jueves, 31 de diciembre de 2020

Top 10 de las mejores series del desastroso 2020

10.- "The Boys"
En particular me encantó el trolleo hacia Marvel y es que esta serie hizo más por sus personajes femeninos en dos temporadas que el MCU en sus casi 10 años.





Centrado en la compleja historia de amor entre Connell y Mariane siguiéndolos desde su adolescencia hasta la universidad. Una serie que crea un lenguaje propio y cuyos protagonistas no hablan mucho.




 8.- "UnbreakableKimmySchmidt: Kimmy vs. The Reverend”

Algo así como el ejemplo a seguir en futuros producciones interactivas. Este especial de Kimmy Schmidt ofrecía una historia llena de bromas y excentricidades que dependían de nuestra elección. 




 7.- "Cobra Kai" 

La serie es una carta de amor a las películas y presenta una evolución de sus personajes más celebres profundizando en sus traumas, en sus victorias y en sus fracasos 30 años después de la final del torneo de Karate donde Danny le ganó a Johnny.




 
Se trata de la propuesta más atrevida y fantástica de AppleTv. Dickison, una serie que inspirada en la vida de la poetiza Emitly Dickison, se deja disfrutar por su creatividad y por sus anacronismos. 




5.- "After life" 

En un año lleno de muertes, la serie de Ricky Gervais nos consuela un poco con la historia de un viudo amargado que tiene que encontrar la manera de sobrevivir cada día tras la muerte de su esposa.




 
Debe ser la comedia animada que más me hizo reír este año. De verdad, una de las mejores producciones de la DC. 




3.- "The Mandalorian"

Es un homenaje a la trilogía original de George Lucas y enriquece a todo este universo creado por George Lucas al explorar una historia desconocida.



 
El mundo entro literalmente en crisis después del final de “The Good Place”, esa comedia que nos hizo creer el humano puede ser bueno si es que quiere serlo. 




 
Si bien es cierto, la última temporada no es la mejor temporada, creo que llegó en el momento correcto y justo antes que el mundo cambiara. La conclusión de Bojack es melancólica, pero apropiada para su protagonista.



lunes, 23 de noviembre de 2020

Un repaso de la “Era Trump” en series

En el video de análisis sobre el final de la comedia “New Girl”, el canal de Youtube, “The Take” señaló que las series reflejaban la época en la que se desarrollan. Y si bien esta frase siempre ha sido cierta, pero no tan evidente, desde que Donald Trump lanzó su candidatura para ser presidente de Estados Unidos, causando una fiebre mediática y caótica, el mundo de las series, al igual que el mundo real, entró a la denominada “Era Trump”. La mayoría de producciones modificaron sus historias para insertar comentarios políticos, sociales y también para hacer una crítica, a veces, directa, y otras indirectamente directa en contra de las políticas impuestas por la administración Trump, además, de abordar los dilemas y las secuelas de tener al egocéntrico magnate en el poder. Entonces, esa reflexión de “The Take” no solo se hizo más presente que nunca, sino que trató de ser un fiel reflejo, a su propio modo, de cómo la elección de Trump lo afectó todo. 



Homeland” no tuvo un personaje basado en Donald Trump, pero las tramas de sus últimas temporadas estuvieron “inspiradas” en la interferencia rusa en el gobierno americano y el modo en que las “fake news” se expandieron para a través de las redes sociales para desestabilizar el gobierno, lo que eventualmente llevó a una crisis constitucional cuya única solución fue la renuncia de la presidenta elegida, Elizabeth Keane (Elizabeth Marvel), un personaje que tenía pinceladas de Hillary Clinton. La heroína imperfecta de la serie, Carrie Mathison (Claire Danes), no solo salvó a su país en varias oportunidades, sino que casi se inmola para defender la democracia y hasta sacrificó su propia vida para ser la fuente de Saul Berenson (Mandy Patinkin) quedándose en Rusia como una doble agente. 




 Por su parte, el episodio "Sound and Fury" de “Madam Secretary”, o más conocido como el episodio del impeachment, se centró en el proceso de vacancia al presidente Conrad Dalton (Keith Carradine) por sus acciones erradicas. Este capítulo fue escrito antes del proceso de impeachment contra Trump, pero fue emitido en un momento en el que se estaba cuestionado el estado mental de Trump y su capacidad de poder seguir liderando las políticas americanas. En la serie, un tumor cerebral es responsable del comportamiento extraño de Dalton, mientras que, en la vida real, la explicación del comportamiento de Trump es… el mismo Trump. Y Trump siendo Trump, logró salvarse del impeachment gracias a la mayoría republicana en el senado, mientras que Dalton tuvo que dejar momentáneamente el poder para tomarse un descanso médico. 


En una de las metamorfosis más asombrosas en la ficción, “Quantico” paso de ser una serie sobre espías sexys enredados en conspiraciones a integrar conspiraciones reales como el “Pizzagate”, los fake news y la propuesta de registrar a los musulmanes en Estados Unidos. La segunda temporada termina con Alex Parrish, el personaje de Priyanka Chopra, una mujer de color, defendiendo la Constitución y la libertad de Estados Unidos, aunque esto signifique traicionar a su propio gobierno. Un poco exagerado tal vez, pero en línea con la “resistencia” interna dentro de la administración Trump que en ese momento filtraba información sobre los escándalos en la Casa Blanca.


 Por su parte, Donald Trump tuvo “cameo” fugaz en “Mr Robot”; su cabellera aparece en una cena de gala. Se hace también referencia a Trump dando a entender que Whiterose (BD Wong) está detrás de su elección porque es conveniente para sus intereses. La última parte de la serie se desarrolla meses antes de las elecciones del 2016. Ya antes, un efecto visual hizo que el presidente Barack Obama mencionara a Tyler como el responsable de los atentados. En el caso de Donald Trump, no se usó ningún efecto, solo uno de sus antiguos discursos. 



