por lo menos una de las historias gire alrededor de la mujer en una época donde no tenían derechos y eran delegadas de la vida profesional, la verdad es que no hay ningún capítulo en todas las temporadas que pase el test Bechdel, pero está bien porque de vez en cuando el melodrama del corazón es la perfecta razón para verlo. 



Quisiera comentar sobre la tercera temporada burlándome de todos los clichés en los que han caído porque parece que algún productor hizo una maratón de novelas mexicanas y ha decidido incluir todo lo que ha visto en la serie. De ese modo tenemos un incendio, el secuestro de un bebé, una villana venenosa (Doña Carmen), una toma de la empresa, una seudo revolución y varios muertos. Debería de profundizar en mis críticas porque “Las Chicas del Cable” se presta para críticas, pero no puedo. De la tercera temporada lo único que me queda es el sabor agrio por el enfermizo arco que le ha tocado a Marga. 



A Marga siempre le han tocado historias relativamente tontas porque se trata de la más inocente del grupo, pero en esta oportunidad, lo que en un primer momento parecía ser una historia en donde Marga iba a aprender a disfrutar la intimidad termina siendo una historia perversa que entra en una zona roja pero que pretende pasar por paños fríos el tema del consenso y el abuso. Marga se acostó con Julio, el hermano gemelo de Pablo, pensando erróneamente que se trataba de Pablo, pero ella no sabía que Julio era Pablo, pero Julio sí estaba al tanto que se estaba acostando con la esposa de su hermano… Es indignante como la serie aborda todo este arco como si fuera algo cómico. “Upps, se acostó con el hermano gemelo de su esposo, qué gracioso”, pero habría que aclarar que lo de Julio y Marga no es gracioso y tampoco es un “error” como se repite en la serie, porque aunque no haya habido violencia, se trata de un abuso sexual por parte de Julio y un consenso truncado por parte de Marga. 



Como si ya fuera suficientemente mala esta historia, luego, Julio, que es un sin vergüenza en todos los aspectos posibles y ni si quiera acepta que lo que hizo está mal o que se aprovechó de Marga, se “enamora” de Marga y comienza a hacer cosas buenas por ella lo que hace que ella sienta una atracción por él. Ya al final de la temporada, Pablo se entera de la verdad y llama las cosas como son: Julio abusó de su mujer. Todo este asunto de Julio y Marga perpetúa el mito del amor machista que dice que si el bad boy hace algo bueno tiene que ser retribuido y correspondido pese a sus malas acciones. Ya sé que todo esto es ficción, pero no es la primera vez que una serie sienta el precedente peligroso de normalizar el abuso y romantizar al chico malo bajo la absurda premisa de que “puede cambiar” solo porque se enamora. El punto a donde quería llegar el triángulo Julio-Marga-Pablo era el cliffhanger de la temporada; dejar al aire con quién se va a quedar Marga si con Pablo o con Julio. Particularmente, cualquiera sea la elección no vale la pena. Marga engañó a Pablo y de ese modo arruinaron la tierna relación se construyó durante dos temporadas y por otro lado, sería asqueroso verla con Julio. 



No había necesidad de enredar a Marga en un triángulo amoroso, pero si los guionistas y productores necesitaban un nuevo triángulo amoroso hay formas, incluso con el propio Julio y Marga, anulando su encuentro sexual y acercándolos en el trabajo, hasta hubiera pasado desapercibido que ya es raro que Marga se pueda enamorar del gemelo de su esposo, sin embargo, parece que la propia serie no ve que la principal diferencia entre el triángulo amoroso entre Carlos-Alba-Francisco y Julio-Marga-Pablo es, de nuevo, el consenso. Si los guionistas y los productores de “Las chicas del Cable” creen que esta es una historia creativa y para nada machista -ya que creen que la producción es feminista y progresiva-, entonces, parece que sus ideas se han quedado en la época donde la serie se desarrolla.

*No pongo el nombre de los actores, como usualmente hago, porque ellos no tienen la culpa. De hecho, Nico Romero hace un excelente trabajo como Pablo y Julio y la escena donde Marga se da cuenta que se acostó con Julio es dolorosa gracias a la interpretación de Nadia de Santiago. Ellos son solo los actores, no los guionistas ni los productores, por lo tanto, no son responsables de esta historia.

También puedes leer:

jueves, 20 de septiembre de 2018

#IronFist T2: La metamorfosis de Danny Rand y de la propia serie

El consenso general en las redes sociales es que la segunda temporada de “Iron Fist” es mucho mejor que la primera. La metamorfosis de la serie ha iniciado con su principal inconveniente, su protagonista, Danny Rand (Finn Jones), a quien se le ha bajado la ñoñería y la intensidad y se le ha dotado una consciencia social y una diplomacia aburrida hasta cierto punto, pero apropiada en ciertos contextos sobre todo para un héroe que se rehúsa a matar. 



