La mañana llegó con la trágica noticia de la chocante,
aunque advertida, muerte de Cory Monteith, protagonista de "Glee". El popular “Finn” se definía así mismo como “alto,
incomodo, canadiense, actor, baterista y persona” en su twitter pero también
debió poner “adicto”, sobre todo eso, “adicto”. Hasta el momento se rumorea que
(y más tarde se confirmará), que la causa de su fallecimiento fue una
sobredosis.
Cory Monteith 1982-2013
Dicen que lo único seguro en la vida es la muerte, no
podemos evitarla y nos agarra en el momento menos esperado. Algunos se van
antes de tiempo, en un accidente, por una enfermedad y otros se suicidan, lo
peor de esto, es que muchas veces es ante nuestros ojos. Cory Monteith se une a
la larga lista de estrellas que se fugaron rápidamente por el alcohol y las
drogas, aunque en este caso, habría que preguntarse qué fue de los artículos recientes
que informaban que el actor estaba “mejor que nunca” tras haber superado su
adicción. No estoy diciendo que la prensa sea culpable de la muerte anticipada
de Monteith. Para nada, Monteith se mató solo, y la prensa fue un testigo
silencioso de una muerte que se veía desde su salida de rehabilitación al que
ingresó “voluntariamente” en abril. Tal vez la exposición y acoso de la prensa
sea un factor más, pero la partida de Cory es producto de sus propios demonios.
El punto es que esta historia devastará de manera distinta a sus fanáticos
porque la prensa les había vendido la imagen de que estaba limpio y saludable, cuando él
sabía que no era así, él sabía que un adicto no se cura nunca, todos lo sabían
y lo peor es que lo dejaron matarse lentamente.
De héroe a fantasma…
Cory Monteith fue encontrado en un hotel de Canadá, días
antes de iniciar el rodaje de la quinta temporada se "Glee". Precisamente,
durante las grabaciones de la cuarta temporada que el actor volvió a recaer en sus
adicciones, aunque nunca se especificó o no se entró en detalles respecto a las
mismas. Para muchos era muy obvio cuál fue el problema del actor, quien bajó de
peso de manera dramática entre la tercera y la cuarta temporada. Él mismo dijo
que estaba en una dieta pero era evidente que estaba lejos de ser saludable.
Muy aparte quedan las noticias relacionadas con su novia Lea Michele, la prensa
adoraba esta pareja y no podía zacear las ansias de acosarlos. Casi todas las
revistas importantes de chisme
reportaban qué comían, a dónde asistían y si se tomaban de la mano. Sin mencionar
a los que creían que el romance era armado. No obstante, ninguno pareció percatarse
que el chico era casi un fantasma en su última aparición. Sólo los “sin
confirmar” y esas páginas de chismes ocultos reportaban que Cory seguía
bebiendo y saliendo como amigos, aun después de ese mes en rehabilitación,
incluso junto Lea Michele. Mientras que sus agentes y los gleek llamaban a
Cory, un “héroe” por superar sus adicciones, el hombre seguía con la vida loca.
Pues, resulta que Cory no era un héroe, sólo un hombre talentoso, amado, genuino,
un ídolo con muchas sombras y en un mundo tóxico que ultimadamente lo llevó a
la muerte.
Más que un héroe sólo era humano.
La muerte de Cory cambia todo y nada a la vez, la prensa seguirá
vendiendo la imagen de un héroe que cayó en desgracia o escarbará en los caminos que lo llevaron a la muerte, lo que venda más, los productores de "Glee" colocaran en el primer episodio de la quinta temporada una dedicación “en
memoria de Cory, extraordinario amigo” y hasta incluso tratarán de explicar por
qué Finn no volverá a aparecer más, buscarán un modo de traer publicidad a una
serie que se cae a pedazos desde hace tiempo, los agentes de Lea Michele,
venderán la imagen de la devastada e inconsolable novia que asiste a un funeral
en lugar de un matrimonio, etc…
Parece que no hemos
aprendido nada de lo que dejan las tragedias de Heath Legder o Rodney
Harvey, y ahora Cory Monteith, la droga
mata. Así de simple. Y si conoces a alguien que es un adicto no le creas cuando
diga que “ya está bien”, que “ya se curó”, y por lo tanto, puede tomar o fumar,
recuerda los adictos no se curan, no son de piedra y tienden a recaer, algunas
veces con resultados como este. Dentro
de un tiempo, la historia de Cory se volverá a repetir cuando otro actor joven
y talentoso muera producto de su propia adicción. Quizás esta vez, la prensa le
saque sus trapitos sucios para que el mundo le grite “hey, eres un adicto,
necesitas ayuda”, o sus agentes, en realidad, hagan algo al respecto en lugar
de limpiarle la imagen a su gallinita de oro, si no volveremos a ser testigos
de una muerte prematura y sin sentido.
Descansa en paz, Cory Monteith. Ojala que tu muerte sea una
llamada de atención para alguien.
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