 “South Park”, una serie que podría considerarse una institución de la comedia sátira, se enfrentó al dilema de encontrar un modo de seguir burlándose de una realidad que entró en una fase absurda cuando Trump llegó al poder. En su temporada 20, “South Park” volvió al señor Garrison en un remedo de Donald Trump y lo enfrentó en la carrera por la Casa Blanca contra su propia versión de Hillary Clinton. Los creadores de South Park pensaban que Hillary Clinton iba a ganar, como todo el país y probablemente el mundo, por eso, y en esa dirección, ya tenían planeada toda la temporada, pero ante el sorpresivo triunfo de Trump, la serie más polémica de los últimos tiempos tuvo que reescribir sus capítulos restantes. A partir de entonces, South Park evita las narrativas directas sobre Trump, pero por supuesto, se sigue burlando de él y de la ridícula realidad en la que vivimos. Lo interesante de South Park es que logra burlarse de todos los lados, de los liberales, de los conservadores, de los fans de Trump y de los anti-Trump. No hay límites ni tampoco concesiones ni evolución y menos redención, pero podemos reírnos con ellos y de ellos. 



Otra comedia animada con el cual pudimos reír para no llorar es “Our Cartoon President” de Showtime que fue creada por Stephen Colbert luego que sus entrevistas con el presidente animado Donald Trump tuviera éxito en su programa “The Late Show with Stephen Colbert”. En “Our Cartoom Peesident” vemos no solo a toda la familia Trump, sino también a los republicanos y demócratas también caricaturizados, además de figuras del periodismo como Rachel Maddow y Anderson Cooper. 




 Las comedias en la “Era Trump” se pusieron más serias que nunca. “Black-ish” inició el ciclo con “Lemons”, el primer episodio que tocó de manera directa el triunfo de Donald Trump en las elecciones norteamericanas. El título del capítulo hace referencia la frase “si la vida te da limones, has limonada” y en ese sentido, esta familia acepta el resultado, pero al mismo tiempo evidencia su frustración y decepción por la elección del pueblo y su capacidad de mirar de lado ante el racismo. “Amo este país, aunque a veces el país no me ha amado de vuelta”, así comienza el magnífico discurso de Dre Johnson (Anthony Anderson) quien enfatiza lo difícil que es para una persona afroamericana vivir en Estados Unidos y lo aterrado que está porque Trump llegue al poder. Esta serie continuaría tocando temas relevantes como el abuso policial, el racismo y las protestas de “Black Lives Matters” a través de una comedia empática. 



Asimismo, el reboot latino de “One Day at a Time” se burló varias veces de Trump sin mencionarlo, pero al final de la final su cuarta temporada, en "The Politics Episode", Penelope (Justina Machado) trata de convencer a sus primos de no votar por Donald Trump ya que ante una posible emergencia global, en referencia a la pandemia del coronavirus, no estarían preparados. Y así fue. Este episodio tuvo que se animado debido al incremento de casos de COVID-19 en Estados Unidos. En la actualidad, este país es el que registra más casos de coronavirus a nivel mundial. 


 Vale la pena mencionar que todas las series en la “era Trump”, “The Good Fight” es la que lleva con orgullo el estandarte de ser una serie “anti-Trump” desde los huesos. Donald Trump fue el enemigo inalcanzable de “The Good Fight”. Diane Lockhart y compañía pasaron por todas las fases de duelo, tuvieron su resistencia, pasaron a la indiferencia y después de nuevo a la indignación. A partir de su segunda temporada presentó cortos musicales animados que explicaban el proceso de destitución, al que eventualmente fue sometido Trump, y también graficaron las argucias legales de los aliados de Trump. Del mismo modo, la serie retrató a su modo cómo ha cambiado la justicia en Estados Unidos, especialmente, con todos los nombramientos que ha hecho la administración Trump de jueces conservadores y algunos tantos no tan calificados para esa labor. Si Diane Lockhart existiría, habría sido una de las más felices por el triunfo de Joe Biden, sin embargo, estaría al tanto del daño de las instituciones ocasionado por Trump. 



 De los más de 150 libros escritos sobre Donald Trump y su estadía en la Casa Blanca, solo el libro “A Higher Loyalty: Truth,Lies and Leadership” de James Comey se convirtió en una miniserie. “The Comey Rule”, protagonizado por Jeff Daniels como James Comey, el ex jefe del FBI despedido por Donald Trump, da una visión mucho más cruda, peligrosa y para nada caricaturista de Trump quien le pidió total “lealtad” a Comey en una cena donde también insistió en que se cerrara la investigación por la interferencia rusa en las elecciones, un caso que involucró a diferentes personalidades cercanas al magnate. Más adelante, Comey admitiría que Donald Trump representa un peligro para la democracia. Un poco tarde, pues, se trata del mismo hombre que anunció que la investigación por los mails de Hillary Clinton seguía abierta en octubre, un mes antes de las elecciones, lo que muchos consideran ayudó a Trump a ganar la Casa Blanca. Por cierto, hasta ahora no se ha encontrado nada en el caso de los mails de Clinton. Asimismo, pese a la crítica de los republicanos en contra Clinton por usar su mail personal, los Trump han cometido el mismo error en varias oportunidades. 



La “era Trump” en las series y en la vida real se ha sentido una eternidad. Incluso series que antes jamás se habrían atrevido a tocar la política asumieron una posición, por ejemplo, “Roswell New Mexico” presentó una analogía entre los extraterrestres y los indocumentados, a quienes se le denomina “alliens”, del mismo modo, el reboot de “The Twilight Zone” tuvo un episodio donde un niño sube al poder en un paralelo evidente con el comportamiento infantil e inmaduro de Trump y el revival de “Murphy Brown” se fue con todo contra Trump y los boomers. Obviamente, hay más referencias y menciones de Trump en el universo de las series, pero sería imposibles enumerarlas todas en este post. Eso sí, aunque Donald Trump ha perdido las elecciones, no significa que esta era llega a su fin, aún hay historias por contar. 



