La primera entrega de “El Ministerio del Tiempo” pasó de una
grata sorpresa a una de las mejores series del año con su estilo meta, sus referencias seriéfilas y cinematográfica, su
exactitud histórica y la dinámica de su elenco. La premisa de la serie es
simple; un ministerio que se encarga de preservar el pasado intacto enviado
patrullas (equipos) para asegurarse de que nada altere la historia. La patrulla
principal está compuesta por Julián, Amelia y Alonso, personalidades diferentes
con los que viajar al pasado se hace entretenido y también educativo. Realmente, no hay mucho que se
le puede criticar, (vamos, no lo podemos criticar por la falta de lógica,
porque ya pues… es una serie de ficción), pero
quizás una de las cosas que, volviendo a ver la serie, me pareció
repetitivo es el patrón de los capítulos ya que la mayoría sigue el mismo
camino, pero con un formato diferente; es decir, en todos los capítulos,
alguien fregaba el pasado, la patrulla iba a “arreglar” el problema, tenían sus
aventuras y sus encuentros con personajes históricos, regresaban al presente
manteniendo la historia original, pero lo que cambiaba era la forma de
presentación y la narrativa. Este año,
tuvimos el mismo patrón, viajes al pasado con los clásicos cameos históricos en
medio de nuevas historias, pero también, por primera vez, se abrió la puerta a
“mundos alternos”, lo que no solo hace más rica la serie, sino que más
sustantiva y profunda. De modo que la
segunda temporada de “El Ministerio del Tiempo” terminó de consolidar esta serie como una de las producciones más experimentalmente freaky de España y del
mundo.
El dream team del Ministerios más Susana
El tiempo de Pacino
Por cuestiones de agenda, el actor Rodolfo Sancho, quien
hace de Julián, tuvo que ausentarse y para su mala suerte, su
"reemplazo" fue Hugo Silva. ¿Por qué digo para su mala suerte? Porque
Silva posee un carisma especial y un enorme sexapple, una mezcla irresistible
que lo convierte en un foco de atención en producción donde aparezca, sin
mencionar que cada personaje parece caerle como anillo al dedo. En esta
oportunidad, Hugo Silva le dio vida a “Pacino”, un policía rebelde y coqueto
que está obsesionado con perseguir un asesino en serie y en su investigación se
topa con la patrulla, luego de resolver este caso, se une a este grupo.
Gracias a Pacino no solo no extrañamos mucho a Julián, sino
que lo casi lo olvidamos
Pacino se integró a la patrulla de manera orgánica ante la
ausencia de Julián, complementándose a la perfección e implementando un nuevo
humor diferente. La comedia del ministerio reside principalmente en las
reacciones de Alonso en una modernidad que lo confunde, debido a la historia
trágica de Julián, gracioso-gracioso no podía ser, y Amelia es la líder seria
del grupo, entonces, si bien tuvimos momentos metas, pequeños diálogos que
servían para aliviar el momento de tensión, con Pacino, los viajes en el tiempo
se volvieron más divertidos por su ingenio, sus ocurrencias y sus improvisados
planes. Sin querer queriendo, Pacino le dio un plus a la serie, y es que El
Ministerio del Tiempo necesitaba un personaje como Pacino, alguien que no cargue sus dramas en la espalda todos los
episodios, alguien que sirva como un compinche de
Alonso y alguien que le mueva el piso a Amelia. Tristemente, con el regreso de
Julián, Pacino tuvo que irse aunque se ha dejado la puerta abierta para su
retorno más adelante.
Nuevo OTP: Pacino y Amelia
El tiempo alterno
Tras la salida de Pacino, la serie cambió de manera
significativa y hasta diría que comenzamos a entrar en una nueva etapa
influenciada por series como “Black Mirror” y “Man in the high castle” en donde prima las ucronías, las realidades alternativas y la exploración de
diferentes escenarios distópicos. La primera vez que esto sucedió en
"Tiempo de lo oculto"; el ministerio se ve obligado a aparentar que
es una institución pública más, aburrida y monótona, para que Lombardi, un "conspirador" obsesionado con el ministerio, no revele su existencia
al mundo, pero este Lombardi logra viajar al pasado, conocer a Colón y altera
la línea del tiempo, pues, cuando la patrulla retorna al presente descubren que
no fue Colón quien descubrió América sino Lombari.
Pobre Colón...
Este episodio sentó las
bases para lo experimental, para jugar con la idea de líneas de tiempos
alteradas e ideas fantásticas que bordean lo bizarro y todo esto llevó a
construir el camino para un espectacular final de temporada que nos introdujo
un nuevo mundo; sucedió lo que tanto se temía, que alguien utilice el
Ministerio del Tiempo para sus propios planes. De modo que Felipe II decide
romper las normas impuestas por Isabel la Católica, ir al pasado, corregir los
errores y permitir que su Armada Invencible logre conquistar las costas
inglesas, luego viaja al futuro y pone bajo su mando el ministerio cambiando la
historia como la conocemos y perpetuándose como el rey del tiempo implantando un
gobierno dictatorial a lo "Gran Hermano" en "1984". Pero
esta alteración en el tiempo no afectó a Julián, Amelia y Alonso, quienes
estaban viajando por el tiempo salvado a uno de los padres de la Constitución
de 1812, pero en su retorno al 2016, todo ha cambiado de manera radical. Pese a que la novia de Julián seguía con
vida y Alonso estaba esperando un hijo con su nueva pareja, el panorama
distopico en el que vivían no parecía molestarles porque “tenían lo que quería”
y la única que estaba dispuesta a luchar para cambiar las cosas fue
Amelia. Finalmente, Julián y Alonso vuelven a sus cabales y ayudan a Amelia a
cambiar la historia nuevamente.
El look del Ministerio bajo el mandato de Felipe era muy "Men in Black"
El tiempo de cambios
Como lo predije, siendo Irene uno de los mejores personajes
de la serie, sabía que regresaría al grupo después de “una terapia/tratamiento”
y luego de una breve historia donde su nueva novia resulta ser la jefa que
trata de beneficiarse utilizando el Ministerio, Irene se ganó de nuevo la
confianza de la patrulla. Esa historia rápida de los gringos que vendían los
viajes en el tiempo solo sirvió para que Irene probara su nueva fidelidad hacia
el ministerio tras la traición de la temporada pasada, pero esta institución
privada no sirvió como enemigos de talla para la patrulla.
Irene... nunca cambies.
Quizás sea bueno que
en la serie no hay un malo definido porque el punto más débil que tiene es el
desarrollo de los mismos. Por ejemplo, Lola, quizá la más intrigante y
destacable némesis del ministerio, terminó su historia sacrificándose por la
institución que odiaba, y nunca lograron explicarnos por qué parecía tener una
conexión con Amelia. El fuerte de la serie es la dinámica del elenco así que
darle más tiempo y misiones a personajes como Diego Velásquez y Augustias es
garantía de risas. Aunque a mucha gente no le gustó mucho que esta
segunda temporada se centrara en la vida romántica de sus protagonistas,
principalmente, la relación de Alonso con una mujer idéntica a su esposa
confundió más que agradó.
Alonso y Elena.
Pero lo cierto es que la historia de Pacino y Amelia
contribuyó al trama principal, luego que ambos se acostaran, el destino de
Amelia cambió y ahora no muere joven... y al parecer tampoco se casa con Julián
lo que destroza (el ship) digo la teoría que Lola podría ser su nieta o su
hija. No obstante, la forma en cómo terminó la segunda temporada nos lleva a posibilidades
infinitas para una tercera temporada, aunque aún no se sabe si es que habrá una
tercera entrega, pero sería muy idiotas si es que no hicieran porque EL MINISTERIO
DEL TIEMPO ES LA MEJOR SERIE QUE ESPAÑA HA PRODUCIDO. En fin, mientras esperamos una renovación, en
setiembre se estrenará la adaptación estadounidense de "El Ministerio del
Tiempo" denominado "Timeless" y como digo, si por lo menos logra
emular un tanto la dinámica deberíamos darnos por agradecidos.