En la segunda temporada, “The Handmaid’s Tale” parecía gozar del sadismo impregnado en sus escenas hasta el punto que fue acusada de ser un “porno de tortura”. En la tercera temporada, a pesar de terminar en una nota raramente optimista, la narrativa masoquista no cambió y continuó desafiando la capacidad de aguante del espectador. Para bien o para mal, la serie sabe que el sufrimiento saca lo mejor de su elenco. Este es el uno a uno de las protagonistas de la tercera temporada.
-Hell June!: La razón por la que la serie no quiere pasar mucho tiempo lejos de Elisabeth Moss es porque la mujer carga con la serie aun cuando la historia no siempre la favorezca. “The Handmaid’s Tale” se ha especializado en retratar del dolor de una forma artística, no es que sea totalmente explicito con la violencia, pero lo decora de una manera armoniosa. En esa composición, las tomas cerradas y los primeros planos de Moss, nos hacen ponernos en su lugar y junto a ella somos testigos de cosas repugnantes, incomodas e indignantes. Por ejemplo, en “Heroic”, June casi pierde la cordura tras pasar semanas acompañando a una criada con muerte cerebral que estaba siendo mantenida con vida para que dé a luz. Al igual que June, los espectadores también nos sentimos sofocados por lo aséptico del cuarto del hospital y por el trato inhumano de los doctores y de los demás con la criada Natalie (Ashleigh LaThrop).
Si bien es cierto no todos los episodios son como “Heroic”, en todos tenemos a Elisabeth Moss brillando en medio de la miseria. Ya en los últimos capítulos, la June de Moss se siente más cómoda encabezando una misión casi suicida para salvar a los niños de Gilead trasladándolos a Canadá. La operación “Mayday” también es para vengarse de ese gobierno que ha hecho de su vida un infierno.
Una característica que se ha incrustado en June es una retorcida perversidad. No puedes sobrevivir un lugar tan siniestro como Gilead sin contagiarte de la oscuridad y June ya está infectada. Ella es la razón por la que las criadas aislaron a Natalie lo que ocasionó que tuviera un brote de locura que terminó con los guardias disparándole. Asimismo, June eliminó los obstáculos que se cruzaron en su camino sin tener un ápice de remordimiento; dejó morir a Eleanor porque su inestabilidad podía poner en riesgo sus planes, manipuló y utilizó al Comandante Lawrence porque le era conveniente, mató al Comandante Winslow (Christopher Meloni) y a un guarda sin dudar y por necesidad, pero su victoria al final es empírica porque si bien los niños están a salvo aún falta su hija Hannah, la razón por la que se empecina en quedarse en Gilead. A diferencia de las temporadas anteriores, la próxima parece que tendrá a una June más activa y como cabeza de una resistencia que parece resistir en las penumbras. Lo mejor de todo es que después de dos temporadas de preguntarnos “Why, June, Why?” finalmente estamos de su lado con el grito “Hell June, hell!”
-Emily, el retrato de una refugiada: El personaje de Alexis Bledel representa a los refugiados, a los sobrevivientes de dictaduras o gobiernos represivos, a los que lograron salir del infierno y como tal aún tiene muchas traumas emocionales y cicatrices físicas y psicológicas. El reencuentro con su esposa Sylvia (Clea DuVall) y su hijo en Canadá nos dio uno de los pocos momentos felices de la serie, pero como de “The Handmaid’s Tale” se trata, aún falta mucho para que Emily pueda reintegrarse a la familia o sentirse segura en un nuevo país. Cualquiera pensaría que esta temporada, Bledel tendría un trabajo más sencillo lejos de las torturas de Gilead, pero a Emily en realidad le toca una historia con una fuerte carga emocional. Emily es como un soldado que ha vuelto ha regresado de una guerra que aún no ha acabado.
La única que entiende por lo que Emily ha pasado, por ella misma lo ha vivido, es Moira (Samira Wiley). En “Under his eyes”, las dos se encuentran y conversan sobre su vida antes de Gilead y después van a una manifestación juntas en protesta contra el gobierno canadiense que ha iniciado negociaciones con Gilead por la bebé Nicole. Por atacar a uno de los ministros, ambas terminan en la cárcel. Tras las rejas, comparten un dialogo sincero respecto a lo que tuvieron que hacer para sobrevivir a Gilead, Emily revela que mató a una esposa en las colonias y Moira retorna el favor confesando que mató a un Comandante. En esta escena, Bledel muestra a una Emily estoica que no se arrepiente de sus acciones, pero que sí teme en lo que Gilead podría haberla convertido, intuyendo el miedo de Emily, Moira responde que ella cree que son buenas. La serie necesita más escenas con Bledel y Wiley juntas ya que comparten una dinámica interesante que demuestra que salir de Gilead no significa liberarte de Gilead. Además, la historia se alejaría un poco del horror hacia la resiliencia de estas dos mujeres dándole aire al espectador. En el final de temporada, “Mayday”, Emily junto a Moria y Luke forman parte de los voluntarios que ayudan en la transición a las mujeres que logran salir de Gilead.