Es verdad, las series reflejan la época en la que se desarrollan y los tiempos siguen siendo difíciles incluso aunque Joe Biden haya ganado la presidencia. Una curiosidad de Biden, el electo presidente de Estados Unidos, es que apareció en uno de los capítulos de “Parks and Rec”. En una extraña o “vidente” coincidencia la secuencia donde aparece Biden comienza con Leslie Knope (Amy Poehler) viendo la Casa Blanca mencionando el 2020 como el posible año en el que lance a su candidatura. En la siguiente escena, Biden, quien es admirado por Leslie, hace su glorioso cameo ante una incrédula Leslie que le pregunta si es verdad o no y él le confirma sí es verdad y sin querer queriendo emula una conversación entre Biden y el resto del mundo que esperaba una confirmación que se tardó demasiado en llegar. Entramos a la "era Biden”, pero recién oficialmente en enero del próximo año.



domingo, 11 de octubre de 2020

GLOW T3: El show debe(ría) continuar

La serie de Netflix, “GLOW”, tomó un rumbo diferente en su tercera temporada. En la ficción, lo que originalmente era un programa de televisión sobre lucha libre entre mujeres, pasó a ser un show en vivo en un hotel en las Vegas, cambiando la dinámica de la serie, reduciendo justificadamente las escenas de lucha y profundizando más en la compleja evolución de sus personajes y en el proceso, desafiando las narrativas convencionales a las que estamos acostumbrados. 




La temporada tuvo una invitada especial: Geena Davis interpretando a Sandy Devereaux St. Clair, un personaje que en cualquier otra serie se habría convertido en la antagonista de la temporada, sin embargo, en “GLOW”, se volvió una aliada casi incondicional y una posible mentora de las chicas. Si bien “GLOW” ya tiene una eterna competencia entre sus protagonistas, Ruth (Alison Brie) y Debbie (Betty Gilpin). La serie no iba a desperdiciar el encanto natural de Davis en una nueva competencia absurda en la que no iba a ganar, en vez de esa historia, “GLOW” crea un interesante paralelo entre Debbie y Sandy. De hecho, Sandy podría ser el futuro de Debbie, pues, Sandy solía ser una corista reconocida, pero con el pasar de los años, tuvo que dejar la vida artística y buscar una manera de sobrevivir sin su talento. Entonces, se volvió directora de entretenimiento del Fan-Tan Hotel y Casino, consolidando su poder y protección hacia los artistas que trabajan en el hotel. Se trata, aunque con algunas diferencias, del mismo camino que tomará Debbie cuando se da cuenta que su carrera como actriz ya no da para más, por lo que decide tener más peso en la productora de Bash (Chris Lowell).




Una de las características más atractivas de “GLOW” es su capacidad de tocar temas espinosos en un momento y después cambiar el tono para ser una comedia brillante. En la tercera temporada, la serie estuvo dispuesta a explorar la no tan misteriosa sexualidad de Bash. A diferencia de Arthie (Sunita Mani) y su esfuerzo por aceptar admitir que era gay ante el grupo, cuando todos ya lo sabían, Bash no solo no acepta su sexualidad, sino que está aterrado de ella. Si antes Bash era otro de los puntos graciosos de la serie, en esta temporada, se convierte en el punto más dramático descubriéndose como un personaje tan complicado como nuestras protagonistas. La diferencia es que las mujeres son parte de un grupo, que a su vez funciona como un soporte emocional para sus integrantes, pero Bash no es parte del grupo. La crisis emocional de Bash se desata cuando su atracción por hombres es descubierta y explotada por su propia esposa. Vale la pena recordar que la época en la que se desarrolla la serie es la década de los 80, una era donde había muchos tabus sobre la orientación sexual y también había mucha ignorancia sobre el VHI, lo que creaba estigmas sociales respecto a los homosexuales. Así, pues, hay una escena muy fuerte en la que un Bash ebrio llora suplicándole a Debbie que no quiere morir. Esto lo dice evidenciando su pavor a un posible contagio de VIH, porque en su cabeza eso significaba muerte, y porque recientemente había tenido un trío con su esposa Rhonda (Kate Nash) y un extraño.




Hasta el momento, Bash se había comportado como un verdadero idiota, bastante intolerante, inseguro y hasta homofóbico en una escena donde no soporta estar alrededor de hombres abiertamente homosexuales, parte del grupo de artistas del hotel. En otra serie, Bash tendría un largo camino para aceptar su sexualidad, pero no es el estilo de "GLOW." La serie puede ser graciosa, pero también puede ser duramente realista. Lo fue cuando Ruth se sometió a un aborto, cuando Ruth fue acosada sexualmente, cuando la industria dejó de prestarle atención a Debbie, etc, etc, etc. En el caso de Bash es igual. A diferencia de Arthie, Bash no tiene una Yolanda (Shakira Barrera), con quien Arthie desarrolla una relación, Bash se acostó con un hombre y con su esposa, no está interesado en madurar, vive aterrado de perderlo todo si es que admite su orientación sexual y no tiene ni el mínimo interés de aceptar sus gustos, prefiere seguir pretendiendo que es una persona “normal”. Por eso, rechaza la oferta de Sandy para hacer el show de GLOW permanente y decide regresar a Los Ángeles planeando tener una familia con Rhonda. 



