Con su toque mágico de amabilidad y el poder de la amistad, Ted Lasso (Jason Sudeikis) logró que el equipo de Richmond quedara en segundo lugar en la Premier League, la liga futbolística más competitiva del mundo, a solo un punto del Manchester City. Este logro fue un guiño a la campaña de 2021-2022 cuando el título se definió la última fecha y a pesar de ganar su último partido, Liverpool quedó por debajo del campeón Manchester City… por solo un punto. Sin embargo, a pesar de que Ted logró su meta de ayudar al equipo a alcanzar su mejor versión, la tercera y última temporada de la serie ha sido calificada como "mala". Incluso Slate la describe como un desastre, y en cierto sentido, tienen razón. Según el experimento del gato de Schrodinger, un gato puede estar tanto vivo como muerto al mismo tiempo hasta que se le observe y Ted Lasso, como serie, parece encontrarse en un dilema similar: ¿Puede una temporada ser buena y mala al mismo tiempo?
La estrategia del “creer” que dejó de funcionar
En cada episodio, Ted Lasso logra conmovernos con escenas que nos hacen reflexionar sobre diversos temas, como la ansiedad que padece Ted, los ataques racistas sufridos por Sam (Toheeb Jimoh) o la vida dentro del armario de Colin (Billy Harris) por el temor a la reacción. El fuerte principal y más especial de esta serie era su empatía. Esos momentos “conmovedores” funcionan porque nos podemos en lugar de ese grupo y nos creemos esos discursos, nos contagian la esperanza de "creer" y nos toca el poder de la amistad... Pero en esta última temporada, hubo ciertos momentos que nos alejaron de ese “creer”. Momentos como la noche donde milagrosamente Rebecca (Hannah Waddingham) no fue asesinada pese a que fue prácticamente secuestrada por un hombre en Amsterdam o la forma alucinante en la que Zava (Maximilian Osinski) decide unirse a Richmond y transforma su rendimiento o el inexplicable rompimiento entre Roy (Brett Goldstein) y Keeley (Juno Temple). Esos momentos que resultan difíciles de dirigir rompiendo el encanto “realista” que había caracterizado a la serie.
El más afectado por esa falta de consistencia fue Nathan Shelley (Nick Mohammed), a quien jamás vimos tener una conversación real con Ted tras su pelea o disculparse por el trato que le dio a Colin, solo regresó al equipo en un rol mucho menor del que tenía en West Ham. ¿Qué pasó con su ambición deportiva? ¿Todo disculpado y olvidado?
La falta de obstáculos
La verdad es que Ted Lasso funcionaba porque los personajes a su alrededor se resistían a su filosofía de vida. Aunque en la segunda temporada se exploró el positivismo tóxico a través del resentimiento que alberga Nate y que eventualmente lo lleva al “lado oscuro”, en la tercera temporada la mayoría ya estaba convencida de que "el camino de Lasso" los hacía mejores tanto a nivel personal como profesional. Todos habían evolucionado de alguna manera gracias a la influencia de Ted Lasso y la mayoría de estas evoluciones se sentían orgánicas, especialmente Jaime Tratt (Phil Dunster) que pasó de un idiota sexy insoportable a un idiota sensible que ha vuelto a sus enemigos, sus mejores amigos. Pero cuando tienes a personajes maduros, emocionalmente estables y con carreras sólidas y un futuro prometedor, simplemente no tienes trama, no tienes conflictos.
En cada temporada, Ted tenía que superar algún obstáculo: en la primera temporada era el sabotaje constante de Rebecca, quien quería que el club fracasara, en la segunda temporada era el regreso de Richmond a la Premier League, y en la tercera, se suponía que tendría que enfrentarse a "Nate" y sobrevivir a la temporada. Al ser una serie “realista” no se sabía si es que Ted iba a poder lograr que Richmond llegue a la mitad de la tabla o que Nate alcance su redención de manera coherente. Hay que tomar en cuenta que en la vida real, cuando un equipo logra clasificarse de la Championship a la
Premier es muy difícil quedarse en esa categoría. Sin embargo, Richmond no solo se asegura un lugar en la próxima temporada en la Premier sino que termina en el segundo lugar y calificando a la Champions League.
Premier es muy difícil quedarse en esa categoría. Sin embargo, Richmond no solo se asegura un lugar en la próxima temporada en la Premier sino que termina en el segundo lugar y calificando a la Champions League.
Ted Lasso buena y mala a la vez
A pesar de las críticas hacia la tercera temporada, Ted Lasso sigue siendo una serie destacada gracias a sus momentos conmovedores y mensajes positivos. Sin embargo, es innegable que las historias y tramas presentadas en esta última temporada no estuvieron a la altura de las expectativas ni tuvieron una resolución satisfactoria a pesar que todos terminaron en un buen lugar. La serie se enfrentó al desafío de mantener el interés del público después de haber alcanzado un punto de madurez en la evolución de sus personajes que ya habían experimentado un crecimiento personal significativo y no pudo hacerlo. En otras palabras: Fracasó.
Desde antes que comenzara la temporada final, la teoría más popular era que Ted se regresaría a Estados Unidos. Ya sabíamos cómo iba a terminar, pero igual se me derramó una lágrima viendo la secuencia final viendo a todos felices. Es una reacción natural. Se supone que nos estamos despidiendo de una serie que durante tres temporadas nos hizo creer y nos contagió su optimismo en años atípicos y plagados de comedias que en realidad son dramas.
Pero… en el artículo de “Slate” dice que ni siquiera "creyendo" se podía salvar la última temporada y entre sus muchas razones menciona un factor humano que también afectó todos los episodios; las declaraciones ambiguas de los actores e involucrados que insinuaban que esta no sería la final. Se armó una mística, quizás apelando a la popularidad para algún spin off o simplemente expresando el deseo de una posible continuidad de un proyecto que les cambió la vida, y eso dañó la percepción de lo que sería la temporada final porque cuando te dicen que va a terminar, te preparas pero si te dicen que quizás no, entonces, te crea esperanza. Y fiel a su estilo, Ted Lasso nos siguió dando esperanza... El último capítulo deja la puerta media abierta para varios posibles proyectos, pero no creo que ninguno se concrete por más que queramos creer.
Sí, la última temporada de Ted Lasso es buena (en momentos) y mala (en historias) a la vez.