A “Black Mirror” lo preside una reputación sólida. Quien vea “Black Mirror” está consiente que está a punto de presenciar una historia sórdida, siniestra, pesimista y cínica, exceptuando ciertos episodios como “San Jupinero” y “Hang the DJ”, pero incluso en esos episodios, los finales no son felices sino nostálgicos. En ese sentido, porque ya conocemos a “Black Mirror”, ya sabemos más o menos por dónde va, y nos preparamos para lo siguiente; no debemos confiar en el protagonista, ni en la propia narrativa porque oculta información y siempre hay un giro retorcido que lo cambiará todo. Eso esperamos en cada nuevo capítulo. Y es que “Black Mirror” prevalece una cualidad ambivalente; se siente tan cercana como lejana.
Originalmente, “Bandersnatch” debía ser parte de la quinta temporada con lo que se llegarían a los cuatro episodios, pero Netflix quería lanzar a este episodio interactivo como un evento especial antes de acabar el 2018 y de ese modo, fue estrenado en diciembre. Por sí solo “Bandersnatch” es un proyecto complejo pero sobre todo ambicioso. El hecho que los propios usuarios sean los que escojan el camino del protagonista desafía la creación del guión que ahora pasa de tener un final a tener varios finales alternativos y diferentes opciones (caminos) en su narrativa. En resumen, se trata de mucho trabajo y tenía como fin revolucionar el mundo de la televisión/streaming, pero que no lo logró pese a estar atado a la marca “Black Mirror”. Sin embargo, el tiempo dedicado a realizar “Bandersnatch” parece haberle pasado factura a la quinta temporada porque de sus tres episodios ‘Smithereens’ es el que se siente más “Black Mirror”, mientras que “Strinking Vipers” se siente más “San Junipero” con un final vacío y “Rachel, Jack, and Ashley Too” se siente como un capítulo de otra serie.
Comencemos con “Strinking Vipers”. Si “San Junipero” mostraba la potencialidad de la tecnología y la realidad virtual para darle un chance a una mujer de vivir la vida que no pudo en su momento por la época cerrada en la que vivía, “Strinking Vipers” se vale del mismo concepto sobre las miles de posibilidad en la realidad virtual pero en forma de videojuegos y le resta el romanticismo o mejor dicho; potencia la idea del sexo virtual alejada de los sentimientos. Presentar a dos amigos, Danny (Anthony Mackie) y Karl (Yahya Abdul-Mateen II), en plena crisis de los 40 que disfrutan tener sexo a través de sus avatares en un videojuego abre demasiados francos, pero el capítulo jamás profundiza, o no quiere ahondar, en su propia historia. Los protagonistas se repiten a sí mismos que no son gays, que solo es el juego, pero lo que vemos es diferente ya que prácticamente estaban teniendo una aventura y más allá del sexo, los vemos interactuar cariñosos en ese mundo virtual e incluso la esposa de Danny, Theo, le pregunta si hay alguien más porque lo nota ido y distante como si tuviera una amante. El final de “Strinking Vipers” es ambiguo, pero no deja de ser decepcionante ya que pretende quedar bien con todos; las personas pueden tener una sexualidad fluida, pero no es necesaria vivirla plenamente, tal vez puede solo ser reducida a una noche, siempre que esté pactada entre los esposos, como lo hicieron Danny y Theo, pero el resto del año se vuelve a la monotonía y a la responsabilidad. Para ser una serie futurística parece que se olvidaron que los matrimonios abiertos existen desde hace tiempo. Debo decir que si bien “Strinking Vipers” es uno de los episodios más olvidables de “Black Mirror”, sí tiene una frase que aparecerá en las mejores frases del año “I f**ked a polar bear and I still can't get you out of my mind”.
Fuente: "Black Mirror"
Por su lado, “Smithereens” cumple todos los requisitos que un capítulo de “Black Mirror”. No hay que confiar en el protagonista; check. Chris (Andrew Scott) se veía demasiado interesado en las personas que trabajaban para la empresa “Smithereens", solo recibía pasajeros de dicha empresa y es que tenía el objetivo de secuestrar a alguien para poder comunicarse con Billy Bauer (Topher Grace). No hay que confiar en la narrativa; check. Conforme va avanzando el episodio, diferente información se nos va revelando para que construyamos una imagen en nuestra cabeza. Chris ha perdido a su novia en un accidente y de algún modo Billy está involucrado, aunque no parece tener algún tipo de conexión entre ambos. Y por último hay un giro retorcido; check. El accidente en donde la prometida de Scott muere es su culpa ya que estaba chequeando la aplicación Smithereens, creada por Billy Bauer.
Fuente: "Black Mirror"
El plus del episodio es que bastante claro que “Smithereens” es Twitter, y Billy Bauer es Jack Dorsey, el excéntrico cofundador de la red social del pajarito azul. Ni si quiera hay una sutileza. Tanto Smithereens como Twitter se han vuelto en un monstruo que sus dueños ya no pueden controlar. El caso que “Smithereens” presenta es el ejemplo extremo del efecto dañino de la adicción a las redes sociales y su prevalencia por encima de la vida “real”.
La conclusión del episodio es abierto a interpretaciones pero hay una idea que destaca ante todo; lo que sea que haya sucedido queda reducido a un tweet que los demás lo ven por un segundo, sin ningún tipo de reacción, y que pierde relevancia en el inmenso mundo de las redes sociales. En su secuencia final, con “Can't take my eyes off you” de fondo, se vuelve hacer gala del cinismo tan característico de “Black Mirror”.
Lejos del ingenio habitual al que nos tiene acostumbrado “Black Mirror”, “Rachel, Jack, and Ashley Too” ni si quiera se molesta en explorar las consecuencias de tener la mente de persona atrapada en un robot pequeño o la recreación artificial de una artista en coma para beneplácito de sus fans. Y vamos que no se trata de un tema del futuro distópico porque ”Ashley Eternal” ya existe; varios artistas que han fallecido trágicamente como Amy Winehouse, Tupac Shakur, o Prince están siendo recreados artificialmente más por una razón crematística que honorifica. Sin embargo, el episodio más débil de “Black Mirror” parece ser más realidad que ficción porque básicamente “Rachel, Jack, and Ashley Too” es la propia historia de Miley Cirus menos el coma y la muñeca hablante. También podríamos verlo de otro modo y se trata de un mensaje oculto de la relación de Charlie Brooker con Netflix como la tía que lo presiona para que siga haciendo más episodios apegados a ese formula que ya conocemos todos.
Como su mismo título lo adelanta, “Black Mirror” es un espejo oscuro donde se refleja lo que somos; una sociedad que tiene a su alcance una tecnología impresionante y por lo general, lo usamos para mal. Así que no es que la serie es capaz de pervertir cualquier tipo de situación, es que el humano es capaz de joderlo todo. Sin embargo, desde hace un tiempo, más concretamente desde la cuarta temporada, lo negro del espejo comenzó a aclararse hasta verse gris , o sea, “Black Mirror pasó a ser más “Grey Mirror” y ahora la temporada 5 ha sido algo así como “Light Mirror” con un tono más ligero y digestivo pero careciendo de esa magia perturbadora para impactar.
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