 Con cada temporada, “GLOW” se posiciona como una de las mejores series de Netflix con un excelente balance entre la diversión y el drama. Al pasar a las Vegas, las peleas y entretenimiento se redujeron sustancialmente debido a que el show era el mismo y las chicas ya lo habían perfeccionado. De modo que colocar estas escenas de lucha, la serie habría caído en la repetición. En ese sentido, la serie prácticamente eliminó las escenas de lucha después de presentar el primer show en las Vegas, y al tener tiempo disponible se dedicó más a otras historias, como la historia de Bash, la eterna competencia de Debbie y Ruth o la noche de campamento, todo un episodio, “Outward Bound”, dedicado a un viaje al Red Rock Canyon. Si bien la historia de Bash es quizás la más polémica de la temporada, el show nunca deja de girar alrededor de las mujeres y como ellas, a través de la lucha libre, van enfrentando sus problemas, desafiando sus dilemas y traumas emocionales. Este grupo se refugió en la lucha libre y en la lucha libre encontró una especie de burbuja donde pueden hacer lo que quieran, explotar sus talentos y encontrar su voz interior. Paradójicamente, Las Vegas se vuelve otra burbuja que, con esfuerzo, llega a ser una cima, el pico más alto que el grupo puede alcanzar después de la cancelación del programa. En esta nueva burbuja, cada personaje ha encontrado lo que buscaba; ya sea libertad, fama o estabilidad monetaria. Cuando Sandy les ofrece un trato para que el show sea permanente, Bash lo rechaza, por razones egoístas y personales, no quiere quedarse en el mismo lugar donde estuvo con otro hombre, pero antes del no, ya se veía que varias de las mujeres del grupo estaban listas para salir de la burbuja. 




 En ese sentido, el último episodio de la temporada, que se convertiría en el último de la serie, “A Very GLOW Christmas”, condensa lo mejor de la serie; presenta una versión muy bizarra del show navideño, que sería el último show, y también va cerrando historias algunas en una nota positiva, por ejemplo, Cherry (Sydelle Noel) y su esposo deciden adoptar, Sam (Marc Maron) se vuelve el guardián legal de su hija, y otras en una nota ambigua a la espera de una nueva temporada que no va a llegar. Durante el curso de la serie, Ruth y Debbie han sido mejores amigas, enemigas y aliadas. La competencia para nada sana entre Ruth y Debbie existe desde mucho antes que Ruth se acostara con el marido de Debbie. En otra serie, Ruth y Debbie ya habrían arreglado sus diferencias para volver a ser amigas, pero en “GLOW” no. La realidad es que Debbie jamás podrá perdonar a Ruth por traicionarla y las dos se envidian entre sí por los atributos que tienen. Del mismo modo, si “GLOW” fuera otra serie, habría hecho funcionar la relación Ruth-Sam, pese a todos sus defectos, pero no. “GLOW” conoce tanto a sus personajes que sabe que Ruth y Sam no podrían tener una buena relación amorosa por sus propias personalidades, así que lejos de ponerles trabas externas, las internas ni si quieras les dio el chance de internarlo. La relación terminó antes de que pudiera comenzar en un mismo episodio donde aceptaron sus sentimientos y se toparon con la realidad. La estabilidad de Las Vegas no es suficiente para GLOW ni para Debbie ni tampoco para Ruth. La ambición de Debbie por reclamar como suyo el éxito de GLOW, hizo que, con el dinero de Bash, comprara una televisión en los Ángeles y, así como lo hizo Sandy, empezara a controlar su propio negocio. De ese modo, aunque los derechos de la serie le pertenecen al canal, Debbie planea crear un nuevo show sobre las mujeres luchando y quiere que Ruth sea la directora. Sin embargo, después de varias fallas emocionales, Ruth decide perseguir su sueño de ser actriz rechazando la oferta de Debbie.



 Netflix había renovado a “GLOW” para una cuarta y última temporada, pero tras la crisis ocasionada por el coronavirus, decidió cancelarla. Desde el punto de vista técnico, se entiende. “GLOW” es una serie sobre un grupo de mujeres que practica lucha libre, en la mayoría de escenas tienen que estar juntas, actuando, luchando o interactuando entre sí y eso representa un riesgo y una pesadilla logística. No obstante, la solución de Netflix fue drástica, cuando habían otras opciones, como posponer las grabaciones indefinidamente, sin embargo, con la cancelación deja una conclusión frustrante, ambigua y agridulce porque no debió terminar así. Lamentablemente, no todos los “debía” obtienen justicia y así como el programa dentro de la serie fue cancelado, así como el show en las Vegas no iba a ser permanente, “GLOW” se acaba abruptamente sin chance de un último round. De todas maneras, sigo pensando que el show debería de continuar y quizás, Netflix pueda rectificarse reviviéndolo. 




Últimamente Netflix viene tomando decisiones muy estúpidas. Y como lo escribió @jlamotta en Twitter: “La reciente estrategia de Netflix de cancelar sus series sin final puede acabar espantando tanto a creadores como a la audiencia que se piense 2 veces consumir productos inacabados o insatisfactorios.” Cada vez más, Netflix se va alejando de ser esa plataforma que apostaba por proyectos originales que desafiaban la narrativa convencional. Tal vez, más adelante, cuando todo esto pase, Netflix pueda reivindicarse, aunque lo más probable es que no lo haga. Netflix está en una nueva fase: La fase “¿Qué te pasó Netflix? Antes eras chévere”.

viernes, 25 de septiembre de 2020

#TheLoudestVoice, la precuela involuntaria y complementaria de #Bombshell

 El año pasado, hace un siglo ya, se emitió en junio la miniserie “The Loudest Voice”, centrado en la vida del poderoso Roger Ailes, fundador de Fox News, quien cayó en desgracia luego de varias acusaciones en su contra por acoso sexual. En agosto del 2019, cuando “The Loudest Voice” ya había terminado, se estrenó la película “Bombshell”, dirigido por Jay Roach, que giraba alrededor, principalmente, de las mujeres que denunciaron a Roger Ailes. Básicamente, se trata de la misma historia que sucedió en la realidad, pero contada desde diferentes perspectivas, “Bombshell” priorizó darle una voz a las mujeres víctimas de Ailes a través de las tres protagonistas, Charlize Theron como Megyn Kelly, Nicole Kidman como Gretchen Carlson y Margot Robbie como Kayla Pospisil, mientras que “The Loudest Voice” se dedicó a relatar la vida de Ailes de una manera correcta, como un clásico biopic, sin ocultar su crueldad ni sus abusos con un Russell Crowe soberbio que no logra generar un ápice de empatía. 



