Hace años leí “Tres metros sobre el cielo” y me enamore de la imperfecta relación de Step y Babi. Se trataba de un amor diferente juvenil demasiado irracional afectado por factores externos y demonios internos de ambos. Step era el típico rebelde sin causa que llevaba sobre sus hombros una violencia incontenida debido a la traición de su madre, una violencia que se desencadenaba en múltiples situaciones y por su parte, Babi era una adolescente privilegiada que se dejaban influenciar por la trivialidad de su madre por lo que “debía” hacer y no por lo que la hacía feliz. Step y Babi no eran “Romeo y Julieta”, solo era un reflejo de lo que es el primer amor lleno de romanticismo y pasión.
Mario Casas protagonizó la versión española de "Tres metros sobre el cielo"
La primera novela termina con una tragedia, Pollo, el mejor amigo de Step, muere en una carrera de motos. Para ese entonces, Babi se dio cuenta que estaba yéndose a un camino diferente de Step y cada vez se iban alejando más, cada vez se iban peleando más, cada vez iba conociendo a Step más y no le gustaba lo que veía. Supongo que Babi quería que Step cambiara, quizás que madurara un poco, y Step quería y necesitaba algo que lo hiciera analizarse a sí mismo para poder cambiar. “Tres metros sobre el cielo” termina con Step viajando lejos de Italia.
Luego de "Tres metros sobre el cielo" vino "Tengo ganas de ti"
La historia de Step y Babi continuó en “Tengo ganas de ti”. Un Step más maduro regresa a Italia y conoce a Gin, quien siempre lo ha amado en silencio. Esta vez se trató del clásico “viejo amor” vs. “nuevo amor”. Pero aunque Step tiene un gusto por Gin, admira su espíritu libre, su forma positiva de ver la vida y sobre todo, esa manera de verlo, realmente no la amaba como Babi y hasta en cierto punto era entendible. Babi fue su primer amor, nadie iba a ocupar ese lugar, pero eso no significa que ya no puede amar a nadie más. Step escoge quedarse con Gin después de acostarse con Babi “por última vez”. Y pongo "escoge" porque es él quien le ruega para volver y le promete que jamás volverá a ver a Babi.
Creo que toda esta historia hubiera terminado muy bien en el segundo libro, pero como estamos en una época donde se revive todo lo que alguna vez tuvo éxito llegó “Tres veces tú” y debo decir estoy molesta por el destino de los personajes y por la manera de reescribir viejas historias que parecían cerradas y con sentido. Por asares del destino, Step vuelve a reencontrarse con Babi, quien es miserable pese a que ella decidió casarse sin tomar en cuenta sus sentimientos por Step y que además, tuvo su hijo y jamás se molestó en decírselo. Y Step vuelve a caer en sus “redes”, Babi se convierte en su amante porque Step se ha casado con Gin pese a que tenía sus dudas de hacerlo, pero bueno, Gin estaba embarazada. Y aquí nos detenemos.
“Tres metros sobre el cielo” y “Tengo ganas de ti” se distinguían por su romanticismo e hizo un gran esfuerzo para evitar los clichés presentes en este tipo de historias de amor. En el primer libro, Step y Babi no se quedaron juntos y en el segundo, Step volvió con Gin dejando atrás su pasado. ¿Entonces, qué demonios pasó? ¿Por qué “Tres veces tú” se siente más como una novela mexicana que como una novela romántica? ¿Por qué darle una enfermedad crítica a Gin? ¿Por qué hacer que Step la engañe? ¿Por qué hacer a Babi tan patética y co-dependiente? ¿Por qué revelar que Pollo no tuvo ningún accidente? Estamos en el 2017 y Federico Moccia decidió a convertir a Step en un Gary Stu, un personaje tan perfecto y correcto que nunca se equivoca porque aunque se equivoque lo hace por una razón correcta. Al revelar que Pollo se suicidó, Step deja de cargar la culpa de no estar presente el día del accidente. Y con eso se minimiza ese momento, el momento en el que Step cambió su vida. Del mismo modo, darle una enfermedad mortal a Gin evita que Step haga una elección definitiva. Lo deja libre de toda culpa para quedarse con Babi. Eso es frustrante y decepcionante. Es obvio que Step ha cambiado al igual que los demás personajes en el libro, pero se supone que eso debería ser lo rico de la historia. Step ya cometió varios errores y ya casi bordeando los 30 debía aprender de los mismos, pero no lo hace, los sigue cometiendo y lo peor es que no asume la responsabilidad por ninguno. “Tres veces tú” tira por los suelos el gran amor de Step y Babi, no por el hecho que sean amantes ni por las circunstancias sino porque eligieron esconderse como si el amor fuera algo malo, porque les quita esa personalidad de la que nos enamoramos en los dos libros previos. ¿Dónde está ese Step valiente que pintó “Tú y yo a tres metros sobre el cielo”? Era obvio que Step ama a Babi, pero no podía ser feliz con ella sabiendo que estaba hiriendo a Gin por eso decidió vivir una doble vida, lo que es simplemente egoísta porque no está pensando en Gin ni en Babi, está pensando en él. Pero una vez que eligió a Gin y a su hija, debió de dejarse sentirse como una víctima porque no lo es. Step siempre tuvo una opción y decidió cometer el mismo error que el de su madre, decidió quedarse con Gin pero Gin no es como su padre y tras leer la novela se siente como si Gin siempre fue un premio consuelo, una “opción segura” de Step.
