viernes, 5 de octubre de 2018

#KillingEve: La asesina encantadora

 El primer párrafo del artículo “Killing Eve y sus hipóticas melodías (asesinas)” del diario “El País” es la descripción más exacta y precisa que he visto de la serie de la BBC:

 “Killing Eve es una serie de espías y asesinas elegantes que juegan al ratón y al gato que engancha desde el primer momento. Tiene un guion escrito a la perfección, medido, y con personajes bien construidos”. 



 Por supuesto, la nota se enfoca más en el espectacular soundtrack que acompaña las aventuras de Eve y Villanelle. Dado que ese básicamente es el resumen que iba hacer a modo de comentario de la serie, me gustaría añadir un par de cosas que creo que hacen que la serie resulte tan perversamente fascinante. En las series de este tipo, de persecución del gato y el ratón, donde agentes especiales, policías, detectives o especialistas tienen que cazar a su “presa” no sin antes analizarlas, estudiarlas, conocerlas, hasta el punto de impregnarse de esa naturaleza asesina, hay un elemento que los termina por vincular con su contraparte, una relación simbiótica que hace el juego del “atrápame si puedes” más intenso. 



 Tanto en “Manhunter: Unabomber” y en “Mindhunter”, el personaje de Holden Ford está maravillado con las confesiones de los asesinos en series que entrevista y James "Fitz" Fitzgerald termina alejándose de la humanidad porque terminó consumido por su obsesión con el “Unabomber”. En el caso de Eve, personaje interpretado por una magistral Sandra Oh, se admite que hay una cuota de curiosidad mórbida por Villanelle. ¿Cómo no encontrar intrigante algo o alguien que es tan atípico como una asesina en serie, no? Eso es exactamente lo que hace “Killing Eve” una propuesta hipnótica. Después de mucho tiempo tenemos como antagonista a una mujer asesina en serie y creo es la primera vez que tenemos a una villana que se divierte como una niña con sus víctimas y con sus tretas. Quizás sea porque no estamos acostumbrados a ese tipo de caracteres (asesinas mujeres) en pantalla o quizás sea por la forma en la que Jodie Comer le da vida a Villanelle, un enigma complejo con capas y capas que Eve va descubriendo tan cautivada como aterrada, es que “Killing Eve” es una de las mejores producciones del año. 



 El segundo punto a destacar es que el elemento infantil del juego macabro de Villanelle se deja de lado cuando comienza a desarrollarse el vínculo entre Villanelle y Eve. Hay una suerte de seducción y no una seducción a modo de subtexto que los espectadores pueden percibir, no, es una seducción explícita, pero no con una intención romántica, sino como un juego de muestra de poder. Villanelle no quiere que Eve deje de perseguirla, quiere que lo haga y de esa manera, la seduce, coquetea con ella, le manda regalos y perfumes… en otras palabras, la provoca. La atracción, es la palabra más cercana para describir la relación de Villanelle y Eve, es mutua. Parte del trabajo de Eve, no solo es atrapar a Villanelle sino también comprenderla, porque comprenderla es la clave para atraparla, lo hemos visto en otras series, pero aquí la dinámica adquiere un tono repulsivamente elegante, como si eso fuera posible, básicamente estamos presenciando una seducción fatal entre Villanelle y Eve al mismo estilo “La guerra de los Rose”. 



Finalmente, “Killing Eve” también es una comedia de thriller de espías, pero no una comedia impuesta que le quita naturalidad y alivia tensión en los momentos más serios. Se trata de una comedia que nace de comentarios triviales o extrañas, pero sobre todo se sienten como las conversaciones que Meredith y Cristina solían tener en “Grey’s Anatomy” solo que ahora las tiene Eve con diferentes personas sobre temas tan raros como una Coca-Cola o cómo matarías a tu esposo, cosas así. Bueno, ya lo decía “El País”; “tiene un guion escrito a la perfección”.

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