martes, 9 de abril de 2019

#TheManIntheHighCastle T3: Into de Multiverse

Durante sus dos primeras temporadas, “The Man in the High Castle” y su aterrador mundo distópico nos daba una vista a la peor línea del tiempo que pudo suceder, una donde los Nazis ganaron la segunda Guerra mundial y el mundo termina dividido entre dos fuerzas igualmente represivas; el régimen nazi y los japoneses. En la tercera temporada se hizo un viraje a la ciencia ficción y al mismo tiempo se siguió explorando los secretos de la sociedad nazi y el crecimiento de la Resistencia que luchará contra ellos. 



 Por lo general, la serie cuenta tres historias principales que tienen como centro la supervivencia, los dilemas entre la lealtad personal y profesional, y la lucha contra el poder, al final todas las historias terminan colisionando de una u otra manera, pero en tercera temporada, hay demasiadas historias sin conexión que solo sirve para exponer nuevamente lo terrible que es vivir en un país bajo el control de los nazis. La historia más importante se centra nuevamente en Juliana Crane (Alexa Davalos) quien ahora tiene un objetivo concreto; reconstruir la Resistencia para salvar el multiverso, porque los nazis ya saben de la existencia de mundos paralelos y ha construido una máquina para invadirlos y conquistar el universo completo. Si bien en las temporadas anteriores, la ciencia ficción estaba encapsulado al misterio de las cintas del Hombre de Castillo, que funcionaban como el “McGuffin” de la serie, ahora la ciencia ficción se expande demasiado en la sobreexplicación de cómo una persona puede viajar de una realidad a otra restándole mística. Se supone que la Resistencia iba a encontrar un modo de derrotar a los nazis y liberar a su pueblo de la opresión, pero resulta que para eso necesitan ayuda externa… de un mundo paralelo para ser más exacto. Y si la premisa suena familiar es porque algo parecido vimos en el crossover “Crisis en Tierra X”, excepto que Juliana no tiene poderes pero si una tremenda habilitad de encontrar aliados que le crean todo ese rollo de la existencia de un mundo paralelo. Bueno, en realidad, las cintas dejan de ser el “McGuffin” para ser la prueba de lo que dice es cierto. En su periplo, Juliana se reencuentra con quienes conformó un fatalista triángulo amoroso Frank Frink (Rupert Evans) y Joe Blake (Luke Kleintank) y con su mejor amigo Ed (DJ Qualls). 

Experimentos para viajar a mundos paralelos. De verdad que los nazis son de lo peor. 
(Imagen: The Man in the High Castle)

En “The Man in the high Castle”, nadie realmente puede ser feliz. Era predecible que Juliana no se quedaría con ninguno de los dos, pero no esperaba que tanto Frank y Joe murieran, después de todo, Joe es uno de los protagonistas principales y Frank se supone que había muerto la temporada pasada. Pero en una muestra que la serie además de tétrica también puede ser increíblemente cruel cuando se lo propone, Joe muere a manos de la propia Juliana cuando se dio cuenta que seguía actuando como un espía nazi en la escena más dramática de la serie después de haber pasado una noche juntos y el inspector Kido (Joel de la Fuente) finalmente toma venganza de Frank por haber participado en el atentado terrorista que le costó la vida a muchos de sus compañeros en la temporada anterior. 

La muerte de Frank.
(Imagen: The Man in the High Castle)

 Un aspecto perversamente conmovedor de la serie es cuando se enfoca en la supervivencia de los judíos. "History Ends" es el mejor capítulo de la temporada porque justamente dedica la mayor parte de su tiempo esta comunidad que ha encontrado un lugar en la mitad de la nada en donde puede ejercer su fe y sus costumbres resguardando siempre sus espaldas. Este capítulo presenta una secuencia espectacular que yuxtapone un discurso de Himmler sobre la aniquilación del pasado con la ceremonia de bar mitzvah de Frank celebrada de manera muy intima. Esta temporada, también vemos la persecución de la comunidad LGTB, que al igual que la judía, vive escondida y perseguida por el régimen que los considera una abominación. Resulta que el noble de Ed tiene un romance con un vaquero en una de las historias más tiernas de la serie y por su lado, Thelma (Laura Mennell) termina relacionándose con Nicole (Bella Heathcote) y las dos terminan pagando las consecuencias de su aventura. 

La reconciliación de Frank con su fe.
(Imagen: The Man in the High Castle)

 Aunque se trate de una pareja dispareja, vale la pena analizar a Thelma y a Nicole por separado. Thelma es una periodista a la que régimen usa a su mejor conveniencia y termina siendo extorsiona da por Smith, mientras que Nicole es el cerebro detrás de la propaganda nazi que planea destruir el legado americano. Las propuestas de Nicole; la destrucción de monumentos estadounidenses para reemplazarlos con monumentos nazis, se terminan por concretizar otorgándonos las imágenes más impactantes y poderosas de la temporada y de la serie. En el último episodio Wyatt (Jason O’Mara) le dispara al Himmler del mismo modo en el que Lee Harvey Oswald asesinó a John F. Kennedy en un paralelo perturbador con la historia real como remarcando el hecho que algunas cosas están destinadas a suceder en todos los mundos. 

Wyatt en modo Lee Harvey Oswald
(Imagen: The Man in the High Castle)

Por su parte, John Smith (Rufus Sewell), que toda la temporada ha visto como la muerte de su hijo separó a su familia y a la par esa tragedia hizo que ascendiera en la cadena de mando del Tercer Reich, tiene en sus manos el futuro del régimen si es que Himmler (Kenneth Tigar) muere. Smith también está intrigado con los mundos paralelos porque él mismo ha visto que su hijo está vivo en una de las cintas del hombre del castillo. El cliffhanger de Juliana saltando a un mundo paralelo después de ser atrapada por los nazis es apenas el comienzo del final literalmente.  Se ha confirmado que la cuarta temporada será la última y tiene sentido, lo único que queda es cerrar la historia. 

Cuando te enteras que la próxima temporada es la última...
(Imagen: The Man in the High Castle)


Si hay algo que necesita la serie es “balance”, un equilibrio entre todas sus historias y una conexión entre ellas de una relevancia mayor que la simple casualidad, pero lamentablemente no lo consigue porque tiene demasiados personajes y no el tiempo suficiente para desarrollar cada una de los arcos que se ha molestado en presentar. La tercera temporada de “The Man in the High Castle” le apostó más a la ciencia ficción como un método de escape y no dejó de lado el mundo que ha creado y que siente que debe explorar de la manera más sádica posible. Sin embargo, ha dejado lo mejor para su temporada final, lo que es comprensible, sobre todo si se quiere ir a lo grande. El problema es que toda la publicidad de la tercera temporada ha estado enfocada en la “Resistencia” pero en la pantalla la Resistencia avanza muy lento y su única esperanza está en un mundo paralelo. Particularmente, sigo pensando que “The Man in the High Castle” es una de las series más subvaloradas en la actualidad. Me cuesta un poco comprender como siendo el equivalente en cuanto a “The Hands Maind Tale”, en el sentido de presentar una visión en modo “the darkest timeline”, vamos, uno es lo que podría ser en un futuro y el otro es lo podría haber sido en el pasado, no se le de más crédito. Además, la cinematografía sombría y desoladora aporta un plus a ese modo tan particular de retratar una pesadilla hecha realidad; un mundo sin libertades controlados por un gobierno dictatorial con una ideología perversa.

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