#Sinotehubieseconocido: Un amor capaz de desafiar las leyes del multiverso

La plataforma de streaming Netflix a veces se siente como un mar repleto de producciones y uno simplemente puede perder el tiempo buscando qué ver. Navegando por esas aguas me topé con la serie catalana llamada “Si no te hubiese conocido” cuya simple premisa causa suficiente curiosidad como para darle “play” y disfrutar de sus 10 episodios de corrido. 

 “Si no te hubiese conocido” trata de un hombre, Eduard Marino (Pablo Derqui), que pierde a su esposa Elisa (Andrea Ros) y a sus hijos en un accidente de auto. Sintiéndose responsable de la muerte de su familia, Eduard intenta matarse tirándose a los rieles de un tren pero justo lo detiene la doctora Liz Everest (Mercedes Sampietro) quien le ofrece la oportunidad de viajar por mundos paralelos. El dolor de Eduard es sofocante y su culpabilidad lo lleva a viajar por mundos alternativos para impedir que otros Eduards sufran como él, sin embargo, como el ineludible destino de Edipo, la intervención de Eduard empeora las cosas y adelanta el infeliz desenlace. De un ritmo pausado, pero con un manejo acertado del cliffhanger emocional al final de cada episodio, “Si no te hubiese conocido” es una de las series más nostálgicas que se puede encontrar en el inmenso mar que es el catálogo de Netflix. Pero más que la exploración de nuevos mundos, los viajes y la serie está más interesada en la vida de Eduard y en repasar, eliminar o alterar momentos importantes que marcaron su historia con Elisa y es que Eduard y Elisa son una pareja que está destinada a estar juntos pero que siempre es separada por una tragedia. 

Eduard de joven con el look "Ted Mosby"

ADVERTENCIA DE SPOILER

Mil  veces tu

 La serie termina abruptamente tras la revelación de la verdadera identidad de la Dra. Everest, pues, se trata nada más y nada menos de una Elisa de un mundo cero. El último capítulo, “Zero” es el mejor de la serie a pesar de que no llevar a ninguna resolución concreta. Tras pasar 9 episodios familiarizándonos con la historia de Eduard, ahora vemos la misma historia, pero desde la perspectiva de la Elisa del mundo cero. Y en este nuevo mundo, Elisa es la que da el primer paso, lleva las riendas de la relación y toma, por cuenta propia, las decisiones “correctas”, pero como en todos los universos, su amor por Eduard es algo inevitable. La razón por la que Elisa cambia su nombre a Liz Everest es porque ese es el nombre artístico que le dio Eduard tras escucharla cantar por primera vez, porque, según él, Elisa Montcalm es muy difícil de pronunciar. Entonces, le puso Everest en vez  Montcalm, que es el nombre de la montaña más alta de Cataluña y Liz por Liz Taylor que a su vez es una derivación de Elisa. Al viajar a Estados Unidos donde estudiaría física y astronomía, Elisa ya no era más Elisa, sino Liz Everest y de ese modo con cada mención de su nuevo nombre pensaría en Eduard. Como una científica renombrada, Elisa se reencuentra con Eduard y le pide que lo deje todo para que viva con ella en Estados Unidos. Por supuesto, él acepta. La noche en que Elisa, ya como la Dra. Everst, gana el premio Nobel de Física, pierde a su Eduard y sus hijos en un accidente. Al ser Elisa tan obstinada como el Eduard que hemos conocido, sabemos que ella tuvo el mismo periplo que Eduard buscando evitar lo inevitable.

Pese a que “Si no te hubiese conocido” deja muchas interrogantes al aire, la última escena da a entender que tanto Elisa como Eduard se reconfortan ante sus tragedias ya que ninguno puede cambiar lo que pasó o prevenirlo en otros mundos. La historia de Elisa y Eduard es un amor que no puede contra la muerte, pero que es capaz de desafiar las leyes del multiverso. En ese sentido, la serie catalana es altamente recomendable por su sentimentalismo apasionado, por su propia desesperanza, por la interpretación exacta de “El risc d’ara” de Ros en diversas escenas, una canción que profundizan la melancolía de la producción, por su composición única que salta entre el pasado, presente y otros mundos y por la actuación desoladora de sus protagonistas. “Si no te hubiera conocido” es para los románticos empedernidos fascinados con las posibilidades infinitas que ofrece la ciencia ficción.