"The Mindy Project" siempre fue un homenaje / parodia de las comedias románticas. Se trató de una historia de amor pero de un amor propio en la vida real y en la ficción, Mindy Kalling produjo, escribió, protagonizó y salvó su propia serie, pues tras la cancelación de Fox le encontró un nuevo hogar en Hulu y después de que la agenda de Chris Messina no le permitiera a “Danny” estar en la mayoría de episodios, Mindy Kalling siguió contando la historia de Mindy hasta cerrarla por completo en su propia ley.
El romanticismo realista
Para los que vimos "The Mindy Project" hemos presenciado una suerte de evolución de la comedia romántica que ahora se tira en a un lado un poco más realista o quizás más sincero; no puedes ser feliz con alguien más si no eres feliz contigo mismo. En uno de sus videos "ScreemPrism" habló sobre el lado oscuro de las películas románticas y cómo estas crean falsas ideas y expectativas del amor. Por ejemplo, en este tipo de producciones se implica que el cambio de una persona gira alrededor del amor de otra y generalmente es la mujer la que tiene que adaptarse a su pareja. Además, algunos de los actos románticos que vemos en el cine de aplicarse en la vida real podrían ser considerado como un acoso o una extorsión.
Allí es donde "The Mindy Project" marca la diferencia. Desde el comienzo hemos tenido una protagonista con una autoestima por los cielos y cuya personalidad desbordante era su principal atractivo. Pocas veces, Mindy se mostró insegura por su aspecto, siempre tuvo el control de todas sus relaciones y en las contadas oportunidades que trató de cambiar para no malograr su relación, como aquella vez que sacrificó su carrera por Danny, terminó arrepintiéndose. Y es que la fórmula de la felicidad era simple, Mindy priorizaba a Mindy y de ese modo su felicidad que no giraba alrededor de un hombre, giraba alrededor de sus objetivos personales y profesionales. El humor de la serie provenía en gran parte de los altibajos en la movida vida de Mindy, pero también servía para darnos una visión no tan exagerada sobre una actualidad demasiada superficial y cínica. Aunque la lista de ex novios de Mindy es larga, los hombres no solo estuvieron presentes como sus intereses amorosos sino también como representación del patriarcado estadounidense. Uno de los mejores episodios de la serie es "Mindy Lahiri Is a White Man"; luego que no acceder a una promoción en su trabajo, Mindy se despierta y es un hombre blanco; entonces, se evidencia que la vida es muy simple para un hombre blanco en el plano profesional mientras que una mujer tiene que luchar el doble.
Entre sus referenciales a la cultura pop y sus exagerados y vistosos gustos, Mindy vive pensando que la vida es una película romántica, así que la serie nos presenta los clásicos “actos de amor” en una suerte de paralelismo de ciertas escenas de películas famosas pero con la variable de la aceptación. Cuando Danny conoció a Mindy no le caía, ambos no se soportaban, después se volvieron amigos, se enamoraron, tuvieron una relación volátil producto de sus diferencias, luego vino un embarazo inesperado, se separaron cuando Mindy se rehusó a cambiar por Danny y después se volvieron a reencontrar no más maduros, de hecho, no hay ninguna lección que han aprendido en el camino más que la simple aceptación.
No es causalidad que el final de "The Mindy Project" haya presentado una boda, con musical incluido, ya que toda la parafernalia de la gran ceremonia es parte del clásico “final feliz” excepto que Mindy no es la novia sino Tamara. Cuando Fox canceló la serie, Mindy acababa de dar a luz y Danny estaba a punto de pedir su mano, pero tras mudarse a Hulu, la relación de Mindy con Danny se desquebrajó y en la sexta temporada, Mindy se casó con otro y después se divorció. Particularmente creo que el final de Fox también calzaba como cierre total de la serie porque aunque Mindy y Danny no se casaron, se quedaban juntos. Sin embargo, en el final de la serie "It had to be you" el hecho que Mindy y Danny regresen en los últimos minutos cobra mayor significado cuando tenemos en cuenta que Danny finalmente aceptó a Mindy en su totalidad, con sus mejores virtudes y sus peores defectos, y estaba dispuesto a ayudarla en su negocio propio sin pedir nada a cambio, ese es su principal "acto de amor". Por su parte, Mindy volvió a confirmar que Danny no es un príncipe azul ni una ilusión perfecta sino una realidad imperfecta. Después de la declaración de amor y en lugar de seguir discutiendo, tendrán toda una vida para discutir, Mindy y Danny se sientan a ver televisión como lo hace una pareja que lleva años juntos y esa imagen final es también pasar la fantasía romántica a la realidad donde el gran acto de amor no es el final sino el comienzo de una vida.
