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lunes, 23 de diciembre de 2019

Las mejores películas del 2019



5.- “Good Boys” (Lee Eisenberg y Gene Stupnitsky) / “Booksmart” (Olivia Wilde)

 “Booksmart” es el “Superbad” de esta década y “Good Boys” es como el hermanito no reconocido de “Booksmart”. Ambas películas tienen como base la amistad. En “Booksmart”, Molly (Beanie Feldstein) y Amy (Kaitlyn Dever) planean tener una noche de fiesta antes de graduarse  mientras que “Good boys” sigue a tres amigos, Max (Jacob Tremblay), Thor (Brady Noon) y Lucas (Keith L. Williams) en su periplo para conseguir un reemplazo a un drone que han malogrado para después llegar a una fiesta donde está la gente cool. Quizás las dos películas tengan demasiada bromas sexuales, pero en general son geniales y bastante divertidas. A veces uno simplemente quiere reírse y con “Good Boys” y “Booksmart” es fácil hacerlo.




 4.-“Rocketman” (Dexter Fletcher) 

Dirigido por Dexter Fletcher, “Rocketman” es un retrato honesto y fantástico de la vida de Elton John. Esta película llegó al cine pocos meses después del enorme éxito de “Bohemian Rhapsody”, un proyecto que casualmente Fletcher terminó de dirigirlo luego del despido de Bryan Singer. En comparación, “Rocketman” es mucho mejor que “Bohemian Rhapsody” porque es mucho más atrevida y surreal. Mientras que los integrantes de Queen cuidaron mucho su propia imagen, incluso más que la de Freddy Mercury, Elton John dio la venia a la producción de mostrar sus momentos más duros, su soledad, sus problemas con la bebida, sus problemas familiares y su homosexualidad. “Rocketman” crea un estilo propio al narrar su historia por medio de los ojos de su protagonista con los números musicales que apelan a la fantasía pero que también están asociados a momentos claves de la tumultuosa realidad de Elton John. De modo que no se recrean los momentos icónicos sino secuencias espectaculares. Vale la pena aclarar que al igual que Rami Malek resaltó en “Bohemian Rhapsody”, Taron Egerton hace lo propio en “Rocketman”. 



 3.-“ Joker” (Todd Phillips) 

En particular no estaba de acuerdo con una película que explicara los orígenes del Príncipe Payaso del Crimen de Gotham porque se trata de un personaje cuyo halo de misterio es parte de su esencia. Había el riesgo de caer en el error que cometió “Star Wars” reduciendo al icónico villano Darth Vader a un adolescente quejoso y lloroso cuando era Anakin Skywalker. Sin embargo, el director Todd Phillips se fue por el camino correcto al ofrecer una mirada única de la frágil y perturbadora psiquis de Arthur Fleck, pero lo más importante es que no le da una historia de origen definitiva, pues, su protagonista es un narrador en quien no podemos confiar y en ese sentido, son varias las veces en las que el filme nos está manipulando y nosotros caemos en la trama, le hacemos el juego al Joker, y eso es lo que exactamente el villano de Batman hubiera querido. La película es la gran sorpresa grata del año, ofrece una actuación A-1 por parte de Joaquin Phoenix y prueba que las películas de héroes/villanos pueden ser mucho más, pueden incluso cambiar la forma en la que vemos la sociedad. 



2.-“El Irlandés” (Martin Scorsese) 

“El Irlandés” es la obra cumbre de Martín Scorsese y como tal podemos encontrar todos sus clichés preferidos; desde el protagonista apático, la figura paternal carismática pero de moralidad gris, pasando por la escena de una sola toma hasta la violencia estilizada, todo eso para seguir satisfaciendo la obsesión del director por el género gánster. De modo que sí, la película es brillante, técnicamente impecable, rica en el plano narrativo y cuenta con la performance de tres leyendas vivas del cine como son Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci. A eso tenemos que sumarle los efectos especiales que se utilizaron para rejuvenecier a los actores para así poder contarnos una historia que recorre décadas. Una de las mejores producciones del año sin dudas. Lamentablemente, “El irlandés” se vio salpicada por la polémica tras las declaraciones críticas de Scorsese sobre las películas de Marvel, a las que no considera cinema, lo que quizás creó una rencilla generacional que no permite apreciar el filme en todo su esplendor. 



