viernes, 24 de noviembre de 2017

#ThePunisher: -- --- .-. .. .-. / . ... / ..-. .- -.-. .. .-.. .-.-.

Netflix estuvo tan impresionado con la interpretación de Jon Bernthal como Frank Castle / The Punisher en la segunda temporada de Daredevil que decidió darle su serie propia. Por supuesto, una serie enfocada en el personaje más brutal de Marvel en Netflix podría haber significado la exacerbación de una violencia desbordada y sin sentido, pero la serie en realidad contiene su violencia para explorar el trauma de soldados americanos que regresan rotos de una guerra que jamás iban a ganar. 



 La yuxtaposición entre Lewis y Castle 

La segunda temporada de "Daredevil" nos presentó a Frank Castle como una contraparte filosófica de diablo de Hell Kitchen. El enfrentamiento entre Frank Castle y Matt Murdock (Charlie Cox) sirvió para solidificar la idea de lo que significa ser un héroe y su clara diferencia con el antihéroe. "Daredevil" se desliza en una zona gris, es un antihéroe porque actúa fuera de la ley, pero sobre todo es un héroe porque no mata a los malos mientras que "The Punisher" los aniquila de la manera más tortuosa posible o mejor dicho, los castiga por lo que han hecho. El respeto de "Daredevil" por la vida proviene de su religión y como un abogado ha comprobado que el sistema judicial puede funcionar, o al menos tiene la fe de que lo hace. 


Con "The Punisher" sucede lo mismo que con "Dexter", no lo condenamos en su totalidad, de hecho, hasta aprobamos que se deshaga de delincuentes que se benefician de un sistema fallido. ¿Por qué es eso? Bueno, en el caso de Dexter tenía que ver con su código Harry y en el caso de Castle, la empatía proviene de su tragedia propia; su familia fue asesinada frente a sus ojos en un operativo para detener bandas criminales. En "Daredevil" ya se nos había revelado que este evento fue premeditado pero en "The Punisher" vemos cómo es que el sistema del país que Castle defendió en la guerra no solo lo falló, lo destrozó. Toda esta historia comenzó en Afganistán, donde Castle, pese a no estar de acuerdo con las operaciones lideradas por el director de operaciones especiales de la CIA, William Rawilns (Paul Schulze), cuyas misiones involucraban ejecuciones extrajudiciales y torturas de civiles, igual seguía sus órdenes por cuestión de jerarquía. Una de las misiones fue torturar y matar a un periodista que iba a exponer un trato de drogas encabezado por la CIA en Afganistán, esto no lo supo Castle hasta el final de "Daredevil", pero fue él quien ejecutó extrajudicialmente a este policía y desde ese instante su esposa y sus hijos tenían los días contados. El sistema que Castle confió y defendió estuvo representado en la autoridad de Rawilns y Rawlins intentó deshacerse de Castle para evitar que sus secretos oscuros puedan ver la luz, pero Castle sobrevivió en el proceso se convirtió en "The Punisher" y "The Punisher" se encarga de los malos de una forma más permanente que lo que hace "Daredevil". Ya en su propia serie, vemos que si "Daredevil" está a “un mal día” para ser "The Punisher", "The Punisher" está a un paso de ser algo mucho peor. 



En medio de la cruzada de Frank Castle para dar con los responsables intelectuales de la muerte de su familia, la serie se toma su tiempo con Lewis Wilson (Daniel Webber), un soldado que está buscando un propósito tras retornar de la guerra. En los primeros capítulos, Lewis asiste a un grupo de apoyo de veteranos y allí es donde conoce a un charlatán que radicaliza su patriotismo hasta el punto de volverlo paranoico con la protección de los derechos de los Estados Unidos. En Lewis vemos la conversión de un joven trastornado a un terrorista doméstico que impulsado por el extremismo utiliza al miedo como motor principal. 