- La historia de origen de la tía Lydia: El personaje de Ann Dowd es uno de los más fascinantes de “The Handmaid’s Tale” básicamente porque mientras todos la vemos como una villana, ella se cree una heroína y una fiel creyente. De ese modo, la tía Lydia justifica sus acciones porque cree que lo que hace es correcto. En la tercera temporada, el episodio “Unfit” estuvo centrado en la “historia de origen” de Lydia y tuvo con claros paralelos entre Noelle, la madre soltera a la que Lydia ayuda y después traiciona, con June, pues, en ambos casos, Lydia pretende castigarlas para que aprendan la lección, sean buenas madres, pero sobre todo, sigan sus indicaciones.
La relación que tiene la tía Lydia con las criadas es bastante compleja, es como una profesora que muestra su “cariño” con torturas aleccionadoras. La mujer puede ser bastante cruel, y lo es, sobre todo con sus criadas predilectas June y Janine, pero también siente cierta debilidad por ellas. Las pocas veces en las que Lydia baja su guardia es por ellas dos, a una le dio un parche para que no se sintiera fea y a la otra la acompañó Washington en donde se notó impresionada al ver a cómo eran tratadas las demás criadas.
Dowd hace un fantástico trabajo con un personaje tan aberrante en todos los episodios, incluyendo “Unfit”, pero vamos, no es que Lydia necesitaba una historia de origen. No estamos viendo el génesis de una villana. Lydia siempre ha sido un personaje consistente y fácilmente podíamos adivinar que sus reacciones represivas se dan frente a lo que considera no es correcto en el comportamiento de una mujer. El gobierno de Gilead le dio lo que tanto anhelaba; un propósito claro, que en conjunto con el poder para imponer sus distorsionadas creencias, le dio la luz verde para ser tan desalmada como quisiera siempre bajo el argumento de aplicar disciplina para moldear a las criadas. En la próxima temporada será interesante ver qué pasara cuando se entere lo que pasó con los niños de Gilead, sobre todo teniendo en cuenta que quizás la más genuina relación que ha tenido ha sido con sus alumnos cuando era profesora. Yo creo que será muy difícil que algún día Lydia le dé la espalda a Gilead, y con lo sucedido al final de la temporada, podría volverse más brutal que nunca.
-El enigma de Lawrence. Desde que vi “Get Out” se me hace difícil confiar en los personajes de Bradley Whitford, pero el Comandante Lawrence no podía ser tan malo verdad teniendo en cuenta al final de la segunda temporada ayudó a escapar a Emily y a June, aunque ella haya decidido quedarse. En la tercera temporada, poco pudimos descifrar al críptico personaje de Whitford. Esto es lo que sabemos de él: se trata del creador de Gilead, o sea, es el responsable de ese sistema diseñado en donde la mujer es relegada a ser la acompañante fiel y donde la criada solo es un objeto que debe procrear, pero lo más importante de Lawrence no es su poder, sino su kriptonita; Eleonor (Julie Dretzin), su esposa.
No está claro si la razón de la inestabilidad mental de Eleonor es producto del lugar, de la culpabilidad o si siempre estuvo enferma, como sea, ella se queda por él y él no puede salir de Gilead porque sería acusado de crímenes de lesa humanidad. Tampoco se sabe si es que Lawrence se arrepiente de su creación porque abrió los ojos o por simple conveniencia o lo siente por el estado de su mujer, pero cuando June es designada como su criada, parece que él mismo sabía que los problemas llegarían con ella. En ese sentido, la relación de June con Lawrence es simbiótica hasta evolucionar a una alianza estratégica e hipnótica. Después de perder a su mujer, ayuda a June en su plan de sacar a los niños de Gilead. Whitford rodea a Lawrence de un hermetismo impenetrable con una agenda indescifrable, sabemos lo que hace, pero no sabemos por qué. Tampoco sabemos qué fue de él tras ayudar a June ni qué será de él en la cuarta temporada.
-Fred y Serena, karma is a bitch: En la segunda temporada parecía que Serena (Yvonne Strahovski) podía tener algún tipo de redención gracias al nacimiento de la bebé Nicole. En la recta final, tras sufrir los castigos de Gilead en carne propia, Serena hizo un enorme sacrificio al dejarla ir, pero no, la tercera temporada ratificó que es una terrible persona. Asimismo, Fred Waterford (Joseph Fiennes) es otra porquería de hombre que solo ve su propio beneficio incluso cuando eso significa perjudicar a su esposa. El arco principal de esta pareja estaba relacionado a la bebé Nicole, mientras Serena quería recuperarla a como dé lugar, Fred utilizaba la situación para avanzar en su carrera política.