Una vez arreglado el héroe, lo que necesitaba la serie era un enemigo de talla no tan confuso como fue la “Mano”. Bien se sabe que a un héroe solo se puede medir a través de su villano y así entra a la escena Davos (Sacha Dhawan). Sin embargo, Davos no se sintió como uno de los malos. Más que un villano, Davos es casi un antihéroe, de hecho, es el casi The Punisher” de “Iron Fist”. Hay una línea muy delgada entre las acciones de un antihéroe con las acciones de un demente. Eliminar a las mafias de la ciudad es lo que Davos y "The Punisher" tienen en común, sin embargo, lo que los diferencia es la motivación. En el caso de "The Punisher", sus acciones se basan en limpiar la ciudad y evitar así muertes como la de su familia, pero en el caso de Davos, todo lo que hace lo hace para ganar a Danny porque lo envidia por obtener el “puño de hierro” y además, para colmo lastima a inocentes. Como también es un clásico de villanos, la obsesión por “recuperar” lo que cree que le pertenece lo aísla de sus breves socios, Walker (Alice Eve) y Joy Meachum (Jessica Stroup). 

The bad Punisher e Iron Fist

Pese a la astucia estratégica de Davos, el personaje termina siendo una caricatura de sí mismo cuando ya logra obtener su añorado “Iron Fist”. El poder lo embrutece hasta que el punto que cae en todas las trampas de Danny y Colleen y bueno, es fácilmente derrotado por Colleen Wing (Jessica Henwick).

Lo mejor de la temporada en una sola foto

La serie se titula “Iron Fist” no “Danny Rand”, lo que significa que no siempre el foco va a estar centrado en Danny y esa es una de las decisiones más acertadas ya que a diferencia de “Luke Cage” y “Jessica Jones”, Danny no siempre es el personaje más cool o el más interesante ni tampoco puede cargar el show solo. En la primera temporada, Colleen era la sidekick de Danny pero ahora la serie es tanto de Danny como de Colleen. ¿Y el sidekick? Ahora, Ward (Tom Pelphrey) es el sidekick de Danny y Misty Knight (Simone Missick) es el sidekick de Colleen. Esta nueva dinámica funciona a la perfección porque Ward, que en la temporada pasada era otro insoportable, ahora es el idiota altanero con cierto encanto irresistible que le dice sus verdades a Danny, mientras que la asociación de Misty y Collen se siente tan natural que cada escena que comparten ruega que le den un spin off solo para ellas. 


Marvel y su manía de reinvindicar a los Ward 

 Continuando enumerando las mejoras de la serie debo mencionar las peleas, audiovisualmente más atractivas y mejores coordinadas. También debo resaltar a Mary/Walker, que ha sido una de las incorporaciones al elenco más enigmáticas. Creo que es una de las pocas veces que vemos en pantalla a alguien que sufre de múltiples personalidades y parece que el subtrama de Mary y Walker se desarrollará a profundidad en una nueva temporada pero hasta el momento ha sido una aliada/nemesis que le aporta una cuota psicológica al mundo de "Iron Fist". Pero lo mejor que ha podido hacer la serie es subsanar el problema de los 13 episodios por temporada solo contando solo con 10 episodios que le basta para su historia. 



Entre los puntos débiles que tiene “Iron Fist” está su coherencia, uno que otro dialogo melodramático y todo el arco de Joy, la hermana de Ward, que pretende ser una mala desalmada pero termina siendo una damisela en peligro. Sin embargo, en un balance, hay más cosas positivas que decir de la segunda temporada de "Iron Fist" y además, ha logrado crear una buena expectativa para una tercera temporada con Colleen asumiendo el rol de Iron Fist y Danny y Ward investigando más sobre los otros Iron Fist. 

El Spin off que merecemos
También puedes leer:

-#IronFist: ¿Un gancho débil o un knock out?
-#TheDefenders: Tus héroes favoritos… e Iron Fist

viernes, 14 de septiembre de 2018

#TheHandmaidsTale T2: Oda a la miseria

La primera escena de la segunda temporada muestra a las criadas a punto de ser colgadas por no haber apedreado a una de sus compañeras al final de la primera temporada y pese a su brutalidad, la secuencia es una obra de arte, una belleza perversa y trágica. La composición de la "The Handmaind's Tale", desde la fotografía hasta el soundtrack, logra capturar la miseria de una forma tan estética que la hace aceptable, no como para vivir en Gilead, pero lo suficiente como para que continuar viendo sin importar lo o repulsivo e indignante que puede resultar la vida en Gilead.