En sus siete episodios, “The Loudest Voice” se enfoca en cómo Roger Ailes se volvió una de las figuras más poderosas del conservadurismo americano. Al mismo tiempo que consolidaba a Fox News como uno de los medios más influyentes, Ailes iba a abusando de sus trabajadoras y manipulando la información direccionando la narrativa hacia sus propios intereses. A diferencia con otras series donde se venera a los antihéroes, y para ironías de la vida, la miniserie escogió una narrativa que, aunque centrada en Ailes, se inclina por la objetividad mostrando hechos reales antes que a un hombre ególatra, paranoico y perverso que era blindado por una corporación a la que le generaba mucho pero mucho dinero. Entonces, vemos cómo Ailes utilizó los atentados del 11 de setiembre para exacerbar odios e incentivar un patriotismo dañino que apoyó una guerra sin sentido, también vemos cómo obliga a los conductores del canal a llamar al entonces candidato a la presidencia, Barack Obama, siempre utilizando su segundo nombre, Barack Hussein Obama, para que se quede en la conciencia de los americanos que Obama tiene descendencia musulmana. Incluso en su caída, luego que Carslon, interpretada por una magistral Naomi Watts, junto a otras mujeres lo denuncian por acoso sexual, Ailes se pone en modo víctima ante su esposa Beth, una mujer conservadora y ultracatólica. Las cabezas de Fox News recién despiden a Ailes cuando se dan cuenta que no controlar el escándalo y que no podían comprar el silencio, como ya lo habían hecho antes. 



De modo que, en “The Loudest Voice” vemos la historia desde los ojos de Ailes, pero jamás nos ponemos de su lado. Por su lado, “Bombshell” es la historia de Ailes, pero desde los ojos de tres mujeres acosadas en algún momento por él. Con un ritmo más empático, se logra una conexión emocional con cada una de ellas a pesar de que no están en la misma página y no quieren caer en la categoría de “víctimas de Ailes”. Asimismo, la película recalca que las mujeres son diferentes entre sí, no siempre piensan igual ni tampoco están dispuestas a luchar por lo correcto sobre todo en un mundo tan competitivo como es la televisión. Margot Robbie como Kayla Pospisil es el corazón del filme, lo que parece un poco desatinado puesto que el filme está plagado personajes basados en personas reales, con nombre y apellidos reconocibles, y, sin embargo, el personaje más humano, con el que logramos una conexión casi instantánea, representa a las acusadoras anónimas que también fueron víctimas de Ailes. 




El elenco de “Bombshell” y de “The Loudest Voice” está compuesto de actores con gran experiencia capaces de resaltar las diferentes dimensiones que tiene una misma historia. También podríamos alagar la caracterización física que volvió casi irreconocibles a Russell Crowe y a Charlize Theron, pero mejor es alabar lo que hicieron los actores con los personajes. En “Bomboshell”, Theron hace un fantástico trabajo retratando a una gélida y calculadora Kelly, Kidman dota a Carlson de una resistencia astuta y en Robbie se encuentra el lado más sensible de la historia. Vale la pena mencionar que John Lithgow escogió retratar a Roger Ailes como el villano de la historia. En la miniserie, si bien Crowe está impecable como la mente brillante y perversa que creó Fox News, Sienna Miller, quien interpreta a Beth Ailes, la esposa de Roger, tiene uno de los mejores papeles en su carrera. Lejos de “humanizar” a Roger a través de su matrimonio, Beth es tan despreciable como Roger y hace lo mismo que su esposo, controlar la narrativa, en un periódico local. Además de Roger Ailes, Gretchen Carlson es el personaje en común y con más peso en la historia en la película y en la miniserie también. En “The Loudest Voice”, Naoim Watts, amiga en la vida real de Nicole Kidman, le da vida a Gretchen Carlson, el mismo personaje que interpreta Kidman, pero la miniserie se encarga de mostrarnos su plan y su proceso para generar evidencias en contra de Ailes para poder tener una oportunidad real de denunciarlo a él y a sus cómplices en Fox News. 



Hay ciertas producciones que no están relacionadas, que no son parte de un mismo universo cinematográfico, pero que sí son complementarias. Por ejemplo, “The Post” de Steven Spielberg es la precuela involuntaria de “All the President's Men” de Alan Pakula a pesar de que el filme de Pakula se estrenó en 1976 y el de Spielberg en el 2017. “The Post” cuenta la lucha de Katharine Graham y Ben Bradlee por publicar documentos del Pentágono que evidenciaba las mentiras de los gobiernos americanos sobre la guerra de Vietnam. El caso fue llevado incluso a tribunales en el gobierno de Nixon. Más adelante, el periódico de Graham y Bradlee, The Washington Post, destapa el caso Wattergate a través de dos periodistas de investigación, Bod Woodman y Carl Bernstein. El caso Watergate inspiró el libro “Todos los hombres del presidente” que se adaptó para ser una película. De modo que sí, “The Post” es la precuela involuntaria de “All the President's Men”. 




 Lo mismo sucede con “The Loudest Voice” que puede funcionar como una precuela de “Bombshell” ya que complementa la historia y llena los vacíos que inconscientemente tiene la película, al mismo tiempo, amplia el contexto y la importancia de lo que significó la caída de Roger Ailes. El filme logra una conexión emocional que la serie no pude ni quiere ni pretende buscar, pero por su duración, la miniserie logra profundizar en las diatribas del periodismo y los intereses creados que más adelante, en la película, juegan un rol vital cuando los casos de acoso se vuelven un escándalo. Entonces, sería ideal ver las dos producciones porque la miniserie hace más rica la historia de la película y la película le otorga a la historia un lado mucho más humano que involucra al espectador.

domingo, 20 de septiembre de 2020

#HarleyQuinn: La arma no tan secreta del DC Universe

Ya sé que parece un atrevimiento aventurarme al escribir que lo mejor que tiene para ofrecer la DC es la serie animada “Harley Quinn”, pero es la verdad. Zack Snyder se enorgullecería de que la serie sea tan oscura y violenta, mientras que Deadpool admiraría ese tono gracioso, irreverente, exagerado, meta, pero antes que nada, el espectador puede apreciar esa valentía de estar dispuesta a burlarse de todo y de todos, y en ese sentido, “Harley Quinn” ofrece lo mejor del mundo de héroes y villanos y un poco más.



