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viernes, 12 de junio de 2020

#KillingEve T3: La danza, el martillo y la distancia social

La tercera temporada de “Killing Eve” se estrenó en medio de la pandemia generada por el coronavirus, justo cuando se hablaba de la “danza” y el “martillo” como una estrategia para pelear contra la propagación del Covid-19 y aplanar la curva de contagiados. La serie, que ni si quiera se había imaginado que un virus iba a detener al mundo, decidió que lo mejor que podía hacer esta temporada era que sus protagonistas la ex agente del MI6, Eve Polastri (Sandra Oh) y la asesina más peligrosa de Rusia, Villanelle (Jodie Comer), apliquen una distancia social apropiada hasta que puedan averiguar qué viene después de la “danza”. 



 ¡Mataron a Kenny! 

 Después de Eve Polastri (Sandra Oh) y Villanelle (Jodie Comer), Kenny (Sean Delany) era el personaje favorito de la audiencia. Por eso, fue un shock que la serie decidiera que fuera la primera víctima de la temporada, pero tenía sentido, si algo iba a hacer que Eve dejara su hibernación autoimpuesta iba a ser tan grave como un posible asesinato sin resolver. Y con un elenco tan pequeño era él o Carolyn (Fiona Shaw) y siendo Carolyn el nexo entre el mundo de los espías y Eve, pues, solo quedaba Kenny. Entonces, a penas vimos el primer plano del muerto fue como revivir en carne propia la frase popular de “South Park”: “Dios mío, mataron a Kenny. ¡Hijos de puta!” Pero en realidad, la muerte de Kenny es una excusa para que Eve vuelva a la vida de Carolyn y también para que siga investigando los tentáculos de los Doce, una organización criminal que tiene infiltrados en todos lados, pero cuya finalidad es un misterio. En realidad, es obvio que los Doce es el enemigo en común de Eve y Villanelle, y, por ende, la excusa más simple para que las historias de Eve y Villanelle se crucen una y otra vez y la tercera temporada es otra excusa para seguir alargando ese baile fascinante entre las dos.



Toda la serie gira alrededor de esa danza perpetua e intoxicante de persecución e intrigas entre Eve y Villanelle. Este baile es una variación del juego del gato y el ratón, pero con el twist del magnetismo de la tentación y la seducción de sus protagonistas. No importa lo que suceda, ni lo incongruente que resulte la historia, la danza es y seguirá siendo lo más atractivo de la serie. Pero la serie necesita tener algo más que el simple baile para sobrevivir. Necesita una dirección, una evolución o involución, objetivos, algo independiente de Eve y Villanelle como conjunto, pero enfocado en ellas como seres individuales. Un buen ejemplo de esta idea es que el mejor capítulo de la temporada, "Are You From Pinner?", no está enfocado en nuestro dúo dinámico, sino solo en Villanelle y en su visita a su hermano en Rusia. Dudo mucho que la serie quiera o le convenga embarcar a Villanelle en un camino de reivindicación, pero este capítulo quiso insertarnos esa idea, para después darnos un buen martillazo al final cuando Villanelle asesina a su propia madre. Entonces, entendemos por dónde iba la historia… era más la curiosidad de ahondar en su pasado que la necesidad de buscar una explicación por sus tendencias violentas. Villanelle es un unicornio en el amplio mundo de asesinos en series, se divierte matando a alguien con una picardía diabólica casi infantil, pero no está en su naturaleza ser parte de un equipo. Por eso, asesinó a Felix, a quien se supone debía de enseñar el arte de matar, y por eso casi mató a su mentora Dasha Durzan (Harriet Walter) al verse traicionada.



