La segunda temporada de “The Punisher” ha priorizado la acción antes que la historia. Y lo entiendo, si tienes como protagonista que es básicamente una máquina de matar lo mejor que puedes hacer es meterlo en peleas y balaceras.
Tras una primera temporada que definió a Frank Castle (Jon Bernthal) como un antihéroe, la segunda entrega se fue por la ruta de “Logan” al colocar a Frank con Amy (Giorgia Whigham), una adolescente rebelde a la que tiene que rescatar y proteger, pero a diferencia de “Logan”, Castle no busca una redención, lo que necesita es una nueva guerra que lo mantenga en movimiento. En esta oportunidad, los villanos principales son una pareja poderosa de cristianos fundamentalistas conservadores que desatan una matanza salvaje para ocultar unas fotos que revelarían la homosexualidad de su hijo senador porque eso podría arruinar su futura candidatura presidencial. Esta pareja son los enemigos más flojos en todas las series de Marvel y por supuesto, su final también fue igual de decepcionante, pero son los que desencadenan la cacería contra Castle y Amy a través de su sicario personal, John Pilgrim (Josh Stewart).
Castle y Amy
(Imagen: The Punisher - Netflix)
Antes del estreno de la segunda temporada, la mayoría de páginas especializadas adelantaban que el malo de turno sería un cristiano fundamentalista de la ultraderecha, como para disfrutar más que Castle acabe con él, sin embargo, si bien es cierto que vemos a Pilgrim citar a la biblia cada vez que aparece, el motor de sus acciones nunca llegan a tener sentido ni claridad y Pilgrim termina la temporada vivo, dándole la espalda a sus jefes, por los mató un motón de gente, y deja sus creencias a un lado sin ninguna explicación sensata. En ese sentido, Pilgrim jamás se sintió como una amenaza real para Frank, pero sí sirvió nos regaló secuencias geniales de peleas especialmente con Frank. También vale la pena mencionar que hay un par de líneas de Amy que evidencian las contradicciones y la hipocresía de Pilgrim.
Pilgrim
(Imagen: The Punisher - Netflix)
Lo más interesante de la serie sigue siendo el plano psicológico no solo de Frank, sino de Billy Russo (Ben Barnes) y Dinah Madani (Amber Rose Revah), personajes que valen la pena para un análisis minucioso y para esto, la temporada incluso contó con Krista Dumont (Floriana Lima) como una psicóloga un tanto trastornada que se enamora de Russo, pero nos expone el diagnostico de este inusual trío. En el caso de Russo, Ben Barnes hace un fantástico trabajo al trasmitir la confusión y volatilidad del némesis de Castle, y seamos honestos, el actor sigue siendo un hombre atractivo pese a las cicatrices en el rostro. La cara marcada de Russo es vital en la historia porque es un reflejo de su mente rota. Russo sufre de amnesia y sus recuerdos son una especie de rompecabezas que tiene resolver con solo una pista; un chaleco de calavera. Esa imagen lo tortura en sus sueños y por eso el mundo se le viene encima cuando ve a Frank con ese chaleco disparándole en plena calle. Mientras Russo va auto descubriéndose también esa tendencia destructiva y violenta inerte en él. Ya sabíamos que Castle iba a terminar matando a Russo pero no esperaba que fuera de una manera tan anticlimática; Castle le mete dos balazos a un Russo moribundo y eso fue todo.
La muerte de Russo
(Imagen: The Punisher - Netflix)
La frase más memorable de “The Punisher” tiene que ser la advertencia que le dio a “Daredevil”: Tú estás a un día malo de ser yo. ¿Qué es lo que diferencia a Matt Murdock (Charlie Cox) de Frank Castle? Matt no mata y por eso es un héroe. La segunda temporada aplica esta filosofía del “día malo” con Madani. Ella quiere matar a Russo, pero no puede porque significaría romper sus propios principios y por eso, después de un “día malo” decide traer de vuelta a Frank para que él sea quien se encargue de Russo. Madani no le ha tocado una buena historia esta temporada, solo le tocó ser la que mete la pata a cada rato hasta el último capítulo. No creo que sea un desperdicio de personaje, pero creo que daba para más.
Finalmente, está Frank Castle. La serie trató de engañarnos por un momento con la idea de que Castle podía vivir una vida “normal” con Beth (Alexa Davalos), pero lo cierto es que eso sería demasiado aburrido. De modo que el punto de la temporada no es ninguna crisis interna en Frank, él es “The Punisher” , no tiene ningún problema con ser “The Punisher” siempre y cuando no viole su propio código de no dañar a inocentes. No obstante, la temporada también abordó nivel de influencia que ejerce Frank sobre los demás. Desde Amy, hasta Madani, pasando por Curtis (Jason R. Moore) y por el detective Mahoney (Royce Johnson), todos terminan doblando sus valores y desafían su propia ética profesional por Castle.
El cameo obligado de Karen Page se dio en el episodio "The Abyss"
(Imagen: The Punisher - Netflix)
El mejor capítulo de la temporada es “The Dark Hearts of Men” porque conjuga los mejores aspectos de la serie; la excelente acción y la exploración del lado oscuro de la psicología. La edición engañosa nos hizo creer que todo se desarrollaba en una misma noche; el enfrentamiento entre Frank y la banda de Russo y la coversación entre Krista y Madani. Pero al final se descubre que Krista le sacó información a Madani y es cuando conocer el mayor miedo de alguien puedes destruirlo por completo. El plan de Krista, que termina ejecutando Russo, es un nuevo nivel de crueldad; es hacer realidad su peor miedo. Pese a su fortaleza exterior, Castle es frágil en el plano mental. Es un hombre roto que jamás podrá superar el dolor de haber visto morir a su familia y dar de caza a los malos le da sentido a su existencia. Según lo explicó Krista, "Castle hace cosas terribles pero quiere creer que es bueno" y Russo le quitó eso; lo hizo ver él monstruo que lleva a dentro. Lo rompió de nuevo. En el siguiente capítulo, “The Abyss”, Karen Page (Deborah Ann Woll) junto a Madani descubren que todo fue una trampa planeada por Russo y tras revelarle la verdad a Castle lo sacan del abismo en el que se estaba hundiendo tras creer que su furia le costó la vida a mujeres inocentes y es que en realidad, Billy Russo es el monstruo detrás del antihéroe.
"El hace cosas terribles pero quiere creer que es bueno"
(Imagen: The Punisher - Netflix)
La segunda temporada de “The Punisher” es un vendaval de espectaculares secuencias de acción e intenta profundizar en la psiquis de sus personajes principales pero ciertas historias no tienen una conclusión satisfactoria, como el caso de Russo y de Pilgrim. No obstante, debe ser la primera vez que los 13 capítulos por temporada le quedan chico a una serie de Marvel y por eso, el final se siente apresurado. Considerando que es casi un hecho que Netflix cancelará “The Punisher”, la serie ha cerrado el ciclo y en la última escena vemos a Frank Castle ya en modo The Punisher. Debo decir que Jon Bernthal nació para ser “The Punisher” e incluso le ha sabido dar diversas dimensiones mostrando vulnerabilidad y brutalidad en momentos claves. Sería una lástima que no lo volvamos a ver como “The Punisher”.
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