La serie animada de Harley Quinn, estrenada en el 2019 y producida por Justin Halpern, Patrick Shumacker y Dean Lorey, fue una de las armas más potentes del DC Universe, el servicio de streaming de la DC que agrupaba sus comics, películas y series, pero que jamás llegó a tener una relevancia mundial de peso y ante el estreno de Disney+, en un giro que todo el mundo vio venir, todas las series y películas del DC Universe migraran a HBO MAX, el cual será competidor directo de Disney +, mientras que el DC Universe dejará de existir para pasar a ser una plataforma de cómic. Volviendo al tema, la serie animada de Harley Quinn fue un poco opacada por su contraparte de carne y hueso encarnada por Margot Robbie, quien, por ese entonces, ya estaba a las puertas de estrenar la primera película en solitario de la exnovia del Joker. En el primer capítulo de Harley Quinn, la serie animada, nuestra antiheroína/aspirante a villana utiliza ese atuendo clásico y familiar que uso Harley Quinn en la serie animada de Batman por allá en los 90’s. Sucede que esta serie de Batman, que además es la mejor serie animada de la DC, es también el hogar de nacimiento del personaje de Harley Quinn, pues, ella fue creada como la compañera del Joker y el personaje se hizo tan popular que después de la serie pasó al comic y del comic pasó a la pantalla grande.



 Para el final del episodio de su propia serie, Harley Quinn rompe definitivamente con el Joker y cambia de look, un acto simbólico para proclamar su independencia, para luego proseguir en un nuevo camino donde ella es la única estrella y donde puede ser tan sádica, violenta y loca como el Joker. Y si bien es la misma premisa que vemos en la película “Birds of Prey”, la animación le da una libertad absoluta a la serie de alucinar con sus propias historias de una forma casi ilimitada. De hecho, la característica principal de “Harley Quinn” es su humor negro y perspicaz, capaz de convertir en un meme a los héroes más icónicos de la DC, y, por supuesto, hay miles referencias, guiños y clichés del mundo de superhéroes. Una de las bromas más recurrentes es que el temible Bane termina siendo reducido a ser el punto preferido de crueles bromas de los integrantes de la Legion de Doom, ese club de villanos exclusivos al que Harley Quinn se muere por ingresar. Como Harley Quinn es también sinónimo de extravagancia, también hay una planta que se mofa constantemente del grupo que lidera la ex del Joker, hay una presentadora de televisión que entrevista a los villanos como en un reality show y un héroe con el poder más estúpido que puede existir. 




La cereza del delicioso pastel de la serie animada de Harley Quinn son las voces del espectacular elenco. La actriz Kaley Cuoco, recordada por su rol de Penny en “The Big Bang Theory”, hace Harley Quinn, Lake Bell es Poison Ivy, Tony Hale es Doctor Psyho, Jason Alexander es Sy Borgman, J.B. Smoove es Frank, Alan Tudyk es el Joker, Clayface y varios otros personajes en la misma serie, pero quien se roba el show es Ron Funches como King Shark aunque seguido muy de cerca por Christopher Meloni como un patético y depresivo James Gordon. Hay que resaltar que Kaley Cuoco, además de darle vida a una Harley Quinn animada, es parte de los productores ejecutivos de la serie. 




En total son 26 episodios, 13 en la primera temporada y 13 en la segunda. Cada capítulo solo dura 20 minutos y cada segundo vale la pena. Incluso cuando ves de nuevo los episodios y sabes de qué va el chiste aun consigue sacarte una risa de nuevo. El mejor episodio de la primera temporada, “Being Harley Quinn”, contiene una genial broma que hace referencia a “Suicide Squad” cuyo merchandising enviado para convencer a Harley Quinn de unírseles termina causando una hilarante confusión con el grupo paralizado dando a entender que el grupo ha muerto en un pacto suicida. Esta broma muy simple pero que se sostiene durante todo el episodio y funciona a la perfección. 



En “Harley Quinn” no hay nada que no esté permitido; hay muertes muy sorpresivas y mofas muy osadas, inclusive indirectas directas de lo que muchos pueden pensar de la serie solo por el hecho que sea protagonizado por una mujer. La segunda temporada concluyó con “The Runaway Bridesmaid” dejando un cliffhanger tipo “Thelma y Louise” con Poison Ivy y Harley Quinn escapando juntas luego que la boda de Ivy con Kite Man se fuera al diablo, aunque a diferencia del filme de Susan Sarandon y Geena Davis, Harley Quinn y Poison Ivy no caerán de un acantilado y seguirán con sus aventuras en una tercera temporada emitida exclusivamente por HBO Max.



domingo, 23 de agosto de 2020

#NormalPeople: Millennials enamorados

 Un comentario en un foro de TVTime intentaba burlarse de “Normal People” argumentando que si sus dos protagonistas se comunicaran mejor o verbalizaran lo que en verdad sienten, la historia sería más corta y ellos mismos se ahorrarían de tanto drama. Y, sin embargo, quizás sea la falta de comunicación es lo que hace de “Normal People” una serie sensible, sencilla, pero sobre todo intima.