Como los villanos principales de la serie, el matrimonio Waterford se salió con la suya demasiadas veces, durante dos temporadas, no obstante, al final de la tercera el karma finalmente los alcanzó. Serena hizo un trató con el gobierno de Canadá entregando a Fred para poder estar cerca a Nicole y ya en Canadá, Fred delató a Serena con lo que ella también fue arrestada. Los dos se traicionaron entre sí. Realmente son una pareja hecha en el infierno.
- Las martas, mi deus ex machina favorito: Siento que la serie misma no quiere ahondar mucho en las Marthas, pero lo que vimos es suficiente para ratificar que ellas son las verdaderas heroínas de la serie. Cuando la situación se pone imposible para nuestra protagonista, ellas llegan a su rescate. Hasta cierto punto diría que las Marthas son el “deux ex machina” favorito de la serie, pero eso es porque los productores prefieren que pasen desapercibidas como su estatus habitual en Gilead. No obstante, creo que si alguna vez llega a caer Gilead, gran parte del crédito será por el trabajo de hormiga de las Marthas.
-Las criadas, el ejército ha despertado: La frase más icónica de la serie fue mencionada por June al final de la primera temporada: “Nunca deberían habernos dado uniformes si no querían que fuéramos un ejército”. Pero en realidad nosotros nunca hemos visto a un ejército per se. Hay
una resistencia dentro de las criadas, pero como la historia siempre se enfoca en June, la resistencia está en un tercer plano. Sabemos que las criadas son unidas, están dispuestas a protegerse entre sí y también son capaces de a aislar al enemigo, como lo vimos con Natalie, pero en “Mayday” como nunca la frase de June se hizo realidad y tuvimos a un ejército en modo activado. Las criadas decidieron quedarse para proteger a June que había decidido ponerse como carne de cañón para que los niños pudieran salir de Gilead. En la secuencia final, al día siguiente de la operación “Mayday”, ese ejercito de mujeres con sus características túnicas rojas rescatan a June. En la cuarta temporada veremos si el ejército de criadas despertó por completo o solo por un momento.
- Stabler gets stap! Seamos honestos, Christopher Meloni ocupa un espacio en nuestro corazón por darle vida a Elliot Stabler en “Law & Order SVU”. Tanto años lejos de la serie y aun sigo viéndolo como Stabler. En “The Handmaid’s Tale”, Meloni hizo del comandante George Winslow, uno de los hombres más poderosos de Gilead. Se hizo fácil odiar a Winslow desde el principio porque era demasiado ampuloso y se llevaba bien con Fred, razón suficiente para sospechar de alguien. Y más cuando Winslow felicita a Waterford por su estrategia política al utilizar a la bebé Nicole poner entre la espada y la pared a Canadá. La muerte de Winslow a manos del lapicero de June fue uno de los momentos más ridículos de la serie, pero si June no lo apuñalaba lo hacía yo.
-Ay Canadá: Luego que Emily y la bebé Nicole llegaron a Canadá, pensamos erróneamente que estaban a salvo, pero el calvario continuaría debido a que Gilead reclamó que la bebé sea devuelta a sus “padres” y que se deporte a los traidores que lograron escapar la opresión. En realidad, Waterford ejecutó toda una campaña para victimizarse ante los ojos de la comunidad internacional. Entonces, Suiza se propuso como intermediario para solucionar la crisis desatada por el caso de la bebé Nicole. Al gobierno canadiense no le queda otra opción más que sentarse en una mesa de negociación con Gilead. Obviamente, esta situación no cae muy bien en los canadienses ni en los americanos en esas tierras. Los refugiados no entienden por qué el país que los acogió, y que conocen de las barbaridades que suceden en Gilead, se sientan a dialogar buscando “soluciones diplomáticas”. Por supuesto, Canadá en la ficción de la serie retrata de manera realista la forma en la que gobiernos reales tratan con dictaduras y autocracias pese al sufrimiento de su propia gente. Veamos por ejemplo, el papel bochornoso y pasivo que la ONU ha tenido frente a la crisis de Venezuela. Del mismo modo, la historia de Canadá también muestra la vulnerabilidad de los refugiados y la inacción del país que los recibe para protegerlos. Al final, como para darnos una cuota de esperanza, los niños y niñas de Gilead llegan a Canadá, aunque aún falta por ver la reacción de Gilead.
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