En pleno auge del boom de las series de superhéroes, “Legion” de Noah Hawley se presentó como un extraño placer de los ojos gracias a su icónico lenguaje audiovisual lleno de colores sicodélicos y música variada. Contar con un protagonista como David Haller, un poderoso mutante que sufre varias enfermedades mentales, les dio pie para crear una narrativa obtusa e innovadora. Tres bizarras temporadas después, “Legion” se despidió, quizás de manera tímida, pero con el mérito de imponerse como una de las series más originales más allá de su género.
La serie “Legion” tuvo una existencia bastante discreta. Pese a contar con actores de un peso importante, como Dan Stevens y una extraordinaria Aubrey Plaza, nunca contó con una gran audiencia ni tampoco se volvió en un fenómeno mundial, pero sí gozó de la confianza absoluta de FX materializada en libertad creativa.
Las tres temporadas fueron halagadas por la crítica especializada por su marcada diferencia con las demás series del mismo género de héroes. Mientras otras producciones tenían una estructura definida, lo característico de “Legion” era una narrativa caótica que reflejaba el estado de su figura principal, un esquizofrénico que confundía lo que es real con sus propios delirios y alucinaciones. Sin embargo, ese mismo estilo a veces le pasaba la cuenta ya que parecía más interesado en su propia estética audiovisual que en contar una historia sólida o por lo menos medianamente coherente. Además, en cada temporada se ratifica una tendencia repetitiva en una larga escala.
El inadvertido final de “Legion”
Para el final de la segunda temporada, “Legion” había hecho que su protagonista se transformara en el antagonista de su propia serie. Para poder detener los planes de David, que se supone destruirían el mundo, los buenos (Syd y los demás) y los malos (la organización y Farouk) se alían para dar de caza a David. Y como para hacernos la vida más complicada, a una trama que de por sí es confusa, la serie decidió agregarle viajes en el tiempo a su última temporada. El plan de David, con la ayuda de Switch (Lauren Tsai), una mutante que tiene el poder de viajar en el tiempo, consistía en viajar al pasado evitar la confrontación de su padre, Charles Xavier (Harry Loyd) y Farouk (Navid Negahban), y matar a Farouk para que jamás se aloje en su mente.
Los ocho episodios de la temporada final vuelven a ofrecer lo mejor y lo peor de la serie; una estética brillante, una estructura no lineal, batallas surreales, un ritmo pausado y episodios encapsulados. Es innegable que cada episodio de “Legion” tiene la posibilidad de ser un verdadero arte audiovisual o un episodio de relleno que aparentemente no aporta nada al arco general. Por ejemplo, todo “Chapter 25” se desarrolla en un plano astral donde Syd (Rachel Keller) es criada por Oliver (Jemaine Clement) y Melanie (Jean Smart). La composición del capítulo lo presenta como una suerte un cuento de hadas. Alguien podría argumentar que hay paralelos y metáforas entre el lobo, interpretado por el magistral Jason Mantzoukas, y David, pero lo más rescatable del episodio es la batalla de rap entre el Lobo y Oliver, un guiño a las batallas musicales de Farouk y David.
Por su lado, el mejor episodio de la temporada es “Chapter 22” que cuenta la historia de amor entre Charles Xavier y Gabrielle (Stephanie Corneliussen), los padres de David. Ya conocemos a Xavier por los comics y por las películas de “X-Men”, que no tienen conexión con la serie, en “Legion”, la personalidad del Xavier no cambia varía mucho con la diferencia que esta vez lo vemos en una dinámica familiar. Xavier conoce a Gabrielle en un centro psiquiátrico, tal como David conoció a Syd, aunque en esta ocasión es Gabrielle la que carga el peso de sus traumas producto de la guerra. Entonces, entendemos que David como hijo de Gabriele y Xavier hereda los poderes de su padre y las enfermedades de su madre. La curiosidad de Xavier de encontrar otros mutantes como él lo lleva a separarse de su mujer que acaba de tener al bebé David. Lo que da paso a la historia que ya conocida; Farouk se enfrenta a Xavier, Xavier lo encierra en un plano astral y después Farouk se introduce en la mente de David.
Al final, después de varias batallas y viajes en el tiempo, Farouk del presente convence a Farouk del pasado a dejar en paz a David. El Farouk del presente quiere a David a su propio modo y ha llegado a una tregua con Xavier y David para que David obtenga lo que quería desde un principio; cambiar el pasado. Antes de eso, Farouk del presente conversó con Xavier revelándole la verdad de quién se ha convertido David y después el propio David confronta a su padre reclamándole por su abandono. En paralelo, Switch transporta a Syd a donde se encuentra Gabrielle y la convence de quedarse con el bebé David y sobre todo amarlo y protegerlo.
Al constituirse una nueva línea de tiempo, en la cual David no fue dado en adopción y en cambio fue criado por sus padres biológico, todo comienza a desvanecerse y los últimos en desaparecer son David y Syd quienes están contemplando al bebé David. Cambiar el pasado significa un nuevo chance para David, por lo que Syd le aconseja que sea un buen chico. Después suena “Happy Jack” de The Who, la primera canción que escuchamos en la primera secuencia del primer episodio que nos presentó un resumen de la complicada vida de David; de un bebé pasó a ser un adolescente problemático que evidenciaba rasgos de paranoia y esquizofrenia.
La conclusión es abierta a interpretaciones. Quizás David tuvo una mejor vida gracias a sus padres o tal vez no, teniendo en cuenta que nada garantiza que su estabilidad mental. No obstante, lo importante es que no solo David obtuvo su segunda oportunidad, también los demás, especialmente Syd ya que no volvería a conocer a David ni tampoco pasaría por el calvario de ser traicionada por él.
Vale la pena mencionar que si bien Aubrey Plaza no estuvo presente en toda la temporada final, hay una escena en el “Chapter 23” en la que experiencia toda la vida de su hija desde que nació hasta que murió de vieja. Cuando David ofrece borrar su dolor, ella prefiere conservarlo. Hay que recordar que en “Legion”, Plaza ha tenido las escenas más divertidas y estrambóticas como Lenny, musical incluido, además, ha muerto en diferentes oportunidades así que elegir el dolor y el recuerdo es un momento conmovedor.
Así terminó “Legion”, una serie que fue más allá del prisma de las adaptaciones de superhéroes tanto en el plano temático como estético. Habría que preguntarse si es que volveremos a ver algo remotamente parecido luego de la adquisición de Fox por parte de Disney y la respuesta sería un probable no. En un balance, “Legion” era como el experimento del gato de Schrödinger en el sentido que era bueno y malo a la vez. Dependía de quién lo viera para considerarlo de un modo u otro. Pero sí algo podemos estar de acuerdo era que se trataba de una serie única en su naturaleza, tan extravagante como especial.