 “Normal People” sigue la historia de amor de Connell Waldron (Paul Mescal) y Marianne Sheridan (Daisy Edgar-Jones) desde su relación oculta en el colegio, sus rompimientos y sus reencuentros en la universidad. La serie retrata la complejidad de estos dos personajes como individuos, como pareja y como amigos. En el colegio, Connell era el tímido deportista popular con apariencia de “bad boy” mientras que Marianne era la astuta alma rebelde, rara, acomodada y estudiosa. En la universidad, los papeles, en cierto modo, se invierten, Marianne se vuelve popular y a Connell le cuesta encontrar su lugar en un nuevo ambiente. Si hay algo que define a la serie es la forma en la que transmite sentimientos sin que sus personajes los proclamen con clásicas declaraciones de amor. Aquí se aplica muy bien el “Don't say, just show” con miradas prolongadas y cómplices, intercambios de caricias y pequeños gestos en silencio. A pesar de que estas dos personas saben cómo comunicarse con palabras, la serie encuentra un modo de crear un nuevo lenguaje en el que los televidentes somos cómplices y los entendemos. Connell tiene pavor de lo que los demás piensen de él, lo que lo lleva a ocultar todo lo que cree que pueda avergonzarlo. Por eso, mantiene una relación en secreto con Marianne en el colegio, sin embargo, años después, uno de sus amigos le confirma que todos sabían que Connell estaba con ella. Por su lado, la independencia de Marianne y su inmunidad ante el bullying que sufría en el colegio era proviene de su propia historia familiar, pues, su madre ha sido víctima de violencia doméstica y su hermano es un abusivo que se la agarra con ella. Para protegerse, entonces, ella se ha construido una muralla interna que solo Connell parece derrumbar. La vemos disfrutar de la vida en la universidad porque está alejada del colegio y de su familia, o sea, de las personas que le hicieron daño y también explotar su lado intelectual. 



Del mismo modo, entendemos la relación de Connell y Marianne en sus diferentes etapas. Este par nunca la ha tenido fácil, además que de por sí cada uno tiene un pasado difícil, provienen de condiciones sociales diferentes, a eso hay sumarle lo de la mala comunicación, y también el mal tiempo. Cuando Connell se da cuenta que la cagó con Marianne cuando no fue con ella al baile del colegio, ella decide no retornar al colegio, cuando retoman su relación en la universidad, Connell no puede pagar su habitación y rompe con Marianne en lugar de pedirle para quedarse con ella, cuando Marianne entra en dos relaciones abusivas, Connell no interviene aun sabiendo que una palabra suya bastará para romper las relaciones de Marianne. Los momentos más difíciles en los que vemos a Connell y Marianne sufrir en silencio y alejados, son los momentos más frustrantes de la serie porque en teoría tienen una solución simple; que los dos regresen, pero la verdad es que los vemos equivocarse y reencontrarse porque la vida es así. No existe una palabra correcta o una decisión perfecta. Es la vida de la gente normal.




 La intimidad de “Normal People” 

Cuando escribo que la serie es intima no solo lo digo por la cantidad de escenas de sexo que vemos, y son muchas, pero lejos de verse como algo grotesco o voyerista, estas escenas demuestran la atracción intensa entre los dos y el deseo que los consume el uno en el otro. Volviendo al punto; cuando digo que la serie es intima me refiero que la serie logra transmitir la intimidad de Connell y Marianne y lo hace a través de las tomas que ha elegido. En el colegio, la cámara sigue a Connell y Marianne desde atrás, los coloca en el medio de la toma, pero su alrededor se siente lejano. En el caso de Connell, se reafirma la idea que, aunque es popular, no se siente cómodo en el colegio y en el caso de Marianne captura su soledad. Cuando los dos están juntos en una escena, la toma es cerrada o es demasiado abierta, como si los dos fueran los únicos en el mundo. En su primera pelea, Marianne deja a Connell solo en la toma como dando a entender que se ha ido de su mundo. Cuando rompen en la universidad, ambos están cara a cara y aunque están hablando, no se están entendiendo y asumen que el otro está terminando la relación, no hay tomas de los dos juntos, sino cada uno por su lado o con un espacio entre los dos plasmando la brecha que ahora hay entre los dos. Incluso cuando están en dos continentes diferentes y comunicándose a través de videollamadas, las tomas los coloca juntos, aunque estén en diferentes lugares. 



 Hay un momento de la serie donde Marianne sufre de una depresión autodestructiva y las tomas de su rostro logran capturar la tristeza y el vacío que siente. Estas escenas son incomodas y angustiantes, reflejando exactamente el estado de Marianne. Del mismo modo, cuando Connell sufre de un cuadro de ansiedad, la serie vuelve a mostrarlo a él más solo que nunca y lo coloca en tomas amplias donde está en una esquina o en medio, pero se siente y se ve pequeño, aislado, encapsulado. Los dos actores, Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal, además de compartir una química explosiva,  destacan en los momentos  más humanos de sus personajes, aquellos donde, nuevamente, resalta el silencio y son solo los gestos los que hablan. 



La serie “Normal People” es una adaptación del libro del mismo nombre de Sally Rooney. En la novela, hay un narrador en tercera persona que nos describe minuciosamente lo que Marianne y Connell piensan, sienten y hacen, en cierto modo, nos explican la “razón” detrás de sus acciones, pero la serie no se queda atrás, ya que como lo he detallado en el párrafo anterior, los televidentes pueden ver la interpretación desgarradora y realista de estos dos jóvenes en sus peores momentos. Quizás este sea el mérito de la propia autora, pues, ella participó en la creación de la serie y estuvo involucrada en el guión junto a Alice Birch y Mark O'Rowe que en conjunto con la impecable dirección de Lenny Abrahmson y Hettie Macdonal nos ha regalado una de las mejores series del año. Es verdad, quizás la historia sería mucho más corta si esos dos millenials se comunicarán mejor, pero entonces, no serían “gente normal”.


lunes, 17 de agosto de 2020

#Upload: Dos conceptos, una serie y las posibilidades

 Si “The Good Place” y “San Junipero” (“Black Mirror) se fusionarán el resultado sería “Upload”. Esa es la comparación más común que vamos a encontrar en las redes sobres sobre la serie creada por Greg Daniels y protagonizada por Robbie Amell, sin embargo, lo que mezcla “Upload” es en realidad son dos conceptos; el de la vida después de la muerte de “The Good Place” y el del mundo virtual después de la muerte que vimos en el episodio “San Juniero” de “Black Mirror”, pero la serie en sí misma se desliza por varios géneros; desde la comedia, el misterio, el futurismo, el romance hasta el drama. 