 Por su lado, Eve sigue atrapada en el mismo arco narrativo de las primeras dos temporadas: encargada de investigar un caso que se soluciona casi sin su intervención mientras que la obsesión por Villanelle le sigue malogrando la vida. También casi le cuesta la vida a su exesposo Niko Polastri (Owen McDonnell) pero se trata de un personaje tan foso que nadie se hubiera quejado de su muerte. Es verdad que Jodie Comer y Sandra Oh brillan son estrellas y brillan por sí solas sin importar la historia que les toque, pero la serie debería esforzarse para que el guión esté a la talla de sus figuras principales porque la mayor parte de la tercera temporada, el tiempo en el que Eve y Villanelle mantuvieron su distancia social, se sintió como un teaser constante de futuros encuentros que se venían interrumpidos. A la mitad de la temporada, en el tercer episodio,"Meetings Have Biscuits", Eve  y Villanelle se reencuentran en un bus. Eve aún tiene en su mente que la última vez que vio a Villanelle, la mujer le disparó en el estomago y la dejó moribunda en Italia, así que piensa que Villanelle quiere terminar el trabajo y la única forma de detenerla es distrayéndola con un beso. Probablemente, el primer beso más incomodo que alguna vez hayamos visto, pero cumple un doble propósito; impactar a Villanelle y dejarnos en ascua esperando un nuevo encuentro, pero después no las volvimos a ver interactuar de nuevo hasta el final de temporada.



 *Le pone play a “Slow Dancing in a Burning Room” de John Mayer* 

 Para cuando llegamos a este momento, Villanelle le ha encargado a Eve un paquete que la ayudará a ser libre. Para que se plasme la “danza” lenta tan característica de la serie, Eve y Villanelle se ven de nuevo en una sala de baile y tienen que bailar. El dialogo que sostienen mientras se balancean al ritmo lento de la música ya es un explicito reconociendo de una especie de relación no platónica. Villanelle incluso le pregunta a Eve si quiere ser como la pareja de adultos mayores que se encuentra frente ellas y Eve le responde que no llegarían a esa edad porque terminarían consumiéndose entre sí. Antes de que pudieran continuar la conversación, una agente de los Doce interrumpe la fiesta. Otra vez, la serie busca otra excusa para que las dos se reencuentren de nuevo, esta vez en la casa de Paul donde presencian a Carolyn sacándole una confesión a Konstatin Vasiliev (Kim Bodnia) sobre la muerte de Kenny, resolviendo el misterio que comenzó la temporada. Vale la pena aclarar que Konstantin no mató a Kenny, pero sí es responsable de que cayera del edificio ya que lo estaba amenazando por acercarse demasiado a los Doce. Finalmente, en la última escena, Eve y Villanelle sostienen una conversación sincera sobre su danza.


En otras series, la persecución del investigador hacia su presa, generalmente una mente asesina brillante, tiene que ver con una batalla intelectual o con una morbosa curiosidad, pero en la ecuación nunca estuvo presente una atracción. En “Killing Eve”, la atracción siempre ha estado presente no solo en el juego de la tensión sexual, sino también en la habilidad de cada una para leerse entre sí. La relación de Eve y Villanelle también ha ido evolucionando, de manera lenta, pero ha evolucionado; pasaron de enemigas a aliadas y ahora lo que sea que tengan va más allá del bien y el mal y de las conspiraciones en las que se ven involucradas. La temporada pasada, Villanelle manipuló a Eve para que matara y juntas puedan disfrutar el lado oscuro, pero ahora, cuando Eve le revela a Villanelle que tiene miedo de su monstruo interno, cuyo impulso sangriento está atado a Villanelle, Villanelle, que acepta que ella misma es un monstruo hermoso, la entiende porque su propio monstruo fue incitado por su madre y tras asesinarla hizo una evaluación de su vida y decidió que ya no quería matar más. Entonces, Villanelle decide ayudar a Eve aplicando otra vez la distancia social.



 Podemos interpretar ese final de varias maneras, aunque quizás el meme de Phoebe Waller-Bridge describiendo a la historia de "Fleabag", pero aplicada a “Killing Eve”, “This is a love story” es un poco exagerado y no describe exactamente la relación de Villanelle y Eve, además, si bien Waller-Bridge sigue siendo parte de la producción no ha estado muy involucrada en la tercera temporada y eso se nota. La tercera temporada estuvo a cargo de la showrunner Suzanne Heathcote. De todas formas, algunos podrán decir que Eve y Villanelle “por fin han hablado de sus sentimientos” o que Villanelle ha manipulado a Eve de nuevo porque, por el momento, no la necesita o que tras lo sucedido con Carolyn y Konstantin, Eve solo puede confiar en Villanalle y Villanelle solo puede confiar en Eve. Lo cierto es que la temporada ha sido muy errática y no ha tenido demasiada consistencia, pero desde antes que se estrenara la tercera temporada se anunció que la serie ha sido renovada para una cuarta así que no, la danza todavía no ha terminado…

