lunes, 16 de octubre de 2023

#SoundOfFreedom: Buena película, mala campaña

Para disfrutar de "Sound of Freedom", es necesario separar la película de las controversias y de su campaña política y conspirativa. De verdad, lo recomiendo, porque si la ves esperando que la película revele algún tipo de conspiración con la élite, te decepcionarás. Pero si la miras como una película de acción al estilo de "Taken", resulta ser buena e incluso, si la ves como una biografía algo exagerada, también merece una nota aprobatoria. 


Buena película 

La trama de "Sound of Freedom" no es particularmente extraordinaria ni original. Es la típica película de acción en la que un héroe blanco rescata a un ser inocente porque es su deber. En este caso, Tim Ballard, el protagonista, es un agente especial que abandona su trabajo para rescatar a dos menores secuestrados por una organización criminal de trata de personas. En cuanto a personaje, Tim Ballard es bastante básico, con un único objetivo: salvar a los niños, y lo hace porque es necesario. El socio de Tim, Vampiro, quien lo ayuda a infiltrarse en la mafia, es el personaje con mayor profundidad, ya que se trata de un exdelincuente que, después de estar con una mujer que parecía mayor de edad pero que en realidad era una menor, decide luchar contra estas mafias. Sin embargo, lo que hace que Tim Ballard sea memorable es la interpretación de Jim Caviezel, un actor que encaja perfectamente en este tipo de roles rotos por su trabajo, pese a que dicho trabajo fue lo que lo rompió en primer lugar. Siempre lo he dicho, Jim es el mejor Batman sin traje que hemos tenido y acompañarlo su misión siempre es conmovedor. 



Otro punto a favor es que la película maneja con sensibilidad la representación del sufrimiento y el trauma de los niños secuestrados. Aunque sabemos lo que les ocurre y las horribles experiencias que viven, el filme opta por mostrarlo de manera implícita, evitando la revictimización. Lo que más impacta de la película es la explicación del título: después de ser rescatada, la niña Rocío, quien fue secuestrada y esclavizada por una organización criminal, regresa a su hogar. Allí encuentra su tambor, que solía tocar cuando era más niña. Rocío vuelve a tocar el tambor, y lo que escuchamos es "el sonido de la libertad". Ella es libre, y la película transmite un mensaje de esperanza al señalar el inicio de su proceso de sanación a través de la reconexión con el tambor. Aunque más que el sonido de la libertad, es el sonido de los traumas de la niña, quien, después de todo lo que ha pasado a una corta edad, finalmente ha regresado a casa.



 Mala campaña 

Es un tanto desconcertante que la campaña de esta película sea tan política y agresiva cuando la película en sí no lo es, ni siquiera puede considerarse religiosa. "Sound of Freedom" es simplemente una película sobre un hombre que rescata a dos niños secuestrados. La controvertida frase del tráiler, "Los hijos de Dios no están en venta", hace referencia a que los niños en general no deberían estar en venta, una afirmación en la que todos podemos estar de acuerdo. La película nunca insinúa que Tim Ballard sea cristiano ni que su labor esté respaldada por motivos religiosos, un dato que debería ser relevante considerando que es así en la vida real, pero en el filme su motivación radica en que hace lo que hace porque considera que es lo correcto. Lamentablemente, la película concluye y durante los créditos regresa la campaña. Al final, se muestra un video de Jim que insta al público a volver a comprar boletos y a contribuir a la causa. Uno de los pedidos consiste en adquirir entradas para otras personas o en realizar donaciones de algunos dólares a la organización de Ballard llamada Operation Underground Railroad.  Es importante señalar que, hace algunas semanas, tras diversas denuncias de acoso sexual, Ballard renunció a su cargo de director ejecutivo. Además, con el tiempo, se ha vuelto cada vez más evidente que la publicidad de la película no solo busca conseguir donaciones para Ballard, sino que también ha impulsado la carrera política de uno de los productores, el ultraconservador Eduardo Verastegui, quien anunció su candidatura a la presidencia de México. También la campaña y publicidad evidenciaron un lado de Jim Caviezel que no conocíamos, sigue las teorías de Qanon o por lo menos las utilizó para crear más controversia. (Sobre la campaña publicitaria de la película ya escribí)



Si prefieres creer que esta película se basa en hechos reales, es una elección válida y comprensible, aunque es necesario aclarar que existen ciertos cuestionamientos al rededor de Ballard que podrían poner en duda su palabra y sus misiones. Si esta película no estuviera vinculada con la controversia y la campaña politizada, es probable que no hubiera tenido tanto éxito. La controversia es lo que ha llevado a una película decente a alcanzar un alcance mayor. Verla se ha convertido en un acto de resistencia, una manera de desafiar a la élite, pero también sería importante diferenciar la campaña de publicidad, enfocada en crear polarización, con la película que trata de una problemática global.

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