Upload” gira alrededor de Nathan Brown (Robbie Amell) quien muere tras un accidente automovilístico en el año 2033, pero antes de su deceso ha decidido subir (upload) sus memorias para poder seguir viviendo en el mundo virtual de Lakeview. Para ajustarse a su nueva vida después de la muerte en Lakeview, la compañía le asigna a Nora Antony (Andy Allo) como su “encargada”. A medida que pasan tiempo juntos, Nathan y Nora se van enamorando, pero se trata de un romance prohibido debido a que Nathan sigue de novio con Ingrid Kannerman (Allegra Edwards) y también está el hecho que está muerto en el mundo real. Aunque la serie cae en varios clichés, como el predecible triángulo amoroso entre Nora-Nathan-Ingrid, la agenda oscura de Lakeview y el posible asesinato de Nathan, también cuenta con un gran potencial de explorar líneas argumentales poco comunes en las series. Por ejemplo, Nora quiere convencer a su padre enfermo para suba su consciente a Lakeview, pero él no quiere vivir en un mundo virtual. Mientras Nora tiene una visión más práctica de cómo sacarle la vuelta a la muerte, su padre cree que cuando muera se reencontrará con su fallecida mujer, en medio de estas dos posiciones se encuentra Nathan quien frente a su inevitable muerte decide aceptar hacer el upload más por urgencia y no tanto por creencia. 



Asimismo, pese a que, en los primeros episodios, la serie quiso antagonizar a Ingrid y Nora colocando a Nora como la buena y a Ingrid no como la mala, pero sí como la antipática o el obstáculo de la pareja principal, conforme avanza la serie Ingrid se vuelve un personaje tolerable, inclusive con su superficialidad, que tiene problemas propios y que siente amor a su modo por Nathan. En ese sentido, la serie intenta profundizar no solo en su historia propia sino en las dimensiones de los personajes porque si vamos a odiar a alguien es mejor que odiemos a las empresas tecnológicas y al capitalismo porque cuando se haga realidad poder subir el consciente a la nube, solo podrán acceder a ese lujo los que tengan dinero para pagarlo. 



La fortaleza de la serie es su protagonista: Robbie Amell, un adonis que es estúpidamente guapo, que ha hecho tantos roles del bueno y sufrido, y que, por sus propias características de hombre de ensueño, funciona muy bien en la comedia romántica. Además, comparte una química tierna con Nora y con Ingrid, parecen Barbie y Ken. Es el carisma de Amell el que logra que seamos team Nathan, que queremos que de algún modo llegue estar con Nora y que encuentre en la muerte la felicidad que no tuvo en la vida, pero, por supuesto, es la primera temporada, todavía es demasiado pronto para que el protagonista lo consiga todo. Así que mientras tanto, la serie explota muy bien a sus personajes secundarios; Luke Crossley (Kevin Bigley), el veterano de guerra que tras perder sus piernas, decidió suicidarse y subir su consciencia a Lakeview, Dylan (Rhys Slack), un niño que murió en el Gran Cañón y cuya conciencia fue subida a Lakeview, y Aleesha (Zainab Johnson), la compañera de trabajo de Nora. Los tres aportan más risa a una serie que a veces prefiere ser más seria de lo que debería.



Al ser la primera temporada, “Upload” solo está mostrando lo necesario para atraernos y para, sobre todo, quedarnos y en ese proceso, se queda a medias, la serie no termina de coger ritmo, intenta reflexionar eso sí y mucho, pero reserva sus mejores historias para más adelante, para su futura segunda temporada, por eso, ya en sus últimos capítulos parece correr para llegar a un señor cliffhanger; Nathan decide romper con Ingrid y como ella es quien cubrió el pago de su estadía en Lakeview, y prácticamente lo ha mantenido con un plan ilimitado, Nathan no puede pagar Lakeview, por lo tanto es degradado (downgrade) al limitado plan “2GB”. Nathan gasta los 2GB ayudando a Nora a escapar del peligro y antes de congelarse por un mes; descubrimos que Ingrid está en Lakeview. Una segunda temporada le permitirá a la serie expandir su propia premisa, encontrar un ritmo apropiado y responder las preguntas que ha dejado porque ha dejado varias. Por ejemplo: ¿Ingrid se suicidó para estar en Lakeview? y la pregunta más importante en la cual no se avanzó mucho: ¿quién mató a Nathan?.



 “Upload” goza de la fe de Amazon Prime y poco después de su estreno, se le otorgó una segunda temporada. Teniendo en cuenta que su creador Greg Daniels ha estado involucrado en dos de las mejores comedias de las dos últimas décadas, “The Office” y “Parks and Recreation”, las cartas están a favor de “Upload”. Si miramos atrás, podemos darnos cuenta que “Parks and Rec” tuvo el mismo problema de ritmo en su primera temporada al igual que “Upload”, y en su segunda temporada, “Parks and Rec” no solo encontró su ritmo sino también reconoció su potencial y trabajó alrededor de lo que le funcionaba bien hasta que perfeccionó su comedia por completo. “Parks and Rec” hizo una sátira de la complicada política americana y romantizó la idea que una sola persona puede cambiar las cosas. Ahora mismo “Upload” navega en la línea delgada de la comedia, el drama y el misterio con un halo muy negro que rodea a la tecnología que controla la vida y la muerte, sin embargo, su potencial está en encontrar un equilibrio entre la sátira de la sociedad del consumo y la reflexión de lo que significa ser humano en un mundo de posibilidades tecnológicas.