1.-Historia de un matrimonio (Noah Baumbach) 

Como lo dice su título, la película cuenta la historia de un matrimonio que termina en un divorcio, pero es mucho más que eso, es el retrato del amor en sus diversos estados y en el sin fin de sentimientos que puede generar. El director es cuidadoso de no elegir una parte ni villanizar la otra, presenta los dos lados humanos de Charlie (Adam Driver) y Nicole (Scarlett Johansson), quienes pasan de la furia, al dolor, al resentimiento y a la calma en un proceso de divorcio que beneficia más a los abogados y que consume a la expareja que esperaba tener una separación amistosa. Lo que hace “La historia de un matrimonio” la mejor película del año es la capacidad de sus protagonistas de transmitir emociones viscerales que se quedan con nosotros por un tiempo después de ver los créditos. Este film de Baumbach es personal sin llegar a ser autobiográfica y toca fibras sensibles porque toca el un tema universal, el amor desgastado o mejor dicho, el amor después del amor.


miércoles, 14 de noviembre de 2018

#BohemianRhapsody de Schrödinger: Es buena y mala a la vez

Existen películas que son tan malas que son buenas, pero ¿es posible que una película sea mala y buena a la vez? En esa nebulosa se encuentra “Bohemian Rhapsody”, dirigida en partes por Bryan Singer, hasta que abandonó el proyecto, y después por Dexter Fletcher pero no le dan el crédito suficiente porque asumió la dirección las últimas semanas del rodaje luego que el estudio despidiera a Singer. Hay más drama tras bastidores que en la misma película, pero de todas formas… cualquier cinta que tenga el permiso de utilizar canciones de Queen siempre saldrá beneficiado porque la música es espectacular y se presta para diversas secuencias memorables. No por nada, la composición de Freddie Mercury, “Bohemian Rhapsody” es una de las canciones más utilizadas en la historia del cine.



 “Bohemian Rhapsody” es una especie de biopic que bien pudo producir Lifetime porque toca de manera muy superficial la mística que rodeaba a Freddie Mercury. Lo que se sabe del drama detrás de cámara es que la banda Queen tuvo demasiada influencia en la película, así estuvieron en contra del casting de Sacha Baron Cohen como Mercury y bajo la excusa de no faltarle el respeto al legado de Mercury no se entra en lo controversial, se “altera” varios eventos para favorecer la narrativa y si bien a Freddie Mercury lo tocan con guantes de seda, el resto de la banda también se retrata a si misma de una manera muy puritana pese a ser una banda de rock. Si uno conoce más o menos la historia de Queen se puede dar cuenta que mucho de lo que se ve en la pantalla no es históricamente correcto ni se siente exactamente realista. Por ejemplo, hay una escena donde la banda acusa a Freddie Mercury de romper Queen para grabar su disco en solitario cuando dos de ellos ya había sacado sus discos en solitarios sin romper la banda. Y antes de la secuencia final que muestra la presentación de Queen en el Live Aid, Freddie le dice a la banda que sufre Sida cuando en la vida real recién dos años después de este concierto, el cantante se enteraría de su enfermedad. Estos cambios tienen que ver con alimentar la narrativa y hacerla más atractiva en el plano emocional para que la secuencia del “Live aid” cobre una mayor relevancia y te toque el corazón porque es de conocimiento global que Mercury muere de Sida y el “Live Aid” es considerado como uno de los conciertos que marcaron la historia del rock. 


 Una búsqueda rápida en Youtube o en Google revelaría en exceso los “errores” en la película 

 La actuación de Rami Malek merece una mención aparte y honorable. Como un dato curioso; el actor se puso una prótesis dental y diferentes pelucas, pero la producción no tocó sus ojos. Malek tiene unos hermosos ojos azules mientras que los ojos de Mercury eran marrones y en la cinta, no usa lentes de contacto para cambiar el color de sus ojos. No creo que se trate de un “error” sino una decisión deliberada teniendo en cuenta que uno de los signos característicos de la interpretación de Malek es la expresividad en sus ojos como lo hemos visto en “Mr. Robot”. Por eso, el Mercury de Malek resalta más en los momentos más íntimos, en las escenas que comparte con el amor de su vida, Mary (Lucy Boynton), y en las escenas donde se concentra en la genialidad de Mercury como compositor. 

Lo único que se le podría criticar a Malek es su tamaño... pero realmente no es su culpa.

Particularmente me encantaron las secuencias enfocadas el génesis de las canciones más icónicas de Queen, porque, pese a que se peca de sobreexposición, la edición estuvo en su punto; la gente conoce el producto final, pero escuchar parte por parte de forma intercalada el cómo se grabó el “Galileo” y los coros de “Bohemian Rhapsody” -que, comentario aparte, es un proceso fascinante en la vida real- o cómo nació el “We Will rock you” a partir de aplausos y zapateos con la intención de involucrar al público es emocionante. 


 No creo que ninguna película pudiera hacerle justicia a Freddie Mercury porque se trata de uno de los artistas más excéntricos del mundo y de un rol representativo de la comunidad LGTB que trasciende en el tiempo. Y todos esos aspectos ni si quiera capturan la genialidad detrás del artista ni tampoco nos da una vista a su complejidad como ser humano ni a su sensibilidad especial ni a su personalidad introvertida en lo personal y estrafalaria en el escenario. ¡Por eso, quizás “Bohemian Rhapsody” funciona ya que prefiere ser una celebración de la música de Queen antes que un “E! True Hollywood Story de Mercury”! Y seamos sinceros, cualquier excusa es buena para escuchar a Queen aunque se trate de una película buena y mala a la vez.