“Star Wars The Rise of Skywalker” no solo es la última película de la nueva trilogía, sino que también es el cierre de una saga que comenzó hace 42 años con la trilogía original de George Lucas. Acabar esta historia suponía un monumental trabajo y una gran presión, todo esto recayó de nuevo sobre las manos de JJ Abrams, quien retornó tras “The Force Awakens”, luego de la controversial recepción que tuvo “The Last Jedi” de Rian Johnson. En este contexto difícil se suponía que Abrams debía recuperar la confianza de los fans y el respaldo de los críticos, algo que lo consiguió a medias con el Episodio 7. Hay que reconocer que Abrams se esforzó para que “The Rise of Skywalker” tuviera una resolución aceptable y explotó al máximo la nostalgia al ofrecer momentos emotivos con caras familiares, priorizando el trama a través de una narrativa esquemática llena de casualidades que ignoraba la propia evolución lógica de varios de sus personajes, pero que ofrecía lo que el fan acérrimo deseaba.
El lado positivo
Al igual que en “The Force Awakens”, la nostalgia estuvo a flor de piel en “The Rise of Skywalker” y eso hizo que sintiéramos de manera más intensa los reencuentros con viejos conocidos. Disfrutamos volver a ver al siempre cool Lando Calrissian interpretado por Billy Dee Willams y también que sufrimos más con la muerte de Chewbacca, pese a segundos después se nos revela que no murió. En realidad, Abrams no quiere que tengamos sentimientos negativos y por eso pone freno a todo aquello que podría hacernos sentirnos tristes.
Si bien la historia tiene altos y bajos, lo que es consistente es las performances de todo el elenco, especialmente hay que destacar el trabajo de Daisy Ridley, Adam Driver, John Boyega, Oscar Isaac y del tridente original: Carrie Fisher, Harrison Ford y Mark Hamill.
Cada escena en la que Carrie Fisher volvió a darle vida a Leia Organa está llenos de mística y familiaridad. Es realmente impresionante lo que se pudo lograr con el material limitado que se tenía de Carrie Fisher luego que la actriz falleciera en el 2016. Pese al reto que significaba hacer la película sin Fisher se le hace justicia Leia, uno de los personajes más míticos de la saga, y al mismo tiempo se le hace un homenaje a la propia actriz al no recrearla digitalmente. Se utilizaron escenas que Fisher grabó en los episodios 7 y 8, por eso cierto dialogo parece desfasado, sin embargo, el arco que le ha tocado a es el más satisfactorio de toda la saga reciente ya que no solo se resalta su liderazgo como la cabeza de la Resistencia sino que también es clave en la reivindicación de Kylo Ren. Y con la revelación de que ella entrenó para ser un jedi, se hace un sueño realidad.
La aparición de Harrison Ford, el actor prodigo de la franquicia, también ha sido genuinamente grata. La escena en donde aparece plasma un escenario inverso al de la última vez que lo vimos cuando intentó salvar a su hijo antes que él lo matara primero. En esta oportunidad, se cierra el círculo, Han Solo le da la fuerza a Ben para que dejar ir a Kylo Ren. Se da a entender que la presencia de Han Solo es una manifestación de Kylo Ren tras el sacrificio de su madre quien uso la fuerza para reconectarse con él y para sintiera amor una vez más iniciando el camino de la redención. De haber seguido viva Fisher, Leia hubiera calzado esta escena a la perfección, pero en su lugar está Han Solo y funciona también porque también es la conclusión de la historia de Han y Leia a través del renacimiento del producto de su amor: Ben Solo. Además, con Ford se crea otro feeling, ahora sí nos despedimos del personaje de manera apropiada. Del mismo modo, el último miembro del tridente original, Mark Hamill hace lo suyo esta vez de una manera más cómoda y con un Luke Skywalker más sabio en su rol de mentor. Este es el Luke que queríamos ver y sus escenas tienen la intención de disculparse por su arco en “The Last Jedi” donde se la pasó en una crisis permanente y despotricando de su pasado como héroe/jedi.
Un punto que vale la pena mencionar de la nueva trilogía ha sido la química electrizante de los actores Daisy Ridley y Adam Driver lo que dio pie a posibilidades infinitas al explorar ese vínculo extraño, pero cuya historia siempre se quedó en la superficie. No obstante, es obvio que son el yin y el yan de “Star Wars”, personajes contradictorios y complementarios. Rey representa lo bueno de la fuerza y Kylo Ren, el lado oscuro. Si los dos no terminaban juntos, se aniquilarían entre sí. Ante estas dos opciones, se optó por una tercera; que uno se sacrifique por el otro. Si hay algo bueno que hizo esta trilogía fue elegir a sus dos protagonistas porque son muy buenos pese a las historias que les ha tocado y eso hay que sumarle el plus de compartir una dinámica natural que sirve para justificar ese final apresurado.