“Tres metros sobre el cielo” y “Tengo ganas de ti” se distinguían por su romanticismo e hizo un gran esfuerzo para evitar los clichés presentes en este tipo de historias de amor. En el primer libro, Step y Babi no se quedaron juntos y en el segundo, Step volvió con Gin dejando atrás su pasado. ¿Entonces, qué demonios pasó? ¿Por qué “Tres veces tú” se siente más como una novela mexicana que como una novela romántica? ¿Por qué darle una enfermedad crítica a Gin? ¿Por qué hacer que Step la engañe? ¿Por qué hacer a Babi tan patética y co-dependiente? ¿Por qué revelar que Pollo no tuvo ningún accidente? Estamos en el 2017 y Federico Moccia decidió a convertir a Step en un Gary Stu, un personaje tan perfecto y correcto que nunca se equivoca porque aunque se equivoque lo hace por una razón correcta. Al revelar que Pollo se suicidó, Step deja de cargar la culpa de no estar presente el día del accidente. Y con eso se minimiza ese momento, el momento en el que Step cambió su vida. Del mismo modo, darle una enfermedad mortal a Gin evita que Step haga una elección definitiva. Lo deja libre de toda culpa para quedarse con Babi. Eso es frustrante y decepcionante. Es obvio que Step ha cambiado al igual que los demás personajes en el libro, pero se supone que eso debería ser lo rico de la historia. Step ya cometió varios errores y ya casi bordeando los 30 debía aprender de los mismos, pero no lo hace, los sigue cometiendo y lo peor es que no asume la responsabilidad por ninguno. “Tres veces tú” tira por los suelos el gran amor de Step y Babi, no por el hecho que sean amantes ni por las circunstancias sino porque eligieron esconderse como si el amor fuera algo malo, porque les quita esa personalidad de la que nos enamoramos en los dos libros previos. ¿Dónde está ese Step valiente que pintó “Tú y yo a tres metros sobre el cielo”? Era obvio que Step ama a Babi, pero no podía ser feliz con ella sabiendo que estaba hiriendo a Gin por eso decidió vivir una doble vida, lo que es simplemente egoísta porque no está pensando en Gin ni en Babi, está pensando en él. Pero una vez que eligió a Gin y a su hija, debió de dejarse sentirse como una víctima porque no lo es. Step siempre tuvo una opción y decidió cometer el mismo error que el de su madre, decidió quedarse con Gin pero Gin no es como su padre y tras leer la novela se siente como si Gin siempre fue un premio consuelo, una “opción segura” de Step.
En realidad nunca hubo un triangulo amoroso, Gin siempre estuvo de más.
¿Por qué el escritor Federico Moccia decidió liberar de la culpa a Step? Es más fácil no juzgar las decisiones de Step cuando no las tiene, cuando “el destino” se encarga de eliminar los obstáculos que lo impedían de estar con Babi. Sin la muerte de Gin, Step es un cobarde que no quería ser el “malo del cuento” del mismo modo que fue su madre, pero ya había sido suficientemente egoísta como para serle infiel a Gin. Step y Babi merecían un final feliz pero no de ese modo, no de una manera tal absurda y melodramáticamente sencilla, no, Step, Babi y Gin merecían mucho más.