Allí es donde "The Mindy Project" marca la diferencia. Desde el comienzo hemos tenido una protagonista con una autoestima por los cielos y cuya personalidad desbordante era su principal atractivo. Pocas veces, Mindy se mostró insegura por su aspecto, siempre tuvo el control de todas sus relaciones y en las contadas oportunidades que trató de cambiar para no malograr su relación, como aquella vez que sacrificó su carrera por Danny, terminó arrepintiéndose. Y es que la fórmula de la felicidad era simple, Mindy priorizaba a Mindy y de ese modo su felicidad que no giraba alrededor de un hombre, giraba alrededor de sus objetivos personales y profesionales. El humor de la serie provenía en gran parte de los altibajos en la movida vida de Mindy, pero también servía para darnos una visión no tan exagerada sobre una actualidad demasiada superficial y cínica. Aunque la lista de ex novios de Mindy es larga, los hombres no solo estuvieron presentes como sus intereses amorosos sino también como representación del patriarcado estadounidense. Uno de los mejores episodios de la serie es "Mindy Lahiri Is a White Man"; luego que no acceder a una promoción en su trabajo, Mindy se despierta y es un hombre blanco; entonces, se evidencia que la vida es muy simple para un hombre blanco en el plano profesional mientras que una mujer tiene que luchar el doble.
Entre sus referenciales a la cultura pop y sus exagerados y vistosos gustos, Mindy vive pensando que la vida es una película romántica, así que la serie nos presenta los clásicos “actos de amor” en una suerte de paralelismo de ciertas escenas de películas famosas pero con la variable de la aceptación. Cuando Danny conoció a Mindy no le caía, ambos no se soportaban, después se volvieron amigos, se enamoraron, tuvieron una relación volátil producto de sus diferencias, luego vino un embarazo inesperado, se separaron cuando Mindy se rehusó a cambiar por Danny y después se volvieron a reencontrar no más maduros, de hecho, no hay ninguna lección que han aprendido en el camino más que la simple aceptación.
No es causalidad que el final de "The Mindy Project" haya presentado una boda, con musical incluido, ya que toda la parafernalia de la gran ceremonia es parte del clásico “final feliz” excepto que Mindy no es la novia sino Tamara. Cuando Fox canceló la serie, Mindy acababa de dar a luz y Danny estaba a punto de pedir su mano, pero tras mudarse a Hulu, la relación de Mindy con Danny se desquebrajó y en la sexta temporada, Mindy se casó con otro y después se divorció. Particularmente creo que el final de Fox también calzaba como cierre total de la serie porque aunque Mindy y Danny no se casaron, se quedaban juntos. Sin embargo, en el final de la serie "It had to be you" el hecho que Mindy y Danny regresen en los últimos minutos cobra mayor significado cuando tenemos en cuenta que Danny finalmente aceptó a Mindy en su totalidad, con sus mejores virtudes y sus peores defectos, y estaba dispuesto a ayudarla en su negocio propio sin pedir nada a cambio, ese es su principal "acto de amor". Por su parte, Mindy volvió a confirmar que Danny no es un príncipe azul ni una ilusión perfecta sino una realidad imperfecta. Después de la declaración de amor y en lugar de seguir discutiendo, tendrán toda una vida para discutir, Mindy y Danny se sientan a ver televisión como lo hace una pareja que lleva años juntos y esa imagen final es también pasar la fantasía romántica a la realidad donde el gran acto de amor no es el final sino el comienzo de una vida.
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