La película “La captura del siglo” de los 90’s retrató el trabajo de los agentes del GEIN en la operación Victoria que terminó con la captura del líder del grupo terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán. Casi 20 años después, “La hora final” del director Eduardo Mendoza tiene una aproximación más humana que se proyecta en un contexto político en el Perú necesita recordar su historia.
#TerrorismoNuncaMás
De un ritmo pausado, “La Hora Final” nos da una vista del trabajo minucioso y paciente de los agentes del GEIN que se pasaban de vigilancia en vigilancia siguiendo personajes claves de Sendero Luminoso y revisaban fotos, videos y documentos para identificarlos. Pese a la tensión de un país desangrándose por los atentados terroristas, la película nos regala momentos amenos como la escena del chifa donde se va la luz y uno de los agentes sigue pidiendo su tallarín saltado o como cuando otro agente bromea narrando como un acento español la escena que está presenciando en la casa de los Sauces. Se trata de momentos tan peruanos y es que una de las cosas que caracteriza al peruano es su optimismo y su picardía, incluso en sus momentos más oscuros, las velas no son la única luz que logra brillar. Estas escenas me evocaron no sé exactamente si un momento que viví o vi en otra producción peruana, había una reunión de amigos, se va la luz producto de un atentado, se prende una vela y la reunión continúa, no es que haya una indiferencia por el atentado, solo que hay un alivio de estar con la gente que quieres y que ellos no se hayan visto lastimados.
Además de Sendero Luminoso, la gente del GEIN tenían varios enemigos en casa; la gente del SIN y el saboteo del gobierno de Alberto Fujimori. El lema del GEIN, “investigar para detener y no detener para investigar”, es la razón que los verdaderos héroes de la historia y es que sin cruzar la línea de la ilegalidad y respetando los derechos humanos lograron su objetivo. Y teniendo en cuenta que la película se basa en hechos reales, en el plano histórico, el GEIN merece un doble crédito por haber logrado la captura de Abimael Guzmán con tan pocos recursos.
La intensidad que Pietro Sibille le inyecta a cada uno de sus personajes es la razón por la que es uno de los mejores actores peruanos. Pero en esta oportunidad, siento que se pudo reducir el drama personal de Carlos Zambrano con su ex porque es el clásico cliché de la mujer que no entiende el sacrificio del trabajo de un agente especial, no obstante, entiendo la intensión del director; el hijo de Carlos es la razón por la cual continuar luchando contra esa lacra de Sendero Luminoso. La película termina con la voz del hijo porque el triunfo de la detención del Guzmán no solo significó el inicio del fin del terrorismo, sino también el comienzo de la esperanza de un futuro diferente para el país.
La historia más significativa de “La Hora Final” es la Gabriela y la de su hermano terrorista a quien termina arrestando. El conflicto interno del personaje de Nidia Bermejo, su semblante y melancolía es impresionante, es agonizante y es conmovedor. No hay un final feliz para Gabriela, solo el golpe de una cruel realidad, sentir en carne propia el daño ocasionado por el fanatismo de su hermano es suficiente para abrirle los ojos, no puedes salvar a quien no quiere ser salvado.
Por supuesto, “La Hora Final” está llena de tensión, presión y hasta de suspenso, por momentos, se siente claustrofóbica. El director usa planos cerrados para darnos la sensación de estar en la piel de nuestros protagonistas y así experimentar la ansiedad de cada uno de ellos, especialmente los momentos de asfixia de Zambrano. La recreación de los 90’s es fenomenal, aunque también hay cierta audacia en utilizar lugar que no han cambiado en 25 años. La actuación es de primera, mejor dicho, la actuación del grupo principal es de primera, el que hizo de Abimael Guzmán pudo ser mejor pero su barba falsa distraía demasiado. De hecho, toda la secuencia de la captura pudo tener un impacto mayor del mismo modo en el que el descubrimiento de toda la propaganda senderista cuando intervinieron una de las casas vigiladas, pero porque está pegado a la conclusión de la historia de Gabriela que fue la parte más emocional de la película, quizás por eso, perdió su peso. Respecto a la musicalización, el estilo parece más como una respuesta a “Zorba el Griego” y los momentos que se escuchaba cualquier melodía del arpa dosificaba la tristeza en una atmosfera cargada de energía negativa. Finalmente, hay “easter eggs” o guiños y pequeños datos históricos poco conocidos, como la posibilidad que estudiaba Estados Unidos de una intervención militar al país, hacen de puntos extras a la película.
Si no me equivoco y por el mismo look, Bernales está basado en Benedicto Jiménez cuya historia real parece seguir el dicho de Batman: “mueres como héroe o vives lo suficiente para convertirte en villano”, pero bueno, esa es otra historia.
Personalmente, la que considero la mejor película sobre esta época oscura del país es “La última noticia”, protagonizada por Pietro Sibille, porque es la que retrata de forma más equitativa el terror de ambos lados, de Sendero Luminoso y del estado, que afecta a todo un pueblo olvidado, pero reconozco que “La hora final” llega en el tiempo preciso y tiene una oportunidad de generar una conversación con las nuevas generaciones para que no se dejen engañar por Movadef, fachada de Sendero Luminoso, y otros movimientos radicales. En las redes leo comentarios que dicen que todos los escolares deben ver esta película y concuerdo, pero antes de mostrarla se debería tener una breve clase de historia porque se necesita poner en contexto toda está década sino los niños no van a entender de quién se está hablando cuando se menciona a (Vladimiro) Montesinos o (Ketin) Vidal. Siempre he pensado que la penosa y crítica década de los 90’s merece una serie tipo “Narcos”, pero para quien quiere ver una serie desde una perspectiva más social “Nuestra historia” es un buen punto para comenzar. El mérito de “La hora final” es que llega en un momento correcto, pero no es mejor ni peor que las otras producciones sobre el terrorismo en el Perú, todas aportan una visión importante y necesaria de una historia que el país jamás debe olvidar porque como siempre se dice “un país que no conoce su historia está condenado a repetirla”.
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