El lado más flojo
Ahora entramos a la parte más floja de la película. Hace años, JJ Abrams se presentó en TED Talks y expuso su famosa técnica de la “caja de misterios” al momento de escribir una historia. Lo que hace Abrams es sencillo: busca crear pequeños misterios que enganchen al espectador, lo hizo en “Lost”, en “Alias” y hasta en “Felicity”, y la razón por las que este método funciona muy bien en series es porque se trata de un señuelo y uno termina quedándose por los personajes. En el caso de las películas de “Star Wars” dirigidas JJ Abrams, esta “caja de misterios” evolucionó en dos problemas gigantes porque Rian Johnson se animó a resolver la mayoría de estos misterios en el “Episodio 8”, pero sus ideas desataron las críticas de los fans que se sentían traicionados ante una dirección nueva que se alejaba del legado de “Star Wars”. Lo que nos lleva al segundo problema; Abrams regresó a la franquicia para corregir las respuestas dadas por Johnson y a la vez, tuvo que hacer algo que no estaba acostumbrado; resolver su dichosa “caja de misterios”. Entonces, para escribir el guión del “Episodio 9” parece que se metió en internet y sacó las mejores teorías en un intento de validar los pedidos de sus fans. En pocas palabras, Abrams se puso en modo Oprah Winfrey, adelantó la navidad, y le dio a los fans lo que tanto anhelaban. ¿Querían que “The Last Jedi” fuera borrada? Hecho. ¿Querían que Palpapine regresara? Hecho. ¿Querías que Luke se comporte como un mentor? Hecho. ¿Querías que Leia sea una jedi? Hecho. ¿Querías una pareja gay? Hecho, pero no es Poe ni Finn. Bueno, le dio a los fans casi todo.
Nosotros podemos justificar ciertas escenas. Por ejemplo: se puede entender por qué nadie respondió el mensaje de ayuda de la Resistencia en “The Last Jedi”, pero sí en “The Rise of Skywalker” ya que en la última película es el propio Lando quien solicita ayuda y recordemos que el hombre es una leyenda porque junto a sus amigos, Luke, Han Solo y Leia, ya salvaron la galaxia. Pero buscarle explicación a todo no es algo que podamos hacerlo durante toda la película y tampoco lo vamos a hacer en todas las escenas porque seguro que Disney sacara libros y comics para llenar los huecos de la historia Abrams. Ese es un problema. En “The Rise of Skywalker” hay demasiada tramas, demasiadas respuestas, el desarrollo es tan rápido que choca entre sí, casi todas las escenas son expositivas y el dialogo está compuesto por frases que suenan cool, pero que no se sienten naturales. En las producciones de la ciencia ficción, el espectador se convierte en un cómplice de la narrativa. Un buen guion hace que te olvides de la ciencia para creer lo que sea que la película te presenta, pero para mala suerte de “The Rise of Skywalker”, nada puede hacernos ignorar esos huecos en la historia ni si quiera el carisma de sus personajes o las adorables nuevas criaturas que se presenten.
La caja de respuestas de Abrams
Explicando el final o por lo menos tratando de darle sentido
Aparte de las preguntas que genera su alucinante retorno, en realidad el personaje de Palpatine es la excusa de JJ Abrams para darle una nueva amenaza a la galaxia luego que Rian Johnson matara a Snoke a la mitad de “The Last Jedi”. También es un modo de restarle responsabilidad de los genocidios realizados por Kylo Ren argumentando que fue manipulado. Es un mal argumento, pero se comprende que en el espíritu de la trilogía original, Kylo Ren debía ser reivindicado como lo fue Darth Vader y derivando todo lo malo que ha sucedido en la galaxia a Palpatine, se cumplía ese cometido.
Abrams se apoyó en Palpatine para explicar lo inexplicable incluso ese vínculo especial entre Kylo y Rey. Los dos son una “dyad” de la Fuerza. Esto significa que se trata de dos seres sensibles a la fuerza pueden compartir el poder como un solo individuo. A parte de sus linajes, uno es descendiente directo de los Skywalker, héroes predilectos de la galaxia, y la otra es la nieta de Palpatine, responsable del Imperio y de la Nueva Orden, el vínculo de los dos ha estado presente en la trilogía desde el comienzo, es la razón por la cual pueden verse y comunicarse estando en galaxias diferentes y la razón por la que juntos parecen vencer a cualquiera que se coloque en su camino incluyendo al propio Palpatine.
"Soy tu abuelo": El giro (no tan sorprendente) de la identidad de Rey es por decir menos bizarro, un deus ex machina que intenta voltear el famoso “Yo soy tu padre” de Darh Vader.
Al final, con la ayuda de todos los espíritus de los jedi, Rey logra derrotar a Palpatine, no se sabe si ha muerto porque se usó el mismo método con el que supuestamente ya antes se habían deshecho de él, pero bueno, el esfuerzo hace que Rey muera. Entonces, Ben Solo le devuelve el favor y la cura como ella lo curó a él. Los dos sonríen y se dan un beso con lo que Reylo es canon, pero después… Ben fallece en los brazos de Rey.
La muerte de Ben Solo era la decisión más correcta porque iba a ser muy incómodo que sobreviva y se dedique a estar junto a toda esa gente que quería matar.
Al final de la película, Rey entierra los sables de Leia y Luke en Tatooine, lugar donde comenzó la trilogía original. Antes de que aparezcan los créditos, una mujer hace una pregunta que encapsula de lo que se trataba toda la trilogía: la identidad de Rey. El hecho que Rey haya asumido el apellido Skywalker se da por la admiración a Leila y Luke, aunque la elección más tiene que ver con ser una ofrenda al fan porque si lo pensamos bien, Rey solo entreno con Luke solo un par de días y si hubiera quedado honrar a Leia habría elegido Organa, pero no habría tenido el impacto sentimental que necesitaba la película. El apellido Skywalker es sinónimo de heroísmo en la galaxia y su legado ahora radica en ella.
En resumen, “The Rise of Skywalker” estaba más preocupado por corregir los “errores” de “The Last Jedi” que en lugar de dejar fluir la historia. Es verdad que la película está llena de acción y se ha apelado nuevamente a la nostalgia, pero la trilogía de manera pasiva y conservadora enfocado más en complacer a su público que en ofrecer calidad. Más que una película, parece un collage de momentos emocionales sin consistencia ni sustancia.
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