También puedes leer:
-#KillingEve T2: Relaciones peligrosas 
-#KillingEve: La asesina encantadora

miércoles, 13 de mayo de 2020

#Fleabag: Las mejores frases del “Hot Priest”

En el primer episodio de la segunda temporada, el “Hot Priest” (Andrew Scott) era el invitado en la incómoda cena donde el padre de Fleabag (Phoebe Waller-Bridge) anuncia que se casará su pareja y donde Claire (Sian Clifford) le revela a su hermana que tuvo un aborto. El capítulo es caótico, frenético y gracioso. Dentro de toda la anarquía familiar, el resentimiento y las mentiras, está este hombre que sucede que es el sacerdote que realizará el matrimonio. La introducción no es una casualidad, el “hot Priest” termina enredado en el caótico mundo de Fleabag. El amor prohibido entre Fleabag y el sacerdote podría suponer en primer momento que se trata de cumplir una fantasía sexual, pero se transforma en un amor único que los termina marcando a los dos. Es fácil entender por qué Fleabag se enamoró de él porque nosotras también nos enamoramos de él. Aquí están cinco de sus mejores frases: 


5.- "I believe god meant for me to love people in a different way. I believe I'm supposed to love people as a father"

Desde que Fleabag y el sacerdote comenzaron a interactuar era claro la atracción que sentían, sin embargo, el sacerdote siempre quiso poner un estate quieto para frenar sus instintos ante las obvias intenciones de Fleabag. Mientras Fleabag no entendía cómo es que alguien puede privarse del placer, en referencia al sexo, y del amor, el sacerdote con una simple frase explica su mantra; ser un hombre de fe no significa renunciar al amor, al contrario, la capacidad de amar la tiene, pero se trata de un amor no romántico, se trata de un amor puro que sirve como un guía espiritual. 



4.- "Sometimes I worry I'm only in it for the outfits"

 Esta frase es la que mejor expresa el sentido del humor del “hot priest” y también su compromiso con su profesión. Si lo tomamos en serio, se trata de un hombre que le gusta lo colorido de sus túnicas, si lo tomamos en broma, estamos ante un hombre que está dispuesto a ponerse ropa ridícula para difundir la palabra del Señor. En la serie, el sacerdote está consciente que todo lo relacionado a él difiere con la clásica imágenes que tenemos de un sacerdote, no obstante, cada vez que tiene el chance nos recuerda de una manera jocosa que su prioridad es Dios. 



 3.- "I can't have sex with you because I'll fall in love with you. And if I fall in love with you, I won't burst into flames but...my life will be fucked." 

Al igual que Fleabag, el sacerdote es sumamente honesto y también pragmático. La química que comparte con Fleabag es parte del juego de la tensión sexual y eso lo entiende. Fleabag está acostumbrada a disfrutar de aventuras pasajeras, pero el “priest” sabe de las posibles consecuencias de “hacerlo”, no solo porque signifique romper sus votos sino porque a diferencia de Fleabag, no puede separar lo carnal de lo emocional. Por supuesto, eventualmente, el sacerdote sucumbe, sin embargo, para los dos es algo más que un polvo. 



2.- “I love you too” 

Decir “te amo” es algo que se reserva cuando ya estás en una relación a menos que seas Ted Mosby y se te sale en plena primera una cita. No obstante, cuando Fleabag admite que ama al sacerdote, él también el retorna el sentimiento, pero ambos saben y aceptan que esos “te amo” es parte de una despedida y que su breve, pero significativa historia de amor no es para siempre.



 1- "Love is awful. It’s awful. It’s painful. It’s frightening. It makes you doubt yourself, judge yourself, distance yourself from the other people in your life. It makes you selfish. It makes you creepy, makes you obsessed with your hair, makes you cruel, makes you say and do things you never thought you would do. It’s all any of us want, and it’s hell when we get there. So no wonder it’s something we don’t want to do on our own. I was taught if we’re born with love then life is about choosing the right place to put it. People talk about that a lot, feeling right, when it feels right it’s easy. But I’m not sure that’s true. It takes strength to know what’s right. And love isn’t something that weak people do. Being a romantic takes a hell of a lot of hope. I think what they mean is, when you find somebody that you love, it feels like hope." 

Este es el poderoso discurso del sacerdote en la boda del padre de Fleabag. En un primer momento parecería que se trata de una confesión de parte y en cierto modo lo es, pues, es el momento en el que el “priest” decide que elegir a Dios por encima de Fleabag, es el momento en el que confirma su vocación y su amor por Dios. No es un momento fácil ni una epifanía que viene de la nada, siempre estuvo presente, pero fue débil y dudo de sí mismo debido a lo que sentía por Fleabag.


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martes, 5 de mayo de 2020

#Fleabag: Una serie perfecta de un personaje imperfecto

La serie creada, escrita y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge, “Fleabag”, se consagró como una de las sorpresas más geniales del 2019, siendo reconocida por medios especializados y ganando el Emmy como mejor comedia el mismo año. Sin embargo, antes de “Fleabag” la serie, existió “Fleabag” la obra teatral, la cual volverá como parte de una función especial que será emitido por la plataforma streaming del teatro Soho (hogar de “Fleabag” la obra). Este evento me da sirve como excusa para hablar sobre una de las mejores series del año pasado.



 La clave del éxito de “Fleabag” está en la sinceridad con la que aborda la vida imperfecta de su imperfecta protagonista, una mujer moderna que vive en una gran cuidad con problemas pasados, presentes y profesionales, pero que, en vez de abrumarse por sus dramas, prioriza satisfacer y disfrutar de su sexualidad sin ninguna vergüenza. La serie salta entre el humor y el drama y nosotros estamos entre llorar de risa y llorar de tristeza. En la primera temporada, la característica principal de Fleabag era la forma en la que rompía la cuarta pared con monólogos internos y con miradas que traducían su fastidio, su inverosimilitud o su frustración con facilidad. El humor de la serie nace de la mezcla entre la frescura de su protagonista y un guion jocoso dispuesto a centrarse en verdades incomodas. 


En el primer episodio, Fleabag se masturba viendo un discurso del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama. Inmediatamente esta escena se convierte en una de las más hilarantes y icónicas de la serie. El mismo Obama también puso a "Fleabag" en el radar al colocarla en su lista anual de recomendaciones de series y películas, un gesto que Waller-Bridge recordó y agradeció cuando la serie ganó el Globo de Oro a mejor serie de comedia. Lo que hace esta escena más incomoda es el hecho que Fleabag acaba de tener relaciones con su novio Harry (Hugh Skinner). En ese sentido, la comedia de la serie cuenta con cierta cuota retorcida, sádica e inmadura, pero que funciona de manera armónica como preámbulo de escenas desgarradoras de las desastrosas relaciones familiares de Fleabag que no se lleva bien con su hermana Claire (Sian Clifford), con su padre (Bill Paterson), con su madrastra (una sublime Olivia Colman) y con su propio pasado. 

Fleabag viendo un discurso de Obamma.

Fuente: Tumblr.

Un punto interesante de la historia es la forma en que la serie descubre las “mentiras” de Fleabag o mejor dicho llena los vacíos de una narradora en la cual decidimos confiar a ciegas. Resulta que cuando Fleabag nos hablaba de la muerte de su mejor amiga nunca profundizaba en el contexto en el que se dio y conforme vamos a acercándonos al final de temporada descubrimos que la mejor amiga provocó ese accidente que la llevó a la muerte como parte de un plan para llamar la atención de su novio quien le había sido infiel con Fleabag. Cuando nos enteramos de la verdad, la cámara sigue a Fleabag y ella intenta huir, avergonzada y sofocada porque, aunque no sea la responsable directa del accidente que le quitó la vida a su mejor amiga, se siente culpable. Sabemos que toda acción tiene por efecto una consecuencia, entonces, cuando Fleabag se acostó con el novio de su mejor amiga, malogró la relación de los tres, llevó a la depresión a su amiga y puso en movimiento una cadena fortuita de eventos que terminaron con una muerte. Además, una infidelidad siempre es inexplicable e injustificable, pero en el caso de Flebag, es mucho más doloroso, porque traicionó a su mejor amiga cuando ella había sido su sustento cuando su madre falleció, había sido su hermana cuando su propia hermana no la comprendía y había sido su socia en un pequeño negocio. Pese a todo, entendemos a Fleabag porque hemos estado en sus zapatos, porque todos cometemos errores, porque somos humanos, porque sabemos lo mucho que le duele, aunque no lo exprese ni tampoco lo diga en voz alta. 



El “hot priest” definió la segunda temporada y formó parte del camino de aprendizaje de Fleabag para conocerse a sí misma, aceptarse y quererse. Al igual que Fleabag, el sacerdote (Andrew Scott) está lejos de la perfección, es encantador y pícaro, pero a diferencia de Fleabag, el sacerdote tiene un amor absoluto de Dios. La presencia del sacerdote y su amor prohibido con Fleabag irradia una luz de esperanza que mejora en todos los aspectos de una serie que de por sí ya era bastante buena y como resultado, la segunda temporada termina consolidándose como la mejor. Vale la pena aclarar que Phoebe Waller-Birdge se encargó que el sacerdote no solo sea un interés amoroso, sino que también nos reveló la complejidad de un hombre de fe que también tiene derecho a sentir, a dudar y a equivocarse. Tampoco es que el sacerdote es quien “salva” a Fleabag de su soledad o de sus problemas, al contrario, Fleabag ayuda al sacerdote a afianzar su fe y en retorno, el sacerdote hace que Fleabag abra de nuevo su corazón, algo que no había hecho desde la muerte de su mejor amiga.



 Mientras la primera temporada termina con Fleabag aislada de sus seres queridos y descubierta por sus propios pecados, la segunda, la mejor, se va por el camino de la sanación espiritual y emocional. Sin arreglar o enmendar sus errores del pasado, Fleabag acepta el lugar que le ha dado su hermana en su vida, su hierática relación con su padre y la agresividad-pasiva de su madrastra y, lo más agridulce, acepta que el sacerdote elija a Dios por encima de ella. La serie termina con el sacerdote rompiendo con Fleabag y en los últimos segundos, ella nos da una mirada honesta, sacude la cabeza y se aleja de la cámara. Antes, el romper la cuarta pared para nuestra protagonista era un mecanismo de defensa para expresar algo a alguien cuando no tenía a quién más acudir, lo que denotaba una gran soledad, y también era una forma de alejarse de la realidad, lo que denotaba aislamiento. Este mecanismo se redujo a simples miradas en la segunda temporada, más específicamente, desde que llegó el sacerdote quien parecía “atrapar” a Fleabag cada vez que quería romper la cuarta pared, cada vez que quería distanciarse de una conexión sentimental. Para cuando se despide, Fleabag está en un mejor lugar que cuando recién la conocimos y aunque no sepamos qué será de ella, confiamos en que será algo mejor. Con un sentimiento melancólico, el desenlace entra fácilmente en la categoría de los mejores finales sin necesariamente ser uno feliz. 



 El nombre de Phoebe Waller-Bridge tomó mayor relevancia a partir de “Fleabag”, la obra y la serie. Tras la confirmación que la serie no retornaría para una tercera temporada, la actriz/creadora dijo que sentía que la serie había terminado de una manera hermosa y que se sentía bien al decirle adiós. En ese momento, además de “Fleabag”, Waller-Birdge estaba produciendo otra joya televisiva llamada “Killing Eve”, protagonizado por Sandra Oh y Jodie Comer, y además, fue reclutada para co-escribir la película número 25 de James Bond, “No Time to Die”. Por azares del destino, Waller-Bridge ha decidido revivir a su personaje más célebre, a ese personaje imperfecto del cual nació una serie perfecta, por una buena causa; pues, las descargas de su función especial servirán para recaudar dinero para las organizaciones benéficas dedicadas a la salud y también para el fondo creado por la actriz/autora que tiene como propósito brindar subsidios para trabajadores teatros independientes de Inglaterra afectados por la pandemia generada por el coronavirus.