La serie se ve bien, pero no se siente bien. El problema de la segunda temporada es que nos alimenta de información sobre la sociedad de Gilead, que si bien es interesante, poco interesa en general. Lo que realmente importa es June (Elisabeth Moss) y el arco que le ha tocado es frustrante, ni si quiera parece que ha tenido un avance significativo, es más estamos frente a un retroceso total. No obstante, hay cierta lógica detrás de las acciones de June y en su polémica decisión de quedarse en Gilead aunque se sienta incongruente. No se trata de un "Síndrome de Estocolmo" y ni es cuestión de masoquismo, ella necesita quedarse porque necesita encontrar un modo de salvar a su hija Hannah. Pero si lo pensamos bien y si hacemos un balance, las Marthas y Nick (Max Minghella) hicieron un gran sacrificio para ayudar a escapar a June como para que ella regrese sin su bebé a la casa de los Waterford, donde además le espera un castigo por haber intentado huir. Si entramos al juego de la especulación, si June llegaba a Canadá y se reencontraba con Luke (O. T. Fagbenle) y Moira (Samira Wiley) podrían haber luchado juntos por Hannah. 

Why, June, why?

Esta historia revela el verdadero dilema al que se enfrenta "The Handmaid's Tale" y es que si June logra salir de Gilead, la serie se acaba. Porque de verdad, no importa lo que suceda con Gilead si no está June, o lo que suceda con los Waterford o si existe una resistencia que camina a paso de tortuga, lo que nos importa es June. La serie es June. Y por eso, es inevitable sentirse robado cuando vemos que al final de la temporada, June decide quedarse después de haber tenido la oportunidad más clara de huir, sobre todo, cuando eso es lo que estuvo buscando toda la temporada. La serie ha descubierto que tiene un límite que no debería cruzar para no quedarse sin historia y en lugar de encontrar un modo más astuto de no acercarse a la línea, se ha acercado de una manera floja; June se queda porque se queda y punto. 


De nuevo; why, June, why?

 Antes del decepcionante final de temporada, ver la serie ha sido un ejercicio de paciencia donde lo más interesante que pasó no lo vimos, como el planeamiento del atentado de las criadas a las cabezas de Gilead, o el pacto de las Marthas que aprovecharon la fortaleza de su anonimato para crear un grupo de resistencia, en cambio solo nos queda seguir viendo a June tratando de acomodarse a su situación en modo sobreviviente y una especie de humanización de Serena Joy (Yvonne Strahovski). Hay una escena en particular que parece construir a Serena como una posible figura de la resistencia o por lo menos se da cuenta que la sociedad está mal y le pide a los líderes de Gilead que permitan leer la biblia a las niñas, pero a final le cortan el dedo como castigo y ese es el final de la Serena atrevida. No puedo negar que lo que le sucede a Serena es una especie de Karma. Gilead nació, en parte, por mujeres como ella que preferían callar y obedecer sin cuestionar a su "religión" y a las "reglas" impuestas por un conjunto de hombres. Bueno, al menos tenemos el consuelo de volver a ver a Emily (Alexis Bledel) y la satisfacción de que salió del infierno de Gilead cuando ya había perdido toda la esperanza. 


 Gracias a su espeluznante rol en "Get out" esperaba lo peor del personaje de Bradley Whitford, pero resultó ayudó a Emily a escapar, así que... nope, aun no puedo confiar en él. 

 Más allá de las opiniones sobre la segunda temporada, la serie se ha convertido en un símbolo o mejor dicho en una advertencia de un futuro perverso que podría suceder si es que no se reacciona a tiempo. Así, las criadas de la serie son un icono feminista que aparecen en varias protestas en donde se demanda o se protege los derechos de la mujer. Quizás por eso a "The Handmaind's Tale" no le conviene destruir el sistema de Gilead, ni cambiar de escenario y simplemente se empecina en mostrarnos las acciones más atroces e inhumanas en contra de las criadas. Tal vez es necesario seguir presenciando una oda a la miseria para desperar como nos comenta June en varios de sus monólogos.




Un comentario final: Quiero destacar que en el segundo episodio de la segunda temporada hay una escena aparentemente simple; June está viendo "Friends", pero no está viendo cualquier episodio, justo está viendo el que Monica le enseña a Chandler cómo satisfacer a su pareja. Es una escena simple pero profunda porque se trata de una época donde el sexo no era visto como un pecado y las mujeres eran libres de sentir y buscar su propia satisfacción, cosas que en el régimen de Gilead se les he prohibido. Esta escena es una de las más relevantes de la temporada porque muestra la yuxtaposición de dos sociedades.

También puedes leer:
-#TheHandmaidsTale: La serie más indignante y relevante en la actualidad