martes, 23 de agosto de 2016

#ElMinisteriodelTiempo: Rumbo a infinitas posibilidades

La primera entrega de “El Ministerio del Tiempo” pasó de una grata sorpresa a una de las mejores series del año con su estilo meta, sus referencias seriéfilas y cinematográfica, su exactitud histórica y la dinámica de su elenco. La premisa de la serie es simple; un ministerio que se encarga de preservar el pasado intacto enviado patrullas (equipos) para asegurarse de que nada altere la historia. La patrulla principal está compuesta por Julián, Amelia y Alonso, personalidades diferentes con los que viajar al pasado se hace entretenido y también educativo.  Realmente, no hay mucho que se le puede criticar, (vamos, no lo podemos criticar por la falta de lógica, porque ya pues… es una serie de ficción), pero  quizás una de las cosas que, volviendo a ver la serie, me pareció repetitivo es el patrón de los capítulos ya que la mayoría sigue el mismo camino, pero con un formato diferente; es decir, en todos los capítulos, alguien fregaba el pasado, la patrulla iba a “arreglar” el problema, tenían sus aventuras y sus encuentros con personajes históricos, regresaban al presente manteniendo la historia original, pero lo que cambiaba era la forma de presentación y la narrativa.  Este año, tuvimos el mismo patrón, viajes al pasado con los clásicos cameos históricos en medio de nuevas historias, pero también, por primera vez, se abrió la puerta a “mundos alternos”, lo que no solo hace más rica la serie, sino que más sustantiva y profunda.  De modo que la segunda temporada de “El Ministerio del Tiempo” terminó de consolidar esta serie como una de las producciones más experimentalmente freaky de España y del mundo.

El dream team del Ministerios más Susana

El tiempo de Pacino

Por cuestiones de agenda, el actor Rodolfo Sancho, quien hace de Julián, tuvo que ausentarse y para su mala suerte, su "reemplazo" fue Hugo Silva. ¿Por qué digo para su mala suerte? Porque Silva posee un carisma especial y un enorme sexapple, una mezcla irresistible que lo convierte en un foco de atención en producción donde aparezca, sin mencionar que cada personaje parece caerle como anillo al dedo. En esta oportunidad, Hugo Silva le dio vida a “Pacino”, un policía rebelde y coqueto que está obsesionado con perseguir un asesino en serie y en su investigación se topa con la patrulla, luego de resolver este caso, se une a este grupo.


Gracias a Pacino no solo no extrañamos mucho a Julián, sino que lo casi lo olvidamos

Pacino se integró a la patrulla de manera orgánica ante la ausencia de Julián, complementándose a la perfección e implementando un nuevo humor diferente. La comedia del ministerio reside principalmente en las reacciones de Alonso en una modernidad que lo confunde, debido a la historia trágica de Julián, gracioso-gracioso no podía ser, y Amelia es la líder seria del grupo, entonces, si bien tuvimos momentos metas, pequeños diálogos que servían para aliviar el momento de tensión, con Pacino, los viajes en el tiempo se volvieron más divertidos por su ingenio, sus ocurrencias y sus improvisados planes. Sin querer queriendo, Pacino le dio un plus a la serie, y es que El Ministerio del Tiempo necesitaba un personaje como Pacino, alguien que  no cargue sus dramas en la espalda todos los episodios, alguien que sirva como un compinche de Alonso y alguien que le mueva el piso a Amelia. Tristemente, con el regreso de Julián, Pacino tuvo que irse aunque se ha dejado la puerta abierta para su retorno más adelante.

Nuevo OTP: Pacino y Amelia

El tiempo alterno

Tras la salida de Pacino, la serie cambió de manera significativa y hasta diría que comenzamos a entrar en una nueva etapa influenciada por series como “Black Mirror” y “Man in the high castle” en donde prima las ucronías, las realidades alternativas y la exploración de diferentes escenarios distópicos. La primera vez que esto sucedió en "Tiempo de lo oculto"; el ministerio se ve obligado a aparentar que es una institución pública más, aburrida y monótona, para que Lombardi, un "conspirador" obsesionado con el ministerio, no revele su existencia al mundo, pero este Lombardi logra viajar al pasado, conocer a Colón y altera la línea del tiempo, pues, cuando la patrulla retorna al presente descubren que no fue Colón quien descubrió América sino Lombari. 

