En el 2018, la pionera de las plataformas de streaming, Netflix, decidió dar un paso más allá para diferenciarse por completo de su cada vez más incrementada competencia. Para esto, presentó con bombos y platinos un episodio interactivo de la serie del momento “Black Mirror” que prometía, en primera instancia, ser el futuro de las series.
Por ese entonces, “Black Mirror”, una de las producciones distópicas más populares en los últimos tiempos, comenzaba a tropezarse con una piedra gigante llamada "realidad" y es que esa mirada sórdida y siniestra de futuro deshumanizado que nos presentaba en cada episodio, cada vez se sentía más como una advertencia y no como ciencia ficción hasta el punto que la serie fue sobrepasada por acontecimientos reales. En un mundo cada vez más “Black Mirror”, “Black Mirror” decayó en calidad, pero aun contaba con ese plus de brindarnos giros alucinantes que nos rompían la cabeza, por supuesto, eso fue antes que esos giros se transformaran en un cliché predecible. Entonces, el capítulo interactivo funcionaría en teoría porque iba involucrar al propio espectador. En otras palabras; el espectador tenía el poder y podía ser parte de ese truco mágico del giro inesperado.
Pero la teoría es una cosa y la realidad es otra.
“Black Mirror: Bandersnatch”, el episodio interactivo de “Black Mirror”, se admira más por el esfuerzo de querer concretar una idea revolucionaria que al igual que los autos voladores en “Volver al Futuro”, anhelamos que algún día se den, pero que con los prototipos de autos voladores que tenemos en la actualidad, agradecemos que todavía sean solo una buena idea. Lo mejor que se puede decir de “Bandersnatch” es que se sintió como un videojuego sin acción donde lo más interesante era descubrir ese giro marca “Black Mirror”. La comparación con los videojuegos es más que apropiada, incluso la propia historia expresaba gritos ese paralelo; “Bandersnatch” giraba alrededor de Stefan Butler, un joven que comienza a trabajar en una compañía de videojuegos en los 80’s y que se obsesiona en desarrollar un videojuego donde el jugador tiene la opción de elegir su propio camino. Y los momentos en el que el espectador tenía que elegir entre una opción u otra era casi como poner pausa a al juego, literalmente, Stefan se quedaba como congelado.
En marzo del 2018, Netflix anunció que “Unbreakable Kimmy Schmidt” también tendría su especial interactivo, el cual se estrenaría en el apocalíptico 2020. El especial de Kimmy Schmidt se dejó disfrutar mucho más que “Bandersnatch”. Ya sé, obviamente, dirán que son cosas diferentes, las dos series no podían ser más diferentes entre sí, pues, una es una comedia y el otro es el spoiler alert del mundo real y quizás ese sea el punto. “Bandersnatch” era demasiado serio como para que la interacción funcione y tal vez, eso explica por qué “Kimmy Schmidt vs El reverendo” no se siente como un videojuego, sino como lo que es; una comedia.
En cuanto a historia, “Kimmy Schmidt vs El reverendo” seguía la aventura de Kimmy (Ellie Kemper) en busca de las otras mujeres que fueron secuestradas por el reverendo (Jon Hamm), días antes de casarse con el príncipe Frederick (Daniel Radcliffe). Si uno elegía que Kimmy se case en lugar de ir a salvar a las víctimas del reverendo, el especial interactivo terminaba rápidamente. Pero a diferencia de “Bandersnatch”, los momentos en donde el espectador tiene que escoger entre una acción u otra no son pausas sino guiños humorísticos.
De hecho, el humor y la propia historia estaba consciente que la interacción con el espectador es parte de la broma. Cada elección del espectador tenía como recompensa una excentricidad clásica de Kimmy Schmidt y si tomábamos la decisión “incorrecta”, pues, también éramos “corregidos” por los mismos personajes porque estábamos eligiendo algo que no estaba acorde con lo que conocemos de Kimmy, Titus, Jaqueline, Lilian, ect. Y si bien, el humor le da un plus, tampoco estoy diciendo que todo especial interactivo necesita ser comedia, solo que tiene el chance de funcionar mejor, pero tampoco depende de eso. Un ejemplo es el especial interactivo “You vs. Wild”, en donde lo llamativo era poner a Bear Grylls en situaciones peligrosas. Nosotros elegíamos el camino que tomaba, lo que tenía que comer y su “supervivencia” dependía de nuestras decisiones y los que tenemos un lado oscuro queríamos verlo sufrir, mientras que los que tenían un espíritu más explorador, formaron parte de una aventura. Esa es la gracia de estas producciones, que uno seleccione su aventura, pero para esto, la aventura tiene que ser más que interesante, tiene que no solo atrapar al espectador, sino que envolverlo mucho más que una serie normal porque en una serie normal puedes chequear el celular, pero en una serie interactiva no deberías hacerlo.
Pese a las críticas, creo que “Bandersnatch” fue la prueba beta que Netflix necesitaba para distinguirse, hasta el momento, es la única plataforma que ha producido varios especiales internactivos, pero era claro que no estaban buscando marcar una tendencia. Este tipo de producciones llevan más tiempo para desarrollarse, por eso, a Kimmy le tocó estrenarse en el año 2020, un año lleno de dolor debido a las pérdidas humanas por la pandemia ocasionada por el covid-19, un año clasotrofóbico en el que las plataformas se volvieron una válvula de escape de una realidad triste. De hecho, las series más vistas durante la pandemia han sido comedias. En ese sentido, el especial interactivo de Netflix terminó siendo una de las mejores producciones en ese nefasto 2020. Tal vez es algo así como el ejemplo a seguir para futuras producciones interactivas que no es lo mismo que ser el futuro de las series. Está claro que el futuro de las series no estaría en la interacción, por lo menos todavía no y es posible que no lo sea nunca.
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