lunes, 19 de agosto de 2019

#BiglittleLies T2: El elenco justifica la temporada

Se supone que “Big Little Lies” era una serie limitada de solo una temporada, pero fue tanto su éxito que HBO decidió renovarlo por una segunda temporada pese a que realmente la historia no necesitaba continuar. Sin embargo, si a ese elenco conformado por las mejores actrices en la actualidad le quieres agregar a Meryl Streep, entonces, el material deja de ser importante, porque lo único que vamos a ver son increíbles talentos magistrales juntos, quizás, por primera y última vez.



Dicho y hecho. En la segunda temporada de “Big Little Lies”, una estoica Meryl Streep hizo que odiemos con cada fibra de nuestro ser a Mary Louise Wright, la madre del fallecido Perry (Alexander Skarsgard), que ha llegado al pueblo para descubrir la verdad sobre la muerte de su hijo. La veterana actriz se vuelve el centro de atención y transforma el arco de una madre en duelo en una vendetta legal contra Celeste (Nicole Kidman) para obtener la custodia de sus nietos en una suerte de retribución por lo sucedido con Perry. En ese sentido, si en la primera temporada, los secretos eran el antagonista tácito, en la segunda, Streep es materialización de la amenaza que deben enfrentar “las cinco de Monterey”, la villana que pone en peligro la estabilidad de nuestras protagonistas, el enemigo en común, ese personaje que amamos odiar, pero ¿su simple presencia justifica la secuela? Básicamente sí. 

Tu cara cuando sabes que te van a dar un Emmy

La serie se esfuerza por darle una historia propia a cada una de las protagonistas; Bonnie (Zoe Kravitz) es la que más evidencia las repercusiones traumáticas de matar a Perry, Renata (Laura Dern) sufre de una crisis financiera gracias las malas decisiones de su insoportable esposo, el matrimonio de Madeline (Reese Witherspoon) pende de hilo luego se descubriera su infidelidad, Jane (Shailene Woodley) encuentra un modo de explicarle a su hijo que es producto de una violación y Celeste sufre de una obsesión tóxica con Perry; no obstante, la narrativa no encuentra una claridad cuando se enfoca en Bonnie o Celeste o en la propia Jane. Se entiende que, si por los productores y guionistas fuera, “Big Little Lies” sería el show de Mary Louise o de Meryl Streep, que es lo mismo, porque la serie funciona mejor cuando ella está escena, por eso el resto de las historias que no están involucradas con Streep carecen de profundidad y de dirección, especialmente, la de Bonnie, quien en el libro en el que está basado la serie, sufrió del maltrato de su padre, razón por la cual reaccionó ferozmente cuando vio que Perry le estaba pegando a Celeste, pero en la serie, después de varios episodios a la deriva, se nos revela que la madre de Bonnie la maltrataba cuando era niña y el abuso psicológico que experimento la hizo apostar por lo seguro en su vida, por eso, se casó con un hombre que no ama. 



 En la secuencia final de la primera temporada se puede escuchar “You can't always get what you want” de los Rolling Stone y el título del episodio “You get what you need” complementa el coro de la canción al mismo tiempo que resumía la temporada; “las cinco de Monterey” no pudieron obtener lo que querían, pero sí lo que necesitaban… Todas juntas lograron salvar a Celeste de Perry y se salieron con la suya al ocultar que Bonnie empujó a Perry por las escaleras. Sin embargo, para el final de la segunda temporada resulta que las chicas sí pueden tener lo que quieren y también lo que necesitan. Madeline y Ed (Adam Scott) deciden renovar sus votos matrimoniales dándole un nuevo chance a su relación, Jane logra confiar en Corey (Douglas Smith), Celeste conserva la custodia de sus hijos y por su parte, Renata desata su ira contra su esposo y tras la muerte de su madre, Bonnie se reconcilia con su pasado lo que le da la fuerza necesaria para enfrentar su futuro al admitir su verdadero rol en la muerte de Perry. 



La evolución más notoria y consistente de la serie es que la primera temporada confrontó a sus protagonistas tratando de crear brechas y competencias entre ellas y en la segunda temporada todo parecía indicar que al menos una quebraría al grupo al confesar la verdad. Sin embargo, esa mentira, que según Celeste es la amistad, y la fastidiosa presencia de Mary Louise afianza los lazos del grupo hasta el punto que juntas afrontarán lo que se venga al confesar la verdad. De esta forma, “Big Littles Lies” cierra por completo su historia y no deja nada para explorar en una posible tercera temporada. De hecho, pensar en una tercera temporada es más un capricho que una necesidad al igual que lo fue la segunda temporada. La única la razón por la que la segunda temporada funcionó fue por Meryl Streep y por la curiosidad de verla interactuar junto a un All Star Cast, pero hay que admitir que hubo problemas y vacíos con los guiones. En ese sentido, una tercera temporada no aportaría nada creativamente y podría arruinar la esencia de la serie, pero lo más importante es que ya no hay más historia que estirar ni menos que contar. 



Tras el final, “Time” habló sobre un experto legal que reveló que Bonie podría ser acusada de homicidio involuntario pero con una buena abogada podría ser declarada no culpable ya que estaba defendiendo a Celeste. Mientras que las demás podrían ser acusadas de obstrucción de justicia con una potencial sentencia de un año a cinco en prisión que podría ser conmutada por trabajo comunitario. Obviamente, nadie realmente quisiera ver a las cinco de Monterey en la cárcel o realizando trabajo comunitario.



Big Little Drama: El drama detrás de “Big Little Lies” 

En su primera temporada “Big Littles Lies” hizo de la edición un verdadero arte. La elección de las canciones, la composición de las secuencias y la fotografía seleccionada, sumado al inmenso talento de su elenco, colocó a la serie en un nivel top. No obstante, en los primeros episodios de la segunda temporada de “Big Little Lies” se puede notar que hay una edición descuidada lo que dista con el estético estilo creado en la primera temporada. Ahora se sabe que el creador de la serie David E. Kelley y el director de la primera temporada Jean-Marc Vallée reeditaron el material dirigido por Andrea Arnold, la directora elegida por HBO para encargarse del control creativo de la segunda temporada.  En un artículo IndieWire reveló el drama que vivió Andrea Arnold detrás de cámaras pues, según detallan, HBO, Kelley y Vallée la apartaron del proceso de post producción, reeditaron todo el material que grabó e incluso programaron 17 días más de grabaciones adicionales, todo esto sin avisarle a Arnold. 



Según fuentes de IndieWirie, la directora quedó devastada por la experiencia. No obstante, HBO trató de minimizar la controversia y en un comunicado halagaron el trabajo de Arnold. Un trabajo que tras el quinto episodio de la segunda temporada desaparece por completo gracias a que Kelley y Vallée logran unificar el tono visual distintivo de la serie. Lo paradójico de toda esta situación es que la serie tiene como figuras principales a las actrices más poderosas de Hollywood, muchas de ellas activistas por los derechos de las mujeres, y sin embargo, la directora contratada por HBO, que se supone debía de tener toda la libertad del mundo para hacer su trabajo, fue relegada para favorecer la visión del director anterior. Es más para Witherspoon no hubo ninguna controversia ni tampoco hubo una falta de comunicación mientras que para Nicole Kidman lo más importante sigue siendo la audiencia. 


Este drama tras bambalinas dice más sobre Kelley y Vallée que sobre la propia Arnold pero no mella a “Big Little Lies” ni si posible futuro. Eso sí, solo nos queda imaginar cómo Renata hubiera reaccionado si hubiera estado en el lugar de Arnold.



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