Pobre Colón...

Este episodio sentó las bases para lo experimental, para jugar con la idea de líneas de tiempos alteradas e ideas fantásticas que bordean lo bizarro y todo esto llevó a construir el camino para un espectacular final de temporada que nos introdujo un nuevo mundo; sucedió lo que tanto se temía, que alguien utilice el Ministerio del Tiempo para sus propios planes. De modo que Felipe II decide romper las normas impuestas por Isabel la Católica, ir al pasado, corregir los errores y permitir que su Armada Invencible logre conquistar las costas inglesas, luego viaja al futuro y pone bajo su mando el ministerio cambiando la historia como la conocemos y perpetuándose como el rey del tiempo implantando un gobierno dictatorial a lo "Gran Hermano" en "1984". Pero esta alteración en el tiempo no afectó a Julián, Amelia y Alonso, quienes estaban viajando por el tiempo salvado a uno de los padres de la Constitución de 1812, pero en su retorno al 2016, todo ha cambiado de manera radical.   Pese a que la novia de Julián seguía con vida y Alonso estaba esperando un hijo con su nueva pareja, el panorama distopico en el que vivían no parecía molestarles porque “tenían lo que quería” y la única que estaba dispuesta a luchar para cambiar las cosas fue Amelia. Finalmente, Julián y Alonso vuelven a sus cabales y ayudan a Amelia a cambiar la historia nuevamente. 


El look del Ministerio bajo el mandato de Felipe era muy "Men in Black"

El tiempo de cambios


Como lo predije, siendo Irene uno de los mejores personajes de la serie, sabía que regresaría al grupo después de “una terapia/tratamiento” y luego de una breve historia donde su nueva novia resulta ser la jefa que trata de beneficiarse utilizando el Ministerio, Irene se ganó de nuevo la confianza de la patrulla. Esa historia rápida de los gringos que vendían los viajes en el tiempo solo sirvió para que Irene probara su nueva fidelidad hacia el ministerio tras la traición de la temporada pasada, pero esta institución privada no sirvió como enemigos de talla para la patrulla.

Irene... nunca cambies.


 Quizás sea bueno que en la serie no hay un malo definido porque el punto más débil que tiene es el desarrollo de los mismos. Por ejemplo, Lola, quizá la más intrigante y destacable némesis del ministerio, terminó su historia sacrificándose por la institución que odiaba, y nunca lograron explicarnos por qué parecía tener una conexión con Amelia. El fuerte de la serie es la dinámica del elenco así que darle más tiempo y misiones a personajes como Diego Velásquez y Augustias es garantía de risas. Aunque a mucha gente no le gustó mucho que esta segunda temporada se centrara en la vida romántica de sus protagonistas, principalmente, la relación de Alonso con una mujer idéntica a su esposa confundió más que agradó. 

Alonso y Elena.

Pero lo cierto es que la historia de Pacino y Amelia contribuyó al trama principal, luego que ambos se acostaran, el destino de Amelia cambió y ahora no muere joven... y al parecer tampoco se casa con Julián lo que destroza (el ship) digo la teoría que Lola podría ser su nieta o su hija. No obstante, la forma en cómo terminó la segunda temporada nos lleva a posibilidades infinitas para una tercera temporada, aunque aún no se sabe si es que habrá una tercera entrega, pero sería muy idiotas si es que no hicieran porque EL MINISTERIO DEL TIEMPO ES LA MEJOR SERIE QUE ESPAÑA HA PRODUCIDO.  En fin, mientras esperamos una renovación, en setiembre se estrenará la adaptación estadounidense de "El Ministerio del Tiempo" denominado "Timeless" y como digo, si por lo menos logra emular un tanto la dinámica deberíamos darnos por agradecidos.

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