Ya sabemos que "Homeland" tiene un talento increíble para recomponerse, lo hizo tras la salida de Damian Lewis y Rupert Friend, pero que en su séptimo año haya tenido una de sus mejores temporadas es simplemente impresionante.
Creo que “Homeland” se inspiró en Hillary Clinton para la creación del personaje de Elizabeth Keane (Elizabeth Marvel), una política con buenas intenciones y que en papel es perfecta para la presidencia, y en su séptima temporada decidió alejarse –inteligentemente- de capturar el caótico gobierno de Donald Trump para contar lo que hubiera sido un posible gobierno de Hillary Clinton. En ese sentido, lo que vemos en la serie es el retrato más realista y crudo de lo que hubiera pasado si es que Clinton hubiera llegado al poder teniendo en cuenta los republicanos iban a intentar vacarla y que con su llegada a la Casa Blanca no habría acabado con “fake news”, al contrario, los habría repotenciado. Esto es exactamente lo que vemos con Elizabeth Keane quien en su afán de querer luchar contra la era de la “post verdad”, se puso draconiana al momento de etiquetar y perseguir a todos sus enemigos. Las acciones de Keane le dieron una nueva narrativa que vender a Brett O'keefe (Jake Weber), el Alex Jones de "Homeland". Paradójicamente, él recoge el discurso que vemos en contra de Trump autodenominándose de "La resistencia", convirtiendo a los perseguidos en víctimas de un gobierno al que no reconocían como legítimo.
El mejor capítulo de la temporada es “Like bad at things” donde podemos ver como se genera los “fake news” y las consecuencias mortales que puede tener una vez que la información sobrepasa las redes sociales.
“Homeland” no busca una solución para los “fake news”, no es su función tampoco, pero si advierte que su peligrosidad no está en la información falsa que difunde, sino en las consecuencias mortales que pueda tener. De ese modo, la serie está haciendo una lectura precisa del panorama político enredado con el mundo del espionaje y los intereses oscuros. Ahora por un instante volvemos al mundo real, antes de que Donald Trump fuera candidato presidencial, pocos conocían sobre la existencia de Alex Jones. De hecho, solo los que buscamos conspiraciones en internet, podemos toparnos con Alex Jones en Youtube y no muchos lo tomaban en serio. Conforme la campaña fue calentándose, Jones apoyó a Donald Trump insultando e inventando teorías sobre Hillary Clinton, pero sus teorías no hubieran tenido rebote sino fuera por las redes sociales y por los propios medios que recogen lo que se viraliza en las redes sociales. ¿A quién beneficiaba que jones atacara a Clinton? Obviamente a Trump pero también a un viejo enemigo; Rusia, porque Rusia no quería que Clinton fuera la presidenta. Por supuesto, estoy simplificando las cosas, hay varios factores y sucesos que terminaron con Trump en el poder.
En la sexta temporada, “Homeland” creó su propia versión de Alex Jones con “Brett O'keefe”, incluso Jake Weber imita la voz roncosa y los gritos exagerados como para que no dudemos de quién nace el personaje. Al igual que Jones, O'keefe azuza al “alt-right” a rebelarse contra Keane y a luchar contra el sistema. El mensaje de O'keefe tiene llegada ya que lo que dice se difunde de manera más rápida gracias a los agentes rusos que buscan desestabilizar el gobierno de Keane aprovechándose de las redes sociales. Durante los cinco primeros capítulos, Brett O'keefe es el enemigo que le gana todas las batallas a Elizabeth Keane, pero se termina descubriendo que O'keefe ha sido un tonto útil de los rusos y ha hecho su trabajo sucio.
Entonces, la serie cambia de rumbo para centrarse en una guerra fría tecnológica.
La séptima temporada añadió un trama familia que pretendía responder la desagradable pregunta de a quién escogería Carrie Mathison (Claire Danes) si tendría que elegir entre su familia y su trabajo. Pero si una cosa debemos tener en claro tras 7 temporada es que Carrie es la “Jack Bauer” de “Homeland”. Primero está Estados unidos y después, la familia. El patriotismo está en el ADN de "Homeland" hasta el punto que hemos visto los dos lados de la misma moneda con Brody y Carrie desde la primera temporada. Brody solía ser un soldado ejemplar y en una de sus misiones es capturado transformando su devoción por su país en un odio profundo que iba a tener como conclusión un atentado. En el último capítulo de la sexta temporada, la serie recrea la escena más importante del primer episodio, pero esta vez no es Brody quien está mirando el Capitolio de Washington, sino Carrie luego que Keane mandara arrestar a Saul Berenson (Mandy Patinkin) y otros funcionarios por conspirar en su contra.
Pero Carrie no es la nueva Brody. La diferencia entre Carrie y Brody es que Carrie se sintió traicionada por quien representa un país, mientras que Brody por el país en sí mismo. Carrie sigue creyendo en lo que representa Estados Unidos y la figura de la presidencia. Por eso sacrifica a su familia, su propia cordura y hasta casi su vida para protegerla. Ya ni si quiera Saul decide ponerse en su camino porque está consciente que Carrie siempre tiene la razón.
De modo que Carrie salva la presidencia de Elizabeth Keane y Elizabeth Keane responde ese acto de fe haciendo lo correcto; al igual que Carrie coloca el país primero antes que su ego y sus rencillas. Keane renunció para reducir la polarización en su país porque se dio que ella misma quemó todos los puentes de dialogo que su vicepresidente estaba dispuesto a construir. Con su discurso final, Keane apela a la esperanza de los valores patrióticos que alguna vez caracterizaron a Estados Unidos, y por su lado, con su séptima temporada, “Homeland” se fortalece como un drama político que retrata casi a la perfección problemáticas reales.
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