martes, 19 de noviembre de 2019

#TheEndOfTheFxxxingWorld: Millennials enamorados y torturados

“Fue un final apropiado. Una historia de amor fallida. Una tragedia perfecta. Y luego, no morí”. 

Así describe James (Alex Lawther) su historia con Alyssa (Jessica Barden) mientras en imágenes se recapitula la primera temporada. Debió ser el final y como dice James, habría cerrado una tragedia perfecta, pero no lo fue, pese a que así termina el comic del cual fue adaptado, y no lo fue porque Netflix decidió renovarlos para una sorpresiva segunda temporada, aprovechándose del éxito de la serie, pero principalmente no lo fue porque su Charlie Covell explicó que la primera temporada era la parte uno de una historia que completaría en una segunda entrega. 



 “The End Of The Fxxxing World” es una especie de “Bonnie y Clyde” moderno, una suerte de version millennial y dark de un psycho Romeo y una hipster Julieta, una oda a la rebeldía adolescente, al nihilismo contemporáneo y también al amor, uno insano y loco, pero amor de todas maneras. “The End Of The Fxxxing World” más británica no podría ser: fina, distante y gélidamente educada incluso en los lapsus impulsivos. La arquitectura de la serie es sencilla, cada capítulo tiene menos de 25 minutos, es una mezcla ideal entre el drama y la comedia, un soundtrack fenomenal que evoca el sentimiento melancólico e inquieto, no por una época, sino por una etapa; la adolescencia y la llena de momentos crudos, violentos y oscuros, pero siempre haciendo énfasis en ese sentimiento de “odio todo y a todos”, algo que sintió cualquier adolescente alguna vez en su vida. Su título “el final del puto mundo” parecía advertir un apocalipsis, pero no, solo hace referencia a las vivencias de momentos cruciales que se sentían como el fin del mundo. 



 Cuando James y Alyssa huyen de sus familias y de su pueblo están dejando atrás ese mundo que conocían. Le están diciendo “fuck you” a ese mundo. Cuando James conoce a Alyssa está convencido de que es un sociópata y planea matarla, pero cuando mata a Clive (Jonathan Aris), el profesor pederasta que trató de abusar a Alyssa, se da cuenta que no solo es capaz de sentir, sino que lo hace intensamente, pero solo siente dolor, tanto dolor que prefirió pensar que no sentía nada. La epifanía llega en un momento de crisis porque de ser atrapados por las autoridades ese sería el fin del mundo, de sus mundos. Pero el final es inevitable y James hace lo necesario para salvar a Alyssa.



 En la segunda temporada, el fin del mundo pasó y las consecuencias no fueron judiciales, sino psicológicas y físicas. Entonces, se enfrentaron a una nueva tragedia; la vida misma. Ambos retornaron a sus familias. Pasaron dos años. Maduraron a medias y la vida les dio una segunda oportunidad. Un reencuentro. Una potencial nueva tragedia. Entra a la historia Bonnie (Naomi Ackie), la “viuda” de su idealizado Clide, la víctima de los abusos constantes de su madre y de la ausencia de su padre, razón por la cual confunde el “amor” con el maltrato. 


La mujer es tan rara y peculiar que cabe a la perfección con el dúo principal porque Bonnie tiene cosas del James antes de Alyssa, (la indiferencia por la vida), y también de Alyssa antes de James (la actitud flemática), pero lo que no tiene es su contraparte, aquella que le enseñe que ese amor que profesa por su Clide, y que la llevó a la vida criminal, no es amor. En el último capítulo, Bonnie le vuela los sesos a James y Alyssa, pero después de unos largos segundos se nos revela que se trataba de una imagen mental de Bonnie. James y Alyssa logran evitar que Bonnie los mate y se mate a sí misma y es que la muerte es el fin del mundo real. Por eso James no sabe qué hacer con las cenizas de su padre y por eso teme que Alyssa vaya a matarse, sin embargo, Alyssa solo necesitaba volver a esa habitación “donde siempre está” desde que murió Clide. Un paso necesario para confrontar su trauma y admitir que necesita ayuda. 



En el final verdadero, Bonnie vuelve a estar tras las rejas de nuevo al intentar matar a James y Alyssa por Clide. En ese sentido, Bonnie y Clide representaron un versión mucho más perversa y anti-romantica de Bonnie y Clyde. Por su lado, y con esa apatía incomoda que caracteriza a Alyssa, pero también con cierta ternura, admite que escuchó ese “te amo” murmurado de James y que siente lo mismo. La segunda temporada ha conservado su esencia, pero también ha madurado al igual que sus protagonistas. Si Romeo y Julieta fueron capaces de morir juntos, y en la primera temporada, James comenzó queriendo matar a Alyssa y terminó sacrificándose por ella, ahora, ambos están dispuestos a vivir en este puto mundo.

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