Hay un paralelo claro entre las narrativas de Frank Castle y Lewis, los dos sufren de un trauma post traumático producto de sus tiempo en la guerra, pero en Castle es notable la culpa de sobrevivencia y en Lewis es evidente el complejo de salvador. Asimismo, el ejército marcó la vida de Castle y Lewis, el entrenamiento que Castle recibió es lo que le dio las habilidades para sobrevivir como "The Punisher" y el entrenamiento en el Ejército lo que le dio a Lewis los conocimientos para manipular bombas caceras. ¿Entonces, qué es lo que diferencia a Castle de Lewis? La misma serie se hace una pregunta en un debate entre el senador Stan Ori (Rick Holmes) y Karen Page y la propia Karen Page (Deborah Ann Woll) les a que aclara el panorama; Lewis es un terrorista y Castle un vigilante. 


  Castle también un código moral muy fuerte, solo hace daño a los malos, es por eso que rescató a la agente especial Dina Madani (Amber Rose Revah) cuando la camioneta de Micro / David Liberman (Ebon Moss-Bachrach) atropelló su auto y por eso no mató a un militar que solo cumplía con su misión de vigilar cuando se coló a la casa de un general. Por su lado, Lewis es claramente un fanático, atenta contra el senador Ori porque no está de acuerdo con su propuesta de control de armas, manda notas tras explotar bombas en edificios dañando civiles porque quiere proteger la segunda enmienda de la Constitución sin importar a quién esté dañando, lo único que quiere Lewis es que compartan su punto de vista. Lewis admira a Castle y se lo invita a unirse a su causa pero Castle no acepta porque no es como él y es que la diferencia entre un vigilante y un terrorista es que las víctimas del vigilante han sido victimarios mientras que la víctima del terrorista son inocentes. 


La historia de Lewis tiene el mismo propósito que la historia de "The Punisher" en "Daredevil"; marcar la diferencia entre su protagonista y su antagonista, Castle puede separar a las personas que no merecen morir, Williams Rawlins y Billy Russo (Ben Barnes) prefieren aniquilar a los que representan una amenaza de su poder y por su lado Lewis categoriza como sus enemigos a todos los que no piensan como él, pero además, hay una yuxtaposición entre Lewis y Castle, Lewis no es "The Punisher" en un mal día, es "The Punisher" con una ideología errada. 


El trauma hogareño de Castle

La mayor crítica que puedo hacerle a "The Punisher" es tiene un ritmo lento, la acción es dejada de lado para favorecer el suspenso y el thriller conspirativo, sin embargo, se trata de un desarrollo pausado que bien podría haber cerrado su historia con 8 episodios. No obstante, al igual que "Jessica Jones", "The Punisher" refleja con un realismo inquietante el tormento interno de Frank Castle y el sufrimiento de los veteranos. Las pesadillas de Castle y sus recuerdos constantes es algo que no habíamos visto antes, pero el propósito estos flashbacks y alucinaciones no tiene que ver con reforzar su inhumanidad, sino que es es para recordarnos todo lo que Castle perdió. La presencia de Micro, la relación de Castle con la familia Liberman y con Karen Page no amilanan la soledad y el vacío de Castle. 



Desde mi punto de vista, la historia de Lewis es mucho más importante que la confrontación final contra Rawlins y Russo. El mejor episodio de la temporada es “Virtue of the Vicious” que está centrado en el atentado contra el senador Ori. La edición saltaba entre las horas para construir grandes momentos, Castle salvando al senador, Karen rescatándose a sí misma, con el apoyo de Castle, de Lewis luego de haber sido tomada como rehén y Lewis detonando la bomba que llevaba en el pecho tras ser encerrado en un refrigerador por Castle. En este episodio, Russo intenta matar a Castle y después casi confiesa que le conviene más que Castle esté muerto. Aunque Russo no es el mejor villano de las series de Netflix, por lo menos fue el villano más encantador y con la conexión que tiene con Frank tendremos un enfrentamiento más íntimo casi psicológico.



El hecho que Castle no matara a Lewis y lo haya intentado "salvar" vuelve a enfatizar que "The Punisher" no es una maquina asesina, es un ser con el que se puede razonar. En “Memento Mori”, Castle logra matar a Ralwins pero deja vivir a Russo, después de desfigurarlo, porque es "The Punisher" de todas formas. En realidad, Castle le dio una lección a Russo porque ahora tiene el mismo destino que él; morir es fácil, pero vivir con la culpa y con los traumas es el verdadero martirio. 

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