domingo, 4 de noviembre de 2018

#AmericanVandal: Haciendo el periodismo cool otra vez

Realmente es una pena que Netflix haya cancelado “American Vandal” tras dos temporadas porque no solo se trata de una serie original en modo “falso documental”, sino que a su vez, a través de dos casos de bromas estudiantiles, se plasma un reflejo en escala chica de la injustica en el gran sistema judicial de Estados Unidos. 



La primera temporada, que estuvo centrada en la investigación de “quién dibujó los penes”, un acto vandálico atribuido a Dylan Maxwell (Jimmy Tatro), cuya reputación como el payaso de la clase lo convierte en el sospecho principal. Nadie cree en la palabra de Dylan, excepto Peter Maldonado (Tyler Alvarez) quien realiza una investigación a fondo en donde revela los prejuicios de las autoridades de la escuela que hicieron que no se busque a otro responsable. Una vez que Maldonado y compañía limpian el nombre de Dylan Maxwell, y aunque no lo pueden afirmar con certeza queda claro quién fue la mente brillante tras esta broma de mal gusto, Dylan comete otro acto de vandalismo. El final deja una nueva pregunta al aire no sobre quién lo hizo, sino sobre el por qué. 



¿Por qué Maxwell desperdició su nueva oportunidad después de todo lo que vivió?

 En la segunda temporada, la producción (Peter y Sam) se trasladó a una escuela privada y católica para resolver un nuevo caso “El criminal de las heces”. Al igual como sucedió con Maxwell, todo apuntaba a que Kevin McClain (Travis Tope) era el culpable debido a calzaba con el perfil de ser un resentido social y prácticamente confesó el ser el autor intelectual ante las autoridades. Sin embargo, a diferencia del caso de “quién dibujó los penes”, en la investigación el caso se complica y se revelan verdades que abordan temas más contemporáneos como los problemas de los adolescentes en la era de las redes sociales. 



“American Vandal” se estrenó justo después de “Making a Murderer”, un documental que exploraba el caso de Steven Avery, un hombre que pasó en prisión 18 años por una agresión sexual que no cometió, pero que al salir libre fue detenido por un asesinato. Los paralelos entre “American Vandal” y “Making a Murderer” son más que evidentes; el modo en que la “justicia” juzgó a Avery y Maxwell sin siquiera escuchar su versión y la forma en la que se logra una confesión forzada de Kevin tras un largo interrogamiento del mismo modo en el que se presionó para que el sobrino de Avery lo incriminara vuelven ratifican la idea de que el sistema se acomoda a intereses personales dejando de lado cualquier ápice de justicia verdadera. Otro aspecto en el cual ambas series se enfocan es la sociedad. Si un grupo ya te ha definido, ¿qué haces? Al final de la primera temporada, Dylan tenía el camino libre para ser alguien nuevo y decidió echarlo todo por la borda para seguir esa dirección sin retorno que todos creían que ya seguirían. Asimismo, la razón detrás de la venganza del “criminal de las heces” nuevamente se refiere a una sociedad que separa a las personas en grupos (el popular, el perdedor, el raro) y sus “cómplices” también son víctimas de los estándares ya que ninguno se siente cómodo en el rol que les ha asignado en la superficialidad de la secundaria. 



 Lo más destacable de toda la serie es la seriedad con la que Peter y Sam (Griffin Gluck) se toman su trabajo de investigar casos que involucran dibujos de penes y cagadas. Esta época actual llena de redes sociales donde abundan las teorías de conspiraciones existen dos tipos con un nivel de profesionalismo envidiable que buscan ante todo la verdad sin importar los obstáculos a los que se tengan que enfrentar. Por supuesto, Peter y Sam desarrollan teorías también, pero saben que para avalar sus hipótesis necesitan pruebas. Se podría decir que “American Vandal” es como una versión de “Making a Murderer” para jóvenes. Se trata de una de esas producciones que valen el doble, no solamente porque son entretenidas sino porque encuentran un modo de hacer relativo, cercano y cool el periodismo de investigación y que al mismo tiempo revela problemas reales a través de la sátira.
 Así como un profesor utiliza memes para enseñar sobre la literatura y hacerla a su vez más próxima a los adolescentes, “American Vandal” se hace vale de los códigos juveniles a modo de sátira para evidenciar las fallas en un sistema que está roto. 

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