lunes, 12 de agosto de 2019

#YearsAndYears: La familia en los tiempos de #BlackMirror

La forma más sencilla describir la miniserie británica “Years and Years” de Russell T. Davies es que se trata de una especie de mezcla entre “This is Us”, por su drama familiar, y “Black Mirror”, por su futuro distópico. Sin embargo, la inteligencia de esta producción va más allá de combinar los mejores aspectos de las dos series más populares de los últimos años, el mérito real se encuentra en colisionar dos mundos aparentemente lejanos de una manera orgánica y emotiva, pero sobre todo sincera. 



 Hay dos grandes historias en “Years and Years”, el día a día, o el año a año, desde el 2019 hasta el 2034, de la familia Lyons y en paralelo, el ascenso al poder de la populista y carismática Vivienne Rook (Emma Thompson). Al igual que los medios con Donal Trump, la hermana menor del clan Lyons, Rosie (Ruth Madeley), se entretenía con las apariciones de Rook por las ridiculeces que le salían de la boca hasta que su discurso extremista comenzó a calar entre la gente y de un chiste pasó a encabezar el gobierno del Reino Unido. Las consecuencias de tener un personaje tan díscolo como Rook son evidentes; la mujer cambió las reglas para beneficiar sus negocios, impuso leyes extrañas y locas a modo de distracción y estuvo a un paso de instalar un gobierno totalitario con un plan que apuntaba al genocidio de migrantes para solucionar la sobrepoblación en el país. 


Donald Trump también está presente en la serie y muchas de sus malas decisiones llevan a una crisis económica mundial. Asimismo, el país sufre las consecuencias de “Brexit”, la aceleración del cambio climático, una polarización cada vez más intensa y a la par se ve un avance descomunal de la tecnología capaz de combinarse con la biología humana. En ese sentido, aquí la política no solo está siendo vista por medio de los ojos de personas comunes y corrientes sin influencia en las cúpulas poderosas, sino que estos cambios se sienten y afectan directamente a los miembros de la familia Lyons. De ese modo, vemos cómo la brecha entre el mundo político y la ciudadanía se va acortando cada vez más y el tiempo va avanzando sin que nadie se anime a hacer nada. 

A veces se presiona el botón del flashforward con la canción “Into The Future” de fondo, una melodía que produce ternura y ansiedad al mismo tiempo. 

 La dualidad de la serie le permite temer al cambio al igual que reclamarlo porque todo parece indicar que el futuro apesta. Hay giros desconcertantes, crueles y conmovedores, pero ante todo, cotidianos típicos de una familia; relaciones que comienzan y terminan, hijos que crecen, hermanos que se pelean y una abuela que décadas después de enterrar a su hija ahora tiene que enterrar a dos de sus nietos. Toda la serie es una crítica mordaz sobre un futuro inevitable y patéticamente triste, sin embargo, el final esconde una esperanza y también un mensaje poderoso; una sola familia puede empezar una revolución y una sola persona puede cambiar el mundo. No se trata de una epifanía sino de una verdad que pocas veces queremos ver, pero cuando la política nos afecta, cuando sentimos sus consecuencias, recién allí es que entendemos la importancia de nuestras propias elecciones. 



 ¿Qué significa el final? 
 En la última secuencia de “Years and Years” vemos a Edith Lyons (Jessica Hynes) descargar su consciencia para convertirse en una “transhumana”, un concepto que Bethany Bisme-Lyons (Lydia West) nos introdujo en el primer episodio y que significaría que la creación de una especie de espíritu digital, es decir, aunque Edith muera, su consciencia seguiría viva en la nube trascendiendo así a la propia muerte. Nosotros ya sabíamos que Edith tenía un tiempo limitado de vida porque estuvo expuesta a la radiación cuando presenció un ataque catastrófico en el 2019. Esa fue la razón por la que regresó a casa, y sin embargo, para sorpresa de todos, su hermano menor Daniel (Russell Tovey) muere ahogando al tratar de ingresar al país de manera ilegal con su novio Viktor (Max Baldry), que fue deportado del país tras ser perseguido en Ucrania por su orientación sexual. 



La muerte de Daniel se trata de uno de los momentos más chocantes de la serie no solo porque jamás pensábamos que ese sería su destino final, sino porque la serie retrata el calvario de los migrantes en un mundo desalmado que los ve como un lastre. De los miembros de la familia Lyons, Daniel era el más dramático, Rosie la más divertida, Stephen (Rory Kinnear) el más cuadriculado y Edith la más rebelde. Aunque Edith tuvo que dejar su vida activista al retornar a Manchester jamás dejó de lado la disposición de luchar por un cambio. Es justo Edith la que expone los campos de concentración de migrantes, la información la obtuvo por medio de Viktor, y tras esta revelación, el gobierno de Rook se viene cuesta abajo y ella es arrestada, pero Edith cree que Rook encontró una manera de ser “transhumana”. Todo para evadir el castigo. Además, también sospecha que la mujer que está en prisión no es realmente Rook. En ese sentido, se da a entender que la razón principal por la que Edith decidió ser “transhumana” es para aprovechar su estatus y buscar a Rook para darle su merecido y así vengarse de la muerte de Daniel. 



 Si bien la caída de Rook puede darla ilusión de que se trata de un final feliz y que el país ahora podrá corregirse, la serie advierte que existe un peligro constante respecto a quién podría venir. Algo así como “siempre puede venir alguien peor”. El personaje de Emma Thompson, quien por cierto está magistral en la serie, es un prototipo que reconocemos muy bien porque no es ficción, es una realidad. Rook ni si quiera es una versión caricaturesca de Donald Trump, Niguel Farage o Boris Johnson, flamante Primer Ministro del Reino Unido, Roook es la representación más fiel de ese tipo de políticos oportunistas. 


En la última escena, la familia está reunida para ver si el procedimiento de Edith tuvo éxito. El espíritu digital de Edith se comunicaría con ellos a través del dispositivo Senior (la versión Alexa de la serie) y antes de que conozcamos si es que Edith logró trascender, la serie acaba. Al mismo estilo “Black Mirror”, cada uno puede sacar sus propias conclusiones, además, de debatir las implicaciones de ser “transhumano”, si se trata de Edith o de una copia de ella y quizás eso ni si quiera importe. Minutos antes, en un monologo emotivo Edith aclaraba que sus descargas no son ella y lo que quedaría de ella es el amor de sus seres queridos. 

 You’re wrong. Everything you’ve stored, all those downloads, bits of me that you’ve copied onto water. You’ve got no idea what we really are. I’m not a piece of code. I’m not information, all these memories. They’re not just facts. They’re so much more than that. They’re…my family…my lover. They’re my mum, my brother who died years ago. They’re love. That’s what I’m